miércoles, 2 de diciembre de 2015

ARENA Y SAL




            
   …A mamá le gusta la playa; a mi hermana también…pero a mí no, como a papá…él prefiere levantarse temprano para ir al puerto, volver con pescado fresco de la lonja, y desayunar al mediodía en el patio leyendo el periódico tranquilamente. Todas las noches me promete que a la mañana siguiente le acompañaré, y me guiña un ojo cómplice mientras me arropa, y yo pongo cara de creerle aunque sé que mamá, como todo el mes de agosto y antes de las once, me obligará a ponerme el bañador sin hacerme la remolona, y a darme prisa rebuscando entre los juguetes que me voy a llevar para hacer un castillo más grande…claro que papá, como es mayor puede hacer lo que le dé la gana, y yo no quiero enfadarme con él porque se pone triste…ya no nos cuenta esas historias de marineros valientes y monstruos gigantes que se tragan las olas, ni nos lleva de la mano al paseo cuando anochece para saltar a la luna de espuma…y yo me enfado, y lloro mucho cuando mamá insiste que se nos hace tarde y papá no dice nada...aunque las tres sabemos que aprieta los dientes con rabia, y que rompe las esquinas de algunas hojas del periódico por no levantarse, y sin mirarnos se queda allí, balanceando la pierna cruzada sobre la otra sin hacer ruido, casi sin respirar...y yo tengo que conformarme con su silencio para callar mi llanto, y me rindo en mi protesta dando la mano a mamá, que siempre la tiene fría...entonces mi hermana empieza a hacer tonterías y me hace reír, y me convence entre gestos de burla y cruce de ojos que hoy no me dejará sola cuando lleguen los primos, y que seré la primera en recibir las atenciones de mamá en la ducha...porque me pica la sal y la arena y me dan ganas de salir corriendo, y mamá, me tiene que buscar debajo de alguna sombrilla, o meterse otra vez en el agua y sacarme a la fuerza, soltando su retahíla de regañinas, como dice la abuela, y soltando algún que otro pescozón que se le escapa...aunque a mí no me importa porque luego, debajo del chorro dulce que significa el fin del castigo, mamá me acaricia restregándome suave sus manos por cada rincón de piel por donde se haya podido esconder el último escozor...pero entonces allí está él, aquel hombre del albornoz azul, sonriendo con una mueca bobalicona, y pendiente de cualquier movimiento que hace mamá...y yo quiero marcharme ya cuando se acerca como si nada y empieza a susurrar cosas al oído de mamá, que sigue a lo suyo, pero también sonríe y se pone tonta...como sí de repente le diera vergüenza no estar vestida o bien peinada...y mi hermana se convierte en victima de unas bromas que a mi no me hacen gracia, aunque a ella le hagan partirse de la risa y así entre carcajadas y miradas absurdas, yo echo de menos a papá...y pienso en su espera para comer juntos, sentarme a su lado sin sol y con la ropa seca y escuchar sus frases parecidas a las de ayer, pero nunca iguales...por que algunas no se lo que quieren decir, pero es como si tuvieran eco y punta, y se clavaran en el aire...aunque hay cosas que no entiendo, nadie las explica y mama no contesta...permanece tranquila y seria, como si estuviera sorda, y solo se dirige a nosotras para que terminemos el plato sin rechistar...luego mi hermana y yo nos vamos a la habitación, tenemos que echarnos la siesta, pero yo no puedo dormir...así es que abro la puerta y escucho por una rendija algún grito que llega desde la sala, luego una palabra que es pecado y el portazo...y vuelve el gusano en la tripa al descubrir las lágrimas y los suspiros de mamá otra vez, ella no soporta que la veamos así, por eso no me acerco, ni la abrazo, ni siquiera se entera que estoy detrás...como aquellas navidades que yo estaba enferma y ella creía que estaba en la cama…también hubo gritos, y palabras que eran pecado y más portazos...por que en invierno, en la casa de la ciudad, mamá tampoco es feliz...pero no sé si lo intenta, por que a veces por las tardes después de darnos la merienda, desaparece sin despedirse, atusándose la alegría en el espejo de la entrada...y es que se pone muy guapa y se pinta mucho...le preguntamos y nos dice muy contenta que va con las tías a tomar una limonada, o de compras aunque cuando vuelva no traiga paquetes, ni bolsas, ni regalos...y papá se pone nervioso, por que deja de fumar su pipa y cierra el libro que está leyendo para asomarse una y otra vez por la ventana y no estarse quieto, y mi hermana le dice que tenemos hambre y él se arrasca la cabeza, y nos mira como si no nos conociera...entonces llega mamá, y papá regresa de su mundo pero con la frente arrugada y cara de malo...y mamá propone salir los cuatro a tomar un helado, y papá protesta...y nosotras brincamos y damos palmas cuando mamá prepara los vestidos de flores y las sandalias blancas...y se va el gusano de la tripa, y se me olvida la pena de mamá, y las malas pulgas de papa...y me acuerdo de lo bueno que es el niño Jesús cuando le rezo y le pido que todo vuelva a ser como antes de esas Navidades tan feas, y que el verano que viene papá se venga a la playa con nosotras...y que el señor del albornoz azul se muera...


