sábado, 26 de abril de 2014

26 Julio

   …Cada mañana se desperezaba con una lágrima…creía que si lloraba así, un poco forzada, como por obligación impuesta por el despertar, podría ahorrarse el llanto de la noche, ese no era forzado, no había obligación en su melancolía…venía solo y a traición, cuando la soledad era más egoísta y la dejaba desamparada y vacía, a la intemperie de sus miedos, sus angustias, sus dudas…entonces su pensamientos tornaban vida propia y se desdoblaban de su mente, algunos tenían forma e incluso creyó oir alguna palabra incomprensible…se esforzaba inútilmente en quitarles la sabana, en mojar en libertad la ansiedad de su alma, en aclarar las huellas que sus mismos pasos emborronaban…le sorprendía la madrugada en vela, agotada de tanta nostalgia y desbordando inquietud por sus ojos rojos, cansados, perdidos…después el cuerpo no le respondía y el sillón se convertía en una cama improvisada a fuerza de desear la otra…nunca robó una sonrisa al pasado, ni rescató el momento alegre de los detalles pequeños…nunca repitió en algo los nombres que martilleaban sus sienes, ni tembló al sentir las sensaciones que creyó olvidadas…nunca…aquella mañana decidió, muy  a su pesar, inhibir la lágrima y se obligó a sonreír intuyendo una mueca ridícula en el espejo…no le quedaba tan mal…aquella noche no volvió a casa…nunca más se supo de ella…quizás una cascada de estrellas imita su llanto cada noche, quizás las alas de una pájaro que vuela seguro atravesando errores, quizás tu nombre escrito en el borde de sus labios…

   Tristeza …no sabía lo que significaba…todo en su vida venía matizado por el optimismo, la alegría y la risa…lo más cercano era esa sensación extraña que a veces le sorprendía cuando no podía dormir…unos minutos, unos segundos…imágenes fugaces de cosas que no entendía…a la mañana siguiente todo olvidado…y se entregaba a recorrer el día con la misma felicidad de siempre…hoy, a media tarde no ha podido evitar el pensar un instante, sólo uno, en la vigilia de la noche anterior…ha reconocido entre sonrisas desfiguradas que los pelos se le ponían de punta, y que la voz le temblaba, cuando ha intentando calmarse a sí misma…después no ha podido controlar una lágrima…hipnotizada por el sabor salado de la humedad en su cara, frente al espejo, ha querido marcar en su memoria el paisaje de su llanto, y ha querido contestarse en su mirada, el por qué de aquel rio herido que atravesaba su alma…tristeza…en sus brazos se duerme cansada y entregada…el corazón le late fuerte, su sonrisa luce más humana…

   …Hay momentos en los que sencillamente, vivir se hace insoportable…aquellos sin tiempo en el espacio, sin agujas en el reloj, sin segundos en las horas…momentos fugaces que distraen la memoria, que desafían al destino, que acarician el presente sin realidad…los que traicionan la calma, remueven las tripas, deshojan margaritas en la imaginación…momentos inútiles que no sirven para nada y siempre, que asaltan la soledad dejándola malherida, que resisten las arrugas del alma…son los mismos que cuartean mis manos anhelando la piel deseada, que secan mis ojos sin la luz de otros, que atrofian mis labios vacíos de tu boca…



miércoles, 16 de abril de 2014

20 Julio

   ...Era un pueblo habitado por alientos y suspiros de sueños muertos…inventaban barreras para el amor. Que la ropa apareciera como el gran impedimento. Que el amor fuera un nudo. Otro duende muerto. Que el amor se hiciera solo. Despacio. Con toda la vida por delante. Que el amor durmiera a ratos y que, al despertar de golpe, se impacientara como el niño que insiste en tenerlo todo…Solamente aquellas personas de vidas secretas y torcidas podían comprender los silencios…La tierra parecía sangre tendida a secar al sol…El tiempo pasaba tan deprisa que rompía la memoria de las cosas…Cuanto más creía amar, el amor se le iba haciendo más pequeño…Cuidaba el honor de ella como un bosque vigila la luz insolente de la luna…Cuando las palabras hacen milagros nace el poema…un poema sabe lo que no sabes…un poeta quiere que sus lectores sean también poetas…el poema hay que mirarlo, es un retrato del alma…com si acabés de sortir d’una mena de mort…Era como una lluvia con sol en el pensamiento…una flor es como un beso ciego…Viajar es ser tu mismo…me ponían milagros por vestido…las respuestas prohibían el viaje del pensamiento…Dormía con una mano inventada que cada noche le acariciaba la mejilla…No siempre las respuestas sencillas son las verdaderas…Querida era decir estimada, la palabra más palabra de todas las palabras catalanas…t’estimo…

