CRISTALINOS
Y OPACOS
...Y con gesto agradecido hacía los aplausos y los ánimos de los presentes reunidos en la plaza, Casimiro empezó a hablar...
...Y con gesto agradecido hacía los aplausos y los ánimos de los presentes reunidos en la plaza, Casimiro empezó a hablar...
Si
esta mañana me hubiera mirado en un espejo, como lo hice en aquella otra del 23
de Febrero de 1981, ya tan lejana, seguro que mi reflejo también pasaría
desapercibido hasta para mis propios ojos, por que el trazo del destino es el
que es, firme e incuestionable...y cuesta acostumbrarse a ser casi invisible, a
resignarse a una existencia matizada en tonos grises, a ser un héroe y que
nadie te lo agradezca, sí, cuesta, y mucho...pero afortunadamente he tenido
años y tiempo de sobra para adaptarme y hasta en algunos casos sacar partido y
provecho de mi al parecer, liviano y volátil existir...mi madre se enteró que
estaba embarazada de su octavo hijo, yo, unos días antes de perderme por el camino
cuando se dirigía a la casa donde limpiaba por cuatro duros...y por que alguien
le avisó que se le había caído algo...para mi padre fue diferente, a peor, ni
siquiera me había registrado en el supuesto libro de familia del que supe
cuando murieron y por que hubo que
arreglar papeles, y hacerse cargo de sus deudas y terminar de
pagar el cuchitril de
cincuenta metros cuadrados en el centro, donde nos habíamos criado...entonces
yo acababa de cumplir los doce, como si nada, como siempre y comprendí en parte
el encogimiento de hombros y la mueca desconcertada del maestro cada vez que
pasaba lista y mi “servidor” pasaba inadvertido a sus oídos, y mi presencia a
su atención...la otra parte la había comprendido ya con la falta de mimos y de
cariño de quien se supone te los tiene que dar, y al castigo de una soledad no
elegida en juegos y risas, por que mis hermanos y mis compañeros de la escuela
no terminaban de distinguirme...menos mal que mi hermana Carmen tuvo compasión,
un tanto diáfana eso sí, de mi figura desgarbada y flaca, de mi aspecto
enfermizo y demasiado aniñado y se encargó, no sin esfuerzo y fastidio, de
aclarar ante un notario que tampoco se dio cuenta de que yo estaba allí, mi
indocumentada situación, aunque no debía ser el único con aquel problema,
reconocí bajando las escaleras cuando nos marchábamos, a un chaval algo más
pequeño que yo que andaba como de puntillas sobre el piso de tarima vieja,
quejicoso y protestón con otras huellas y que ante la indiferencia general, en
realidad flotaba sin rozar el suelo...me intrigó su forma de escurrirse entre
mesas y sillas y entre las sombras de los demás sin levantar sospechas, así es
qué me quedé allí como un pasmarote de aire, contemplando su ir y venir de sala
en sala, persiguiendo el rastro de una pareja que desde luego no había reparado
ni una sola vez en la incertidumbre y el desasosiego del chico...no me costó
que él también me identificara como un igual y su media sonrisa triste fue
suficiente para sentir, aún no lo había hecho nunca, calor y latido en el
corazón...
...Casimiro
cortó su discurso espontáneo y con cara circunspecta, sin embargo controlaba al
detalle la reacción popular a sus últimas palabras, y no reanudó el discurso
hasta que el silencio esperado se instaló en el ambiente, y la paciencia y el
sudor frío dieron sus frutos con la aclamación en una sola voz para que
continuase...
...Y
ustedes se preguntarán que tiene que ver toda esta historia de oscuros
recuerdos familiares y niños raros, con lo que me ha traído hoy 15 de Mayo
hasta aquí, pero yo les explicaré con un solo nombre el sentido de estos
párrafos, de estas frases hilvanadas con vidas transparentes, como la de
Nicasio, mi amigo del alma...el hombre al que debo mi ser y del que aprendí a
sobrevivir inmaterial en un mundo vertebrado por formas y cuerpos...ya es hora
de rendir homenaje a su anonimato, a su valentía y por qué no, a su compromiso
con un futuro que desgraciadamente no llegó a tentar siquiera...desapareció esa
aciaga noche del 23 de febrero, delante de mí y yo no pude salvarle...