                                                                            

A PROPÓSITO DEL DESENCANTO


2013-2014


jueves, 6 de agosto de 2015

OBJETOS PERDIDOS





   Para una bolsa de tela aburrida y mentecata como yo, su empaque de cuero experto y sus refuerzos de metal brillante, eran el atractivo perfecto en la estantería tercera, compartimento 333 de la sección de equipaje de mano...pero no me enamoré de él por su piel suave o su cierre enigmático, entregado por aquel policía circunspecto e insulso, le amé desde el primer momento que le vi posarse humilde en el mostrador, con gesto desorientado y confuso y una cicatriz oscura y profunda, que intuí le atravesaba el contenido de aire misterioso de sus formas elegantes...
   En la oficina de objetos perdidos de la Estación Central, la mejor hora para relajarse es a medianoche, cuando los fluorescentes impúdicos y descarados del techo se van a dormir, y una tenues y cariñosas luces de emergencia avisan y velan nuestra verdadera naturaleza muerta o viva, según se mire, porque en cuanto el vigilante se encierra en su garita para echar una  cabezada, y el silencio amenaza la nocturnidad lunática de algunos viajeros, en este hormiguero de pasillos y andenes con prisas, asientos de plástico duro y desgastado, esquinas y rincones sin intimidad, la actividad se tiñe de calma, y el bullicio se convierte en un despertar lento y perezoso a un mundo, el nuestro, latente y secreto, pero tan real como la sangre de hilo que late por mis venas, bordadas a puntada de tiempo, a la estampa de flores primaverales, ya por siempre perennes en cualquier memoria...y es que muchos han pasado por aquí en estos años de mi obligado encierro, desde que a la anciana a la que le pertenecía se la tuvieron que llevar en ambulancia y me dejaron caída en el suelo, las agujas asomando su llanto triste, y los ovillos de lana enredados entre interrogaciones temerosas que me hacían a mi, su hogar, esperando el abrazo tranquilo de mis asas de madera para espantar su incertidumbre y su miedo...recuerdo con gracia aquel neceser de rayas atrevidas que me guiñaba la cremallera cada vez que coincidíamos o aquel portafolios de cartón negro que me sacó a bailar en la fiesta de fin de año y me propuso matrimonio...sin embargo, aparte de cierto interés y curiosidad circunstancial, ninguno ha provocado el palpito de mis costuras, la revolución de mi estomago o el ensueño de mi imaginación como él aún lo hace, un maletín de médico que esta mañana se ha marchado para no volver...Quizás me precipité en mostrar enseguida mis sentimientos, puede ser que la emoción por sentir me convirtiera sin pretenderlo en una adolescente capaz de comportarse de la manera más absurda, como invitarle a mi balda sin apenas conocerle o quedar a solas con él en el trasfondo de “Varios” donde solo los intrépidos y aventureros, osan citas a ciegas...pero ya que más da lo que tenga que decir en mi defensa...si queda en entredicho la despedida que no pudimos calcular, o ha desaparecido el beso que se evaporó con la promesa de escapar juntos, si remuerde la irremediable impotencia de sabernos presos del olvido, la locura o la razón, y encima ser conscientes de ello, o no haber sido más valiente y proponer con insistencia, cuando todavía el deseo permitía cruzar todos los limites del destino, el azar de escondernos en “Inclasificables”, incluso correr el riesgo y el peligro de equivocarnos y acabar en el suicidio de “Sin clasificar”, si al final volveré a quedarme vacía con su ausencia, el oxido de mi hierro manchará otra vez mi carne y las madejas apelmazadas de mis entrañas, dolerán de pena y soledad... compartiré entonces con carteras y maletas, lágrimas y suspiros, y en su honor, el rememorar de sus caricias, sus miradas y sus palabras, se harán eternos en mi hoy y ahora, y hasta que expire el plazo de retén para mi destrucción...obvia y evidente...pues nadie me ha reclamado, ni me reclamará...