   …las olas quietas mecían tus ganas y yo…yo miraba…los ojos inquietos se perdían en el horizonte de tu cuerpo mojado en azul y verde, en blanco y plata…te sabía salada y dulce y amarga…a ratos…cuando descubrías que el tiempo pasaba pero no existía…entonces me contagiabas la desidia del abandono en tus brazos, en tu voz callada, en el latir confiado de tu razón…no eran unas vacaciones…desembarcamos allí después de una pésima organización de lo que creímos el viaje de nuestra vida…llevábamos ya…¿Cuántos años?...¿te acuerdas?...nos enamoramos de sus paisajes, su viento, su cielo y su mar…juntas habíamos decidido…y juntas decidimos no volver…y ahora…noche a noche releo en tus labios sellados, el reproche del sopor…y te pregunto en vano…¿regresamos?...no dices nada nunca, nunca señalas la pista que me haga encontrar la misma mujer que horas atrás reconocía en los gestos, la mirada, la caricia…navegábamos en momentos anclados en otros momentos, y las palabras eran las mismas que nuestra memoria escribió ayer, anteayer, el primer día…un amanecer tuve miedo, me despertó el sueño huraño de la muerte anunciada…te busqué a mi lado y no estabas…no estabas en la isla…lo supe desde su instante, por eso no derramé más lágrimas que sonrisas…sólo me quedaba la playa…el sol quemaba mi locura, y en el horizonte…las olas mecían el olvido de tu nombre…



viernes, 4 de abril de 2014

18 Julio

   …Como cada tarde el último minuto fue eterno…salió disparada pensando en llegar a casa lo antes posible…el calor era ya insoportable y prefería no pensar en el rato de espera en la parada del autobús…como cada tarde buscó a la salida la cara que más deseaba ver, la imagen que pretendía en su memoria de aquella otra tarde que sí la encontró…luego decía su nombre bajito para que nadie pensara que estaba loca, pero en realidad si lo estaba…loca de amor…por ella…la llamaba confiada que algún día tendría que interrumpir su voz al quebrarsele la mirada en aquellos ojos que, bueno, eran todo…dejó que vagara su mente lenta pero efectiva por los momentos, cada vez más intensos, que sabía de sobra le sentaban bien a su ego, y caminó sin pausa, con prisa por el atajo de los cisnes…el lago olía a humedad sudada y en la sombra de los árboles las crías pequeñas dormitaban sus plumas bajo la vigilancia de sus mayores, dos aves imponentes por su aspecto oscuro y elegante…entonces oyó su nombre…se quedó parada de súbito con el corazón en la garganta…se volvió con la esperanza cierta de reconocer el tono suave y concreto de ella…pero no había nadie…gastó la mirada escrutar escondrijos y sombras, pero nada…y de repente otra vez su nombre…sonrió segura en el fin de lo que supuso una broma que ya cansaba…a ella le gustaba hacerlo…entonces delante de sus posibles pasos, impidiendo su avance, aquel cisne blanco la desafiaba humanamente con gesto amable…¡Dios mio esto es imposible!...el calor debe haberme afectado…el cisne repetía su nombre y un discurso incomprensible a los oídos asombrados de quien creyó estar soñando un sueño…consiguió calmarse un minuto después que la luz de nieve de aquel pajarraco la invitara a seguirlo…empezó a andar vacilante y perezosa…no podía ser…el cisne se adentraba en el lado quieto, y ella detrás…se mojó los zapatos, los pantalones, y ya con el agua en la cintura, el cisne se volvió con la vista perdida, cuando encontró la suya, naufragó en aquel iris que conocía de memoria, el del mar de ella…asustada y trémula…miedo…sorpresa…luego el pico fue su boca de miel, y las alas se extendieron en los cálidos abrazos que la apretaban contra el pecho de su amada…cerró los parpados convencida de querer ahogarse así, enamorada y llena de ternura…una mano sacudió violenta su hombro…otra vez aquel último segundo se le había atragantado, otra vez la ilusión de vencer la impotencia le había gastado una mala pasada, otra vez recorrer el asfalto en busca de aquel cisne blanco…


    Hace calor…los sentidos se derriten lentamente, la memoria naufraga en gotas de sudor que inundan el olvido, mi cuerpo lánguido y ausente flota en un aire rojo, de fuego…con los ojos sellados en pasta de lágrimas, dudo entre que imágenes dormitar, entre que nombres recatar la esperanza perdida, o que otras emociones me despertarán después…si despierto…la única mota de ilusión, el susurro de tu nombre, que se me escapa una y otra vez entre mis labios, que arden inútiles en la hoguera de tu ausencia…hace calor…llueve espejismos de cristal liquido, y ya no hay respiración, ni movimiento, ni pulso…ni locura ni razón que lata en mi alma, asfixiada por el sopor inmundo de un verano imposible…y es que hace calor…las horas cansan los relojes sin tiempo, los pasos confunden los caminos sin espacio y la distancia, es el horizonte que anuncia el otoño…el que añora mi espera, mi ser…las hojas caídas de agosto que bañan el mar de tu vida…que mutilan las olas de mi muerte…