...La
exclamación de los asistentes fue acorde con el tono de reproche que Casimiro
se hizo teatralmente a si mismo...el golpe de efecto resultó un éxito, el
publico estaba entregado a su oratoria y devoto, quería más...
...Como
habrán adivinado, Nicasio era ese muchacho que levitaba sobre la tierra sin
apenas proponérselo y que sin embargo centró mi curiosidad de inmediato, quizás
por que un imán de atracción imperceptible para otros, palpó lo etéreo de
nuestras semejanzas para convertirnos desde ese mismo instante de miradas
cómplices y conciencia resignada, en inseparables...
Desde
nuestro encuentro en el registro, los meses pasaron muy deprisa y la
adolescencia como una ráfaga de viento espiritual que nos unió más si cabe en
aventuras y despropósitos...ante lo incorpóreo de nuestros rasgos físicos,
tuvimos que echar mano de otras capacidades, digamos que más originales en
algunos casos, y misteriosas en la mayoría, divertirse era fácil en época de
ignorancia y mentecatos para fantasmas y espectros, así los setenta nos
sorprendió con la juventud recién estrenada e intactos los sueños
tangibles...la necesidad de un trabajo serio tomaba el relevo a las pillerías
típicas de unos gamberros gaseosos y a las chapuzas baratas para ayudar con el
puchero...mis hermanos fueron abandonando el hogar y a la vuelta de un
despiste, me quedé solo, bueno con Nicasio, que hacía unas semanas había
abandonado una habitación mínima con un colchón a dos calles de aquí y la
tutela definitiva de sus padres, total tampoco le iban a echar de menos...y
cuando peor se presentaba el panorama, nos enteramos que con eso de la muerte
de Franco y no sé que rollos de la transición y una cosa que se llamaba
democracia, había un edificio que se llamaba Congreso y que se podía conseguir
un puesto de conserje con apuntarse en una lista y hacer un examen
básico...Nicasio y yo, lo tuvimos claro... y en cuanto los administrativos
responsables de la elección, acertaron con el contorno sombrío de nuestra
persona, también...como iban a prescindir de dos tipos ya de por si con
naturaleza anodina y plomiza...y así, vestidos con nuestro color favorito y un
sueldo fijo a final de mes, nos instalamos en una somera felicidad...alterada
eso sí por la aburrida y monótona indolencia y desinterés del resto de la
plantilla que compartía rutina y lugares comunes, y la enorme dificultad para
encontrar novia...si, no se lo tomen a mofa...nunca nos lo habíamos planteado
hasta ese preciso momento, justo cuando Adelita Caricias cruzó por delante de
nuestras narices dejando un reguero de contoneo y un perfume dulzón que mareó
hasta la razón de cemento de las Cibeles...
...Casimiro
soltó una carcajada estudiada, coreada por muchos y envuelta en una ovación que
aceleró su orgullo y sus ganas...