   De edad indefinida, moreno y erguido, paseó expectante su porte maduro y orgulloso, entrelazado el pellejo usado de su empuñadura con los dedos del funcionario que afanosamente le buscaba un sitio...yo, disimulando la sorpresa de la inquietud de mi corazón y el desasosiego de mis nervios, le observaba por el rabillo del ojo mientras tomaba posesión de su habitáculo y se instalaba despacio, cuadrando su contorno con precisión y adoptando una postura cómoda y simpática que pronto nos embelesó a los vecinos...al principio parecía algo cansado, o desconcertado no sé...supongo que le costaba admitir su nueva situación de huérfano en un refugio, ojala que temporal...pero según iban pasando las manecillas del reloj, su expresión taciturna y el mutismo de sus labios se tornaron en muecas cómplices y saludos cordiales...así, el cielo de plata marcó las doce y sucedió qué...acorralamos en bandada su figura antes de las presentaciones y a la primera oportunidad coquetee con sus frases educadas, luego bastó la fugacidad de una estrella y el revuelo organizado por el taconeo de unos pasos para crear un vinculo de confianza que ya nunca se desató...supe de su origen artesano y escrupuloso, de la magia de su tacto dorado, de su dedicación exclusiva a la más noble profesión, contándomelo de carrerilla como si el tren del amanecer nos fuera a pillar con retraso...el arrullo de su voz grave salpicada de música y el aroma varonil que emanaban sus poros, impregnaban los nudos de mi ser aún después de los dulces adioses a los que nos condenaba el inicio de un nuevo día...las fechas del calendario en la mesa de recepción nos indicaban con sus cruces de rotulador, que las semanas caducaban y con ellas crecía nuestra ternura y pasión...él, que remedio, se fue acostumbrando al ritmo monótono de nuestra rutina, rota únicamente por el trasiego de recogidas y entregas que cuando afectaba a nuestro espacio, nos sobrecogía el alma...pero también a eso se fue habituando, a que ninguna visita preguntara por él, al resentimiento de su abandono, a la desesperación remordiendo su estampa...una noche nos contó una historia, a la siguiente otra...nos regalaba con el detalle de su biografía las ganas de escuchar, de seguir luchando por salir de allí, de encontrar un hueco en el nombre de alguien...nos habló de su dueño, el doctor de un pueblo que recorría en su tartana la comarca atendiendo la salud de los demás...el embarazo múltiple de Lucinda, la enfermedad singular del Sr. Moreti y sus picores salvajes, la delicada respiración de Gillian que se ahogaba en su propio aliento, el viejo Tasio que fumaba sin parar y murió de un simple resfriado, el bulto sospechoso que resultó ser grasa en la cintura de doña Carlota, los gemelos de Paula que nacieron ciegos, la bronquitis crónica de Paul que le impedía trabajar...y tantos otros pacientes, familiares y amigos que seguro habitaban en el forro de su interior y en la mente de su herida oculta que le hacía sangrar por la nariz cuando menos se lo esperaba...pero ese relato no lo terminó de narrar...reíamos con las anécdotas, callábamos con los síntomas y tratamientos, sufríamos con la mayoría de los desenlaces...y con cada reunión, él se fue apagando...renegó de mi compañía, se marginó en el polvo de su posición, dejó de sonreír, de bromear...bebía y comía solo rumiando sus pensamientos y la amargura empezó a envolver su semblante antaño discreto y amable...
   Un mes antes de irse, una tarde de siesta breve, le oí llorar...me acerqué sin dudarlo, con la intención de mimar su lamento tan espontáneo como fugaz, por el trazo impulsivo de mis huellas creía en su usual rechazo, y en cambio, me encontré con el dibujo de la queja de su desconsuelo tatuado en sus labios y un sinsabor amargo atragantado en la garganta...
   Cuando el nieto de aquel doctor de pueblo vino a buscarle y en consecuencia, estrenó en su rostro el color de la esperanza y exigió a sus miembros entumecidos la fe en lo imposible, yo era la única que entendía de la coherencia de su honesta dignidad recorriendo impaciente y algo altivo el corredor estrecho que le conducía a la libertad ansiada, yo fui la única que comprendía el arrebato obsesivo de un error, un despropósito...yo fui la única a la que confesó el reflejo tenso y cruel, que un espejo guardado en el fondo de su volumen, le devolvía, como flechas de reproche y rencor que se clavaban en su frágil ego, al arrodillarse a la inteligencia de darse cuenta que la culpa de su desolación, no fue un descuido, ni un despiste intencionado...el doctor, su venerado amo...había renunciado voluntariamente al bagaje y empeño de su empresa en común y se había rendido al diagnostico de no recuperar jamás el pasado...los motivos, las causas, los por qué, sin futuro y con el presente hipotecado...eran fácil de adivinar...





