martes, 25 de diciembre de 2012

Locura


   Se convenció a si misma que debería abrir los ojos aún siendo consciente que no eran los suyos, y que probablemente no reconocería nada de lo que encontrase alrededor...pero antes de decidirse si enfrentarse o no, a tampoco sabía muy bien qué, intentó recordar...recordar algo, aunque fuese un nombre, un lugar, el color de su pelo, entonces abrió otros ojos al mismo tiempo que otras lágrimas mojaron otra piel...
   ...El reloj confundido, el aburrimiento entrando claro por la ventana, la soledad que enreda y peina la calma...bultos en el suelo, zapatos descalzos, el sombrero de frente bien colocado, en sus manos un libro abierto escurriéndose, como su pasado...

Silencio


   Silencio...un nombre y callo, más silencio...el momento se derrite en el suspiro de tu ausencia, te sueño a mi lado y despierto despierta deshecha en llanto, lágrimas esquivas que sonríen en el recuerdo de tus gestos, la boca, tus manos...quisiera gritarte y una nube de miedo olvidado arranca mi voz, la urgencia de la espera desespera, con ella la necesidad de ti...por que no estás, se escurre tu latido entre mis versos rotos, y por más que intento atrapar el sentido de tanto dolor, no puedo...araño el espacio y el tiempo para regresar al encuentro eterno de tu abrazo, y se evapora el instante fugaz del roce sublime, no te veo...entonces ciega de amor te invoco en lo más profundo de mi ser, mojando mis ganas de querer en lluvia seca, que hiere la garganta del hoy, y me abandono al azar de un pozo oscuro, con música de notas infinitas, frías y ardientes, que envuelven mi locura con trozos dibujados de un mañana indiferente...hielo y fuego, empeñados en sellar mi destino en un pasado naufrago en mares de miradas, te deseo...invisible la sombra que se cuela entre hora y hora, no están las agujas imposibles de un reloj que no existe...y desparece mi razón vencida, arrastrando un manto de terciopelo muerto, blanco...y otra vez tu nombre escondido en la saliva clara que bebe con sed, de ti...caricia que anhelo, emoción que vive...camino quieta en mi sentir, jugando en las esquinas de tu alma, sin moverme del último rincón, hacía el cruce del horizonte donde se desvele por fin la magia de la palabra...allí, aquí, en este papel manchado, te busco de memoria...te llamo...y frente a frente, sin nada que decirnos, por que todo está escrito, lees en alto lo que ya me has aprehendido...que eres todo...silencio...un nombre y callo...más silencio.

domingo, 16 de diciembre de 2012

Versión punto tres de un suicidio


Carta al silencio (Monólogo de un suicida arrepentido)

   ...Ya sabes que hace unas horas yo debería estar muerto, pero estás aquí, aunque como siempre callado, quieto...y aún vuelves a extenderme tus brazos sin hilos para acunar otra vez, el lamento aniñado de mi soledad; permaneciendo como último refugio del eco cretino de mi voz, rebelándote compañero inseparable que inventa en mi alma rincones soñados, surgidos de tantas sombras, e intuyes sutil, que mis lágrimas más secas, no llorarán río herido si acaso no convierto deprisa en palabra, el ruido cansado de un suspiro...
   Pero ya ves como de repente, en el efímero vuelo de un instante, la vida toma distinta forma ante el espejo de mis ojos, y su imagen escasa, vacía, lucha incansable por buscar un reflejo que le permita un día más seguir existiendo...

A Borbotones


   ...Después que queda...la angustia del silencio más clamoroso, la derrota que ensalza nuestras lágrimas hasta convertirlas en mares helados, el temor a quedarnos solos...a solas, en nuestro vacío, en nuestra miseria con
nombre propio, arrancar al olvido las agujas del tiempo y reclamar un lugar con espacio y momentos...esos, los que nos persiguen y nosotros perseguimos, para inmortalizar el recuerdo entre marcos roídos de misericordia y alma...blanca y fresca, perdida en las esquinas de nuestros secretos, de nuestras heridas, del misterio inquebrantable que atenaza la garganta del presente, prescribe el pasado y apuntala de malas maneras el futuro sin él...un reflejo que muere sin más en el ocaso fraudulento de un sol sin brillo, el tuyo, el mío, qué más da...acaso se acordarán de nosotros las
golondrinas que nunca surcaron el horizonte, volverán las risas desconocidas que tejían nuestra boca, mis labios en los tuyos rozando el cielo...y ahora, ya, de repente, el miedo poseyendo mi piel y su vida por no tenerte...y mi vida agoniza en un suspiro de ausencia...cuerpo, palabra y sed, de ti...la locura me hace transparente, me despierta de un letargo en gris, que intenta romper en estrellas el arco iris, me sumerge en el fondo de un océano sin mar, y me estampa encabritada la ola más salada, contra el perfil saboreado de una playa sorda...la monótona soledad, la burla de una tristeza que creía ya inventada, la desesperación de un encuentro sin espera...todo, nada...

sábado, 8 de diciembre de 2012

Fe, credo y convicción


   Seguramente por que mi tía Aurora era monja, mis padres decidieron de mutuo acuerdo llevarme a un colegio público...en aquellos tiempos esto era una novedad, la educación solo se comprendía en base a la religión y lo más normal eran los profesores con sotana y hábito.
   El caso es que cuando tía Aurora venía de visita, me fascinaba todo lo que le envolvía, el misterio de sus vestidos negros, la expresión ausente de sus ojos y las historias secretas que algunas noches nos contaba a mi hermana y a mi...Esa fascinación, con el tiempo, se fue convirtiendo en devoción por su presencia, y en ávida curiosidad por su mundo, un mundo desconocido por la mayoría...bueno casi...a mis padres les gustaba convencernos de la inutilidad de ese estamento de la sociedad, y su negativa influencia en nuestras libertades, así como, insistían, la desfiguración a su imagen y semejanza de una realidad, que en el día a día era muy distinta en la práctica, a las que según ellos, la Iglesia, pregonaba con sus teorías...

Ellas


   ...Siempre las circunstancias, caprichosas, divertidas, ariscas, contradictorias,  que roban el tiempo de los relojes, que esconden la suerte en las esquinas de un destino burlón, que se ríen socarronas de la casualidad y la lógica...despistadas, misteriosas, endiosadas, volubles...convierten lo fácil en imposible y lo sencillo en una ecuación sin solución, se recrean navegando en los llantos tristes, y se conmueven dibujando la sonrisa más dulce...provocativas, olvidadas, sensatas, ciegas...regalan la pena y arrancan las carcajadas, tejen mantos de piel invisible y aguantan el chaparrón de un corazón loco...envidiosas, solitarias, cobardes, libres...pierden el miedo ante el universo y rescatan con vida las almas más rotas, deciden por si mismas sin perder la razón, y se asoman con peligro a los futuros pasados...sordomudas, heridas, inútiles, pobres...desaparecen en los sueños vivos y resucitan en la muerte chivata de la esperanza, se enfadan si las acechan y son compañeras del sin sentido...descaradas, mentirosas, reinas, tontas...comen del descontrol y beben de lo espontáneo, se reparten las ganancias de la ilusión y no soportan el peso de los lamentos, quieren y no pueden, deben y tienen...son y no son...las circunstancias vergonzosas, cómplices, devotas, traicioneras, leve, cojas, tu, yo, altivas, contagiosas, ingeniosas, inocentes, que vienen, que se van...tímidamente a veces se nombran, nos llaman...mágicas, malas, silenciosas, víctimas, claras...tuyas, mías, las circunstancias siempre...