...Ay
Adelita, a lo mejor algún nieto suyo anda por ahí, escuchando los suspiros de
este pobre viejo que besaba por donde pisaba su abuela...pero no voy a entrar
en detalles de un triangulo amoroso digno de una película del mejor Hollywood,
baste decir que hartos de insistir en demostrarle a ese ejemplo de feminidad
nuestro ente más atractivo, a ese monumento, que teníamos otras virtudes
ocultas que compensaban la carencia de sustancia...celebramos con la mayor
juerga posible sus calabazas, cuando nos anunció apuntando directamente a los
ojos que llanamente intuyó, que se casaba con Renato, el frutero de la
esquina...aún permanece esa fecha en el calendario caduco de mi cocina marcada
en rojo, bueno esa y las siguientes por que no salimos del burdel en vete tu a
saber las horas...la borrachera y la resaca era una, las chicas nos cogieron el
truco y no nos dejaban ni a sol ni a sombra y entre charla y amor postizo, le
fuimos cogiendo el gusto a esa excitante forma de evaporación...vaya nochevieja
la del 80 para el 81...no fue incolora como las anteriores, no...yo diría que
nos sacó toda la gama del colorao al encarnao y hasta el amarillo...quien iba a
decir que en plena maduración de los componentes abstractos de nuestra ya
vulgar y sólida personalidad, a tiro de una masa que se nos resistía y con el
reciente traslado de nuestros sentimientos y emociones al burdel La playa en la
nacional dos, nos iba a durar tan poco la alegría...
...Una
mueca trascendente que borró en un segundo el semblante jaranero de Casimiro,
atravesó la atmósfera de la glorieta, atrapando en una nube de intriga, el
alboroto suspendido de los congregantes...
...23
un número como otro cualquiera, febrero una hoja de almanaque más... un lunes
que llegamos tarde directamente de la talla 120 de sujetador de las gemelas
Dominguez, con la melopea todavía cantándonos “...algo se muere en el alma...”
y entonces sucedió...oímos los disparos y corrimos por el pasillo en dirección
a los gritos...las puertas de acceso al hemiciclo estaban cerradas y
custodiadas por guardias civiles, metralleta en mano y la mala hostia dibujada
debajo del tricornio...nos escondimos en un despacho auxiliar y temblando por
si, lo más complicado del mundo, nos habían detectado de alguna manera, nos pusimos
a darle al manubrio del pensamiento, haber que se nos ocurría...el plan era
infalible, primero teníamos que averiguar lo que pasaba dentro, cuantos eran y
lo que pretendían, lo segundo, aprovechando la nitidez de nuestro esqueleto,
escapar en un descuido y dar el aviso en la comisaría de detrás...anochecía
despacio, el sudor mojaba lo inverosímil de unos nervios derretidos y unos
músculos que no respondían...Nicasio ya no aguantaba más, lo note en sus
movimientos torpes, en su tartamudeo tímido, en la precipitación de su
osadía...quiso hacerlo todo a la vez, y el tropiezo absurdo con olor a peligro
alertó a uno de los uniformes oliva, que acobardado disparo a lo que creyó un
bulto y no era más que un imposible hecho de vacío y hueco...
...Esta
vez la pausa fue auténtica, se saltó un protocolo inventado por que las
lágrimas le atragantaban las cuerdas vocales con el cariño por el ausente...
...yo
me refugié en un rincón y cuando la bravuconada del Tejero con bigote acabó
entrada la madrugada, me escabullí para llorar un capricho de las
circunstancias que ningún periódico mencionaría, ningún político incluiría en
sus gracias y ningún mortal, salvo las putas de “La playa” y yo, le echaríamos
en falta...juntos le enterramos ese miércoles 25 de Febrero de 1981...y ahora
juntos, ustedes y yo, en esta oportunidad que me han brindado para sacar a la
luz de Sol los otros hechos acontecidos en tan señalada cita con el
pasado...guardemos un minuto de respeto a su memoria...
...Casimiro,
satisfecho con el resultado de su petición...apagó el micrófono y sacó del
reproductor el cd de efectos especiales para “elocución y plática” cuyo tempo
se había aprendido al dedillo, luego con una cerveza en la mano y a la salud
infinita de Nicasio, se asomó a la terraza a disfrutar del olor a revolución
que ojalá y así lo deseaba, aconteciera en un futuro por favor no muy tardío,
con tanta gente, tanta tienda de campaña y tanta verdad instalada en esa, su
plaza...y que a él, jubilado traslucido y corriente, al menos, efímero o
eterno, un poco le rozase...