domingo, 28 de junio de 2015

EN APENAS DOS PÁGINAS...





  ...Faltan pocas calles y muchos minutos para su encuentro con Clara, pero Olivia no tiembla de impaciencia, ni le castañetean los dientes por el frío...a Olivia el corazón le palpita trémulo porque tiene miedo, miedo a sentir lo que siente cuando está con ella, a que una mentira le marque y le condene, a una despedida sin posibilidad de encuentro al día siguiente...por eso quizás, camina despacio con las prisas de la emoción excitando sus pasos lentos, mientras en su mente se empeña en encontrar aquel instante, aquel detalle, aquel despiste que despertó su piel y su alma a la vida, y sembró su conciencia de dudas y alarma...la que nunca le molesta cuando solo comparte con Clara despacho, comida y algunas confidencias amables...la que duerme tranquila, cuando por las noches grita muda su soledad, acompañada de un marido de hielo y escarcha...la que le impide el consuelo de una palabra y el gesto amigo, en medio de tanto silencio, tantas lágrimas de Clara llorando de color herida y morado, tanto sufrimiento...
   Olivia ha salido de casa con tiempo en el bolso y en la locura, el suficiente para arrepentirse de la decisión tomada, el necesario para bordar a su razón, y con el latido inquieto de su sangre, el dibujo perfecto de tal vez el momento soñado...masticar así, con aire fresco y pausa, los trozos de su osadía, ya casi rozando con la palma de la mano el aroma a deseo y entrega, que sus ojos encharcados en destellos de esperanza e ilusión, distinguen en las esquinas y rincones intuidos de un íntimo secreto...ojala que en el horizonte de un mapa y un reloj con Clara, que ojala anhele la espera nerviosa, aunque sea ignorante todavía, aunque sea  al otro lado del mismo sentimiento, pero que ojala, despabile al menos su curiosidad para querer el misterio, el motivo, la incertidumbre, da igual si la sospecha, del ímpetu con forma de voz ahogada, que la habrá sobresaltado esta, seguro que otra madrugada prisionera de tristes desvelos, salpicados de ausencia y alcohol, que seguro regresarían pronto, envueltos en un manto violento que ajeno, repetirá, con golpes e insultos, el vaciado de su ser y su nombre para después, recubrir su cuerpo de oscuridad, desesperación e impotencia...
   Olivia se para en seco entre tinieblas y sombras, a escasos metros de un cielo abierto, teñido de castaño claro, nubes de labios intensos y reflejos de mirada transparente...en la sien clavándose como una traición en su cerebro, la desconfianza en una pregunta... ¿y si Clara hubiese sido feliz...se hubiera enamorado de la ternura acariciadora de su presencia, del sutil roce de su aura embrujada, del toque sensible y mágico de su calma serena?...y acecha el desasosiego que inhibe, que convierte el aliento de Olivia en escaso y vulnerable, que la obliga a dejar la maleta valiente en el suelo, desparramadas las circunstancias personales y los matices intrépidos, y un recelo tímido y suspicaz que nace en su estomago y muere de dolor en sus entrañas...disfrazado de suspiro, lamento y espanto...por que ¿y si Clara no la entiende, no comprende el significado del termino huida, no valora su ofrenda dulce de amor, cosida a un regalo de alas limpias y libres?...marcharse juntas...Olivia no se perdonaría un futuro con el recuerdo de una última imagen fija en su memoria, Clara sin respuesta en la cara, alejándose confundida sin mirar atrás o Clara con sonrisa fugaz inventando una carcajada de desprecio...Olivia no puede pensar en eso, se desgarra en un vano e inútil intento de borrar una Clara desconocida, por descubrir, resentida en sus reproches y sus muecas...aunque insiste en no rendirse arrastrando las ganas desnudas de su equipaje, entonces el alba del domingo la recibe con abrazos de sol y besos cálidos de primavera...a lo mejor Clara no dice nada, se encoge de hombros y la convence de su error o la convida a tierra de nadie para preparar un viaje a ninguna parte y a todas...
   A Olivia le queman las huellas de su urgencia al identificar el trazo de la figura de Clara, advierte también que su rastro profundo deja en el asfalto señales escondidas, será por si acaso su espíritu se pierde y tiene que recogerlas...¿y si se diera la vuelta?...aún puede recoger algunos pedazos de verdad en la cordura que le queda guardada como un tesoro sin dueño, sin embargo descarta la idea ensayando el hierro de su voluntad, para que sus tacones se acerquen al borde del vértigo y prueben de sopetón la ira de la tormenta por venir, y una certeza, tampoco merece la pena el mundo congelado y de nieve que abandona...y en las aceras, en los locales, por los balcones, demasiados ruidos desperezándose, que sin pretenderlo, animan su aliento torpe y precipitado...y de repente acelera, el azar, con su velo de suerte bordado de imposibles, le ha lanzado un órdago por una ventana, en juego el destino en la estrofa de una canción y Olivia, sea lo que sea lo que suceda, sabe que ya no tiene más hueco para remordimientos, así es que sigue adelante firme, tarareando un susurro a los cuatro vientos que como una quimera se escapa de su boca para siempre...”Que no daría yo por empezar de nuevo”...





lunes, 15 de junio de 2015

MICROS

…el que no se ve más allá de sus esquinas y rincones, el que solo se siente matizado de recuerdo en la memoria, el que se imagina en sueños despiertos y se añora en inviernos de ocasos oscuros y madrugadas frías, el que duerme tras mis parpados con el susurro de voces alegres y limpias, el que late en calma en el corazón de los años, el que se esconde al aire libre y se empapa con la lluvia mojada de infancia, el que acude al calor de una tarde callada de siesta y sombra, el invitado a noches claras de luna grande, el que suspira un encuentro con los recovecos del alma…mi juguete era la calle…









            

…para adultos, pecado, secreto, intimo, tabú…reposo en el cajón asimilando tantos significados, mientras mis pilas arden, ajenas a comentarios e insultos, y se recuperan del esfuerzo del momento, cansadas de caricias y entrega…pero son mis circuitos los que más sufren la incomprensión y la sorpresa de los más puritanos y necios por eso buscan los arrullos y mimos de braguitas, sujetadores y medias…hasta la próxima vez que se requieran sus servicios para encender la palabra placer, con latidos de excitación y luces de orgasmo…

martes, 5 de mayo de 2015

ENSAYO GENERAL






...Qué no, he dicho que no...que no me pongo ese traje de cura...
—...pero vamos a ver Ismael que tripa se te ha roto ahora...
—...yo quiero ser un árbol, siempre he sido un árbol...desde pequeño...
—...esto es una boda en una iglesia, accidentada pero una boda...donde demonios colocamos un árbol?....

   Ana se desespera, sin embargo mira a aquel gigantón de ojos transparentes y gesto ofuscado con la ternura de una madre consentida...

—...Ismael cuando nos metimos en este lío, estabas de acuerdo con el
personaje, incluso te hacía gracia interpretar a un cura, estamos a dos días del estreno...comprendo que puedas estar nervioso, todos estamos nerviosos, pero...
—...pica, esta tela pica...

   Ismael con voz tranquila y arrulladora señala una sotana negra, la verdad, un tanto peculiar...

—...que no te escuchen Carmen o Pepa, con el empeño que están poniendo en diseñar y hacer los trajes...

   Una mujer menuda con los ojos vivos y el pelo en cresta, murmura bajito al oído del hombretón que se encoge de hombros con mueca de fastidio...

martes, 14 de abril de 2015

ESQUEMA DE UNA DESPEDIDA







   Lola deja que su gata ronronee a su alrededor mientras lee...le gusta sentir la suavidad de su pelo tricolor, y la calidez lanosa de su presencia...Nevasca maúlla y Lola levanta la vista de aquel mamotreto que le aburre soberanamente: ...Según el análisis transaccional, una caricia es cualquier tipo de manifestación de una persona, ya sea verbal o no verbal, que implique el darse cuenta de la existencia de otra. Son formas de reconocimiento de los demás y son vitales para sobrevivir y vivir, tanto física como psicológicamente, si son insuficientes en cantidad o calidad, pueden surgir trastornos graves..., por un momento entorna los ojos y su   concentración se transporta en alas de la memoria...Artemisa contempló impaciente su regalo a Mausolo, rey de Caria, el hombre al que amaba y al que ahora, aún después de su muerte, se empeña en demostrarle respeto y veneración eternos, con ese sepulcro monumental, que sin que ella intuyera, llevaría por siempre su nombre...Lola piensa otra vez en Juan, un nudo en el estomago matiza el recuerdo, respeto cada instante, veneración un día a la semana, el lunes, cuando se conocieron...Nevasca, presintiendo el frío, busca su regazo para acurrucarse, una corriente de aire espontáneo ha cerrado una ventana de golpe, y el libro, nuevo ser viviente, se escurre de las manos de Lola, que sin darse cuenta esta tiritando...en su mente, intenta taparse con el edredón de rayas naranja que cuelga alegre del respaldo del sofá pero...qué deprisa sucedió todo...la propuesta, la decisión, el proyecto, la preparación del viaje...el hielo se instala en su interior y los escalofríos corren libres por su cuerpo...el pijama parece papel de fumar cubriendo su piel temblorosa, y los pies descalzos se encogen como el latido de su corazón, con esa sensación fugaz y extraña que ha rozado los caracoles amarillos de su cabello...Numa, segundo rey de Roma, sucesor de Rómulo, le erigió un templo y altares...Juan se lo había contado tantas veces...

domingo, 22 de marzo de 2015

PATRAÑAS 





 William Harper murió con los ojos abiertos, sólo, y después de una lenta agonía que duró la eternidad infinita que le esperaba. Reuniendo todas las escasas y menguantes fuerzas, intentó, con el último suspiro de su alma, dibujar en el rostro una sonrisa irónica que definiera el despropósito de un error, pero apenas si consiguió el esbozo de una mueca extraña, que rompía la armonía de sus rasgos asimétricos, bordados al matiz de un gesto  misterioso e imposible, para espanto de quien le encontrara...
—...irás al motel, verdad Billy...dime que lo harás por mí...
   Con el eco en la mente de una suplica en cicatriz y la rabia latiendo caliente en las venas, William Harper, impulsivo y con la decisión tatuada en los labios como un beso de despedida, condujo hasta el motel Sunshine.
   El cañón frío de una pistola rozaba la piel de su cintura, y grabado en sus balas un único nombre, cuando aparcó a las puertas de la habitación número 9, tiritando angustia y tragando saliva. Lejanas y borrosas en su memoria parpadeaban las imágenes del apartamento de Maryta Jellis, la prostituta de la que se había enamorado como una adolescente, una noche de soledad y borrachera...
—...te esperaré y nos iremos juntos muy lejos de aquí...
   El zumbido implacable de una frase inútil retumbaba en sus oídos como latigazos dulces que aliviaron por un instante el castigo de su recuerdo...
—...¿llevas todo el dinero?...Frankie lo contará...
   La boca de Maryta se movía sensual y él no podía dejar de pensar en su cuerpo desnudo, estremeciéndose de placer y deseo debajo del suyo, por eso se levantó de repente y sin ceremonias absurdas la dejó hablando con nadie...sabía que no volvería pero no podía hacer otra cosa, eran los enredos del destino...
   El viejo Ford Taurus del 88 se quedó callado, la luna asomaba limpia en un cielo sin estrellas, y Dolly Parton terminó su canción “I will always love you”.
—...es mi libertad Billy...mi puta libertad...
   A William Harper le sudaban las manos y se le cayeron las llaves al suelo, un sonido que conocía bien, le sorprendió agachándose, no le dio a tiempo a disparar su Beretta de 9mm...se arrastró como pudo para protegerse de un tiroteo breve e intenso, dejando un reguero de sangre fácil de seguir. El chirrido de unas ruedas pasándose en la frenada, le advirtieron la huida de su presunto asesino...demasiado tarde...el futuro como la vida se le escapaba por el agujero negro en el que se había convertido su estomago, aún así se refugió en la habitación número 9, la puerta estaba de par en par como su oscura suerte...
—...no seas tonto, Billy...no he conocido otro hombre como tú...merece la pena arriesgarse ¿no crees?...
   ...Y William Harper creía, claro que creía, por eso estaba tranquilo y con la conciencia en paz, recostado contra una pared sucia, apretándose en vano la herida con las tripas y el dolor con el sufrimiento, mientras su cerebro empezaba a entrar en una nebulosa que también creyó era lo que tantas veces había escuchado...ahora la película de su historia se proyectaría ante sus pupilas y luego una luz blanca como aviso cegador de un final que se aproximaba...el corazón se le aceleró con la primera visión, pero...
   ...el amarillo del atardecer se colaba por una ventana cuadrada, pequeña, y los visillos transparentes acariciaban suave los respaldos de dos sillas de madera indefinida que conformaban una mesa redonda, también de madera indefinida, donde revoloteaban antes de posarse en su superficie algunas partículas de polvo, que un aire servicial y fresco transportaba despacio, buscando luego rincones sombríos y esquinas claras donde dar la vuelta y esconderse para sorpresa de un ambiente denso e irrespirable, revuelto del humo gris de cigarrillos sin filtro y el aroma empalagoso de perfume barato y comida precocinada...un sofá desvencijado que un día fue verde esperanza, desparrama sus cojines pardos por los limites de una alfombra de cuerda nudosa y desgastada, en medio, un taburete de plástico cuarteado, soporta ceniceros llenos y latas de cerveza vacías, a su lado unos zapatos de tacón permanecen en posición de alerta, dispuestos a ser calzados en cualquier momento y un vestido estrecho de flores azules recorta su silueta un poco más allá, en un suelo de losetas marmóreas...sin duda es el apartamento de Maryta Jellis...un aparador destartalado con unas cuantas piezas de una vajilla de loza blanca, tres fotografías enmarcadas en portarretratos sin cristal y dos bailarinas de porcelana, saludan a William Harper desde los ruidos del silencio, el que supone empapela el cuarto del fondo, sombreado en claroscuro y repleto de detalles y motivos en rosa de distintos tonos, donde Maryta le hacía el hombre más feliz...
   William Harper aún consciente y resignado al abrazo de la añoranza, sumido en el equivoco circunstancial de lo que en verdad debería estar ocurriendo en su juicio en vez de esta especie de cámara fija, que despistaba sus sentidos y embrujaba su razón, no insistió más y se dejó llevar en volandas de lo que volvió a creer eran exigencias de un guión muy imaginativo, así es que apretó los dientes para aguantar el envite de lo siguiente en la pantalla de su retina y...
   ...como relucía el capó, parecía abrillantado con charol añil eléctrico, y los neumáticos recién cambiados presumían de caucho nuevo y llantas de aluminio a estrenar, los parachoques se disimulaban camuflados bajo pintura del mismo color, y el techo impoluto, devolvía los rayos del ocaso despidiéndose en el horizonte con esquirlas doradas que llovían alrededor de su forma perfecta...un Taurus del 88, casi de colección...con chasis y motor original, algún arreglo en la chapa y unos miles invertidos por capricho ...el portón del maletero no ajustaba bien, pero era un achaque sin importancia en un anciano sano e impecable...tampoco bebía tanta gasolina como era de suponer y con la carrocería interior remodelada bien podía pasar por un madurito interesante...cuero carbón, mullido y acogedor para viajes largos, y de hielo para tramos cortos oliendo a alcohol...el cuenta kilómetros roto como una muesca más del salpicadero, marcado por una tira rectangular de nogal barnizado y relojes de adorno con pretensiones de cronómetros modernos...no hay barro, ni manchas, el cinturón de seguridad sin usar condenado en su interior y en marcha la joya de la corona, una radio antigua de emisoras elegidas con cuidado, donde no se pueden escuchar casette, ni cds...cuando se monta huele a ambientador de bosque y a melancolía...arranca y ruge celestial, el volante deslizándose como guante a medida entre sus manos, un viento cálido baja la ventanilla pero está incomodo...
   William Harper, adormilado y espectral, ya entiende que todo es falso, no hay nostalgia en sepia, ni focos de bienvenida que aplaudan al paso de su fantasma...el remordimiento le come de incertidumbre y se pregunta cuanto le faltará para desaparecer, evaporarse en el olvido como la bocanada de aliento que se lleva de su ser el reproche y el rencor...ladea la cabeza y con los parpados empapados en lágrimas se enfrenta a la trampa de otra mentira...
   ...la habitación número nueve del motel Sunshine, a media hora del centro de la ciudad, a la derecha de una carretera transitada por camioneros y juerguistas, con un letrero de neón intermitente que dibuja un sol triste y solitario y que invita a una sucesión adosada de construcciones impersonales e iguales, por fuera y por dentro...moqueta incolora con huellas de pisadas anónimas, cuadros torcidos y vulgares, un paisaje sin lugar o trazos de un cuerpo abstracto...cama dos por dos, sabanas ajadas por el uso y colcha haciendo juego con una cortina tupida y basta, un armario en los huesos y una cómoda con tres cajones que no encajan, un espejo nublado que refleja el espíritu de  un televisor encendido y oculto...en la mesilla una biblia y un teléfono que no deja de pitar...el cuarto de baño, poco aséptico, harto de desinfectante y lejía, se averigua a la espalda de William Harper...que quizás como inmerso en una broma del miedo, quisiera soltar la vejiga con dignidad sin mojarse los pantalones...pero es mucho pedir a la calma de un moribundo, que ni siquiera está resentido, ni le queman las ganas de venganza cuando siente un leve estremecimiento huyendo, cansado el escalofrío, y se escurre débil de la carne amarga, su esqueleto...
—...te lo puse en bandeja y vienes sin el dinero Franky...eres patético...¿y quieres que me case contigo?...

   Gladys Formosa no chilló al descubrir el cadáver, ni se asustó, ni llamó corriendo a la policía...acostumbrada a experiencias peores, consideró la posibilidad de sacar partido de aquel tropiezo, desgraciadamente más común en esa parte de la frontera con la insinuación del verano...registró los bolsillos y satisfecha, se guardó en el delantal un sobre con billetes de veinte, un Rolex de inmejorable imitación parado en las doce y cuarto, y envuelto en papel de regalo caro, una caja ovalada de terciopelo rojo con un anillo de compromiso dentro...





sábado, 14 de marzo de 2015

CARTA 3, ENTRE LA CUÑA COMERCIAL DE LOS CRUCEROS Y LA DE LA CREMA DEPILATORIA








   Mi querida amiga Escorpión, he de decirte que después de haber leído con detenimiento la carta que me enviaste, no tengo más remedio que celebrar lo  entretenida y concisa que ha resultado, acostumbrada a auténticos mamotretos tristes y aburridos, la tuya ha sido un soplo de brisa fresca, no sólo por los originales planteamientos de tus preocupaciones y dudas, si no por la forma tan sutil con que las describes y expones...me encanta sobre todo como el humor salta a la vista, leyendo entre líneas, para ocultar una verdad que solo dejas entrever a las claras con pinceladas suaves de tu personalidad, muy bien reflejada por cierto en algunas expresiones y frases...Nada me cuesta más que halagar a alguien a través de unas palabras escritas pero he de reconocer que hasta el momento tus letras han sido y son, las más significativas de lo que mi profesión exige...escuchar y ayudar a las personas que como tú se dirigen a mi, a veces como otro recurso más a tener en cuenta o producto de una desesperación que, he de decir en tu caso no he deducido por ningún lado...por lo tanto supongo, querrás ponerme a prueba, y seguramente como buena seguidora de mi programa, has visto en ello la oportunidad para resolver esos asuntos que tan inquieta te tienen en los últimas días...Así es que sin más demora por mi parte, voy a entrar ordenadamente en materia y empezar por el principio:
  ...Dices estar muy enamorada de tu marido y que no tienes hijos y que a pesar de no ser ya una cría, disfrutas de la vida con lo que te ha tocado...precioso cuando mencionas lo de los otros colores que entran por tu ventana...también insistes en que tu familia la tienes desperdigada por medida España, como la otra media que llevas en la sangre, por que hay que ver que mezcolanza de orígenes...pero a lo que iba, que te lo montas muy bien, que se te nota feliz y conforme, que no conformista, no confundamos, que me da a mi en la nariz que de conformista nanay de la china...en fin que me despisto...vives cerca de la capital donde trabajas, en una profesión que adivino te gusta bastante, aunque has pasado por mejores épocas, debe ser que la crisis también afecta a las vocaciones y la ilusión que las alimenta...y que resides en un barrio obrero de los que hay tantos en la viña del señor...perdón se me ha ido la pinza...el caso es que hay surge el primero de tus problemas...tus vecinos de enfrente y la lucha por tender la ropa en el tendedero a compartir...comentas el empeño en adelantarse a poner las lavadoras antes que tu, conscientes que los dos están jubilados y que vosotros, trabajáis con  el inconveniente que conlleva en tareas y horarios, así es que por más prisa que te des, o tiendes con la “madrugá” o tiendes encima...pero mi querida amiga Escorpión de carácter fuerte relleno de sensible corazón, como vas a hacer eso, pobres ancianos, aunque te den ganas de quemar sus prendas o cortar las cuerdas que las sujetan, debes hablar con ellos y llegar a una solución amistosa que pase por un acuerdo mutuo de no agresión en silencio y malos gestos o miradas agresivas, es mucho aventurar pero intuyo que a veces puede ser así por tu parte querida...y eso deja mucho que desear en alguien de tu educación y en alguien que se dedica a tratar con otras almas...como la de ellos, como la tuya a fin de cuentas...(iba a decir egoístas pero me retraigo y lo pongo entre paréntesis). 
   En cuanto a la segunda cuestión, la de aprender a bailar flamenco, la jarana la debes llevar en vena aunque necesites un marca pasos, lo digo por lo que insinúas someramente, eso que dijo la profesora de izquierda es izquierda y derecha es derecha, que si te costaba trabajo entenderlo con la carrera que habías estudiado...pues no sé por que insistes en algo que no va contigo querida, prueba evidente es que por muy estético que sea y muy estética que seas tu, morenaza, alta, buen cuerpo, andaluza, etc...creo que te van más otro tipo de actividades, físicas desde luego la natación e intelectuales las más...ya, ya sé que estás en un grupo de narrativa, no protestes, pero es que tampoco te veo, sin embargo ya te has encargado de hacerme llegar adjuntos algunos de tus textos y tengo que admitir que son muy buenos, sobre todos, los serios, hay uno, como se llama...algo de un hotel, un guiño a El Resplandor de Kubrick...no me acuerdo, bueno da igual...y ese otro de una mujer casi insulsa con rebeca y falda estrecha que luego es maltratada...genial, sencillamente genial, que personajazo...¿Josefina?...y ese del maestro y la niña, y el de la casa que era una desastre...que digo yo, que aunque no te vea escritora, se te da de perlas, y hacer reír debe ser algo innato en identidades tan contradictorias como la tuya...ahí están esa variedad de “personajes” entre amigas y conocidos entre los que te mueves...entre otras, una diosa jovial y eterna, la artesana de los psicobombones, un gigante afable y bonachón, ese de la perilla que parece un científico loco, una crieja romántica y atrevida, la que asesina a diestro y siniestro, otra que escribe fantasía fantásticamente, la del pelo rojo, la del pelo cano, y la Orozco y la bajita, gorda que parece un botijo...total que con tal amalgama de criaturas ¿Qué se puede esperar de ti Escorpión?, o es que eres un tanto excéntrica o es que los vas recogiendo por los rincones y las esquinas de la beneficencia, por que eso si que no hace falta sonsacarte mucho, generosa si eres...fíjate, será por el tono socarrón de algunos párrafos pero dar, das...no hay timo, no...por eso te doy un consejo, no sigas algunas de mis sugerencias...si quieres ser artista, pues hala...adelante, sea de las sevillanas o de los cuentos...mecachis, es que no te veo cuentista, ni caso, como si no lo hubieras leído...
   Y para terminar vamos a ahondar en ese tercer apartado, por llamarlo así...el tema es un poco escabroso, intentar convencer a tus suegros de que se compren un radiador eléctrico no es moco de pavo...piensa que cambiar su monotonía de preparar el brasero de picón y avivar las ascuas cada cierto tiempo lleva un rutinario ritmo y compás que es difícil de alterar con un trasto de metal que se enchufa con un cable y ya está...para ellos es un cambio que necesita periodo de adaptación y el convencimiento por parte del circulo más intimo, normalmente en estos menesteres no es nunca la familia, puede ser el del hogar del jubilado o las vecinas de toda la vida...pero no te molestes querida amiga, los suegros por naturaleza son ingratos y aunque convivan en el siguiente portal al tuyo, debes tener paciencia y no dar importancia a lo que no lo tiene...y que tu marido se moje un poco no, que tu venga a darle a la cabeza para mejorar la relación frío-calor y él que si quieres arroz catalina...que ya sabemos que se encogen de hombros y con eso basta...si es que genio y figura querida, es una recomendación de tu siempre admirada y devota guía espiritual...ah no!!!, que me he confundido otra vez de manual...como te iba diciendo mi querida Escorpión, sigue por la senda de la buena gente, salpicas la hoja con detalles de tu entrega a causas casi perdidas y eso en el siglo que corre es un regalo...como ha sido un regalo disfrutar de tu compañía, da lo mismo que de tinta y papel...Gracias por hacerme participe de tus cosas, ojala que la siguiente carta sea para hablar de las medidas adoptadas y las consecuentes soluciones...Sin más mi más sincero cariño y abrazo...Elena Francis







domingo, 22 de febrero de 2015

...Y COMIERON PERDICES








...Erase una vez un bosque encantado donde habitaban en perfecta armonía y desde la eternidad de los relojes, todos los personajes de los cuentos, animales fabulosos y criaturas fantásticas de relatos y cómics, inventados por la imaginación del hombre. Nadie sabe a ciencia cierta que fue lo que ocurrió...se desconoce la causa, se ignora el motivo, y entre interrogaciones todavía suspendidas en el aire cuelga una pregunta, cual  fue el detonante que convirtió la alegría y el buen vivir de un lugar mágico en un vulgar infierno...La verdad es qué en los últimos años, y desde que en la mente humana, la palabra crisis ocupara con sus derivados y esbirros, cada uno de los rincones dedicados al ocio y la creatividad, se empezaron a suceder una serie de extraños acontecimientos qué como mínimo atrajeron primero la curiosidad, y después la preocupación entre los ciudadanos de la espesura...y es qué quizás ese fuese el principio...de repente Mickey y Minnie Mouse necesitaron cuidados médicos, las arrugas y las canas habían hecho mella en su físico y el deterioro era inminente...Tío Gilito murió una madrugada de un ataque al corazón y su sobrino Donald tan avaricioso como él, invirtió la fortuna legada en oscuros negocios que acarrearían terribles consecuencias a sus vecinos...en invierno, El Coyote por fin atrapó a Correcaminos y terminó sus miserables días esclavizada en su guarida...Los pitufos dejaron de ser azules, a la abeja Maya las rayas se le trucaron en cuadros y David el Gnomo salió en las oposiciones como funcionario recolector de setas…El paraíso natural de frondosa vegetación y árboles milenarios, se fue transformando lentamente en horizonte gris según la burbuja inmobiliaria crecía, inflada por la ambición corrupta de unos pocos que hicieron de este paraje sin igual, objeto de sus deseos financieros y mercantiles...y de sus antaño, felices moradores ficticios, en simples individuos mortales, sometidos a la deriva de sus virtudes y defectos, y a la implantación de crueles leyes y de abusivos impuestos que obligaban a sobrevivir de cualquier manera...Así, Hansel y Gretel tuvieron que abandonar la casita de chocolate y aprender a cazar vampiros, Pinocho desenterró su nariz mentirosa de la tumba de Geppetto y  de feria en feria mostraba por unas monedas, entre burlas y carcajadas, sus vergonzosas debilidades, y Ali Baba entró a formar parte de la banda de los cuarenta ladrones, siendo reconocido como el mejor por sus secuaces, en tan solo unas semanas ocupó el puesto de jefe, vacante por una absurda disputa de navaja y borrachera, a ver quien era el más valiente y ponía el cascabel a Garfield, el gato...dueño de una poderosa multinacional, que contaba en nómina a 101 Dálmatas, los Aristogatos y los dibujos de Hanna-Barbera, incluidos los Picapiedra, Scooby Doo y los autos locos...

domingo, 25 de enero de 2015

CALPARSORO (SALTO AL VACÍO)






   ...Hoy me he mirado en el espejo detenidamente, hacía una eternidad que no era tan osada...y es que, nunca me he llevado bien con los cristales, tampoco con sus reflejos...quizás tenga que ver eso de no ser muy coqueta o simplemente es qué me cuesta reconocerme...Nos hacemos una idea de nosotros mismos, convenciéndonos de ella, nos dibujamos por dentro y por fuera e insistimos en creernos la forma y el fondo...como si tuviera importancia lo que pensamos de nuestro continente o nuestro contenido, ya se encargarán los demás de tasarnos y valorar el precio del seguro a pagar, personalidad y carácter, amén de otras condiciones, normalmente físicas que sumarán la cantidad con intereses, el peaje abonado a lo largo del camino con nombre de relaciones, que si amistad por aquí, compañerismo por allí, ahora amor, luego familia...hasta que un día decides cortar por lo sano, pasar de reglas, de lo establecido y da igual si tu imagen coincide o no con lo que ves...total a quien vamos a engañar... y a estas alturas, cerca de los cincuenta, a casi nadie ya, si acaso a alguien que se acerque, o mejor, que dejes que se acerque con buenas intenciones, entonces ya no te andas por las ramas, ya no disimulas, ya no estás para tonterías y te muestras tal cual, transparente y sin trampa ni cartón...eso no significa que seas ajeno a las consecuencias o a los efectos que pueda tener semejante aventura, las emociones siguen latiendo a estas edades y la sensibilidad a flor de piel, si hasta te deja marca...que son si no esas manchas en las manos o ciertas arrugas en las comisuras y alrededor de los ojos...vida...pues eso...y sin complejos...aunque la verdad jamás los tuve, y cada vez menos...¿se nota no?...sobre todo en ese último gesto que se ha instalado en mis rasgos y que invade por completo la expresión de mi cara, resulta un tanto guasón y tacha mi boca con una media sonrisa, entre confiada y rebelde, salpicando en una mueca cínica lo que antes regó el tiempo con gotas tímidas e ingenuas...pero que se le va a hacer, una es lo que es...o que se lo pregunten a mi memoria cuando contempla las fotos del recuerdo...y seguro que en esencia, todos pensamos lo mismo, no hay diferencia, claro que en mi caso, en peso y contorno, ya te digo...y aquí estoy, arriesgando segundos y minutos en una apuesta inútil, en la ironía de una quimera, intentando no perder la perspectiva de la realidad, comprobando lo que aún permanece de lo superfluo y cuanto he perdido de lo oculto...un equilibrio imposible que perdura en mi mente intrépida después de haber observado al detalle lo insólito del descubrimiento...si...digo bien, me he descubierto de nuevo...no por que el pelo, más o menos castaño, haya clareado en algunas partes, no hay que ser muy listo para saber que son las canas exigiendo egoístas un tinte generoso...ni por la nariz, grande y peculiar, que sigue perenne en su privilegiado sitio o el brillo que trata inocente de ser jovial mojando las pupilas...no...es otra la sensación, como de haber saltado al vacío, sin el tedioso paracaídas de la objetividad cosido con la siempre subjetiva manera de ser...no, en serio...he sido absorbida por una fuerza interior que me ha hecho atravesar mi estampa, que se quedaba quieta, extrañada, con un signo de interrogación colgando de las orejas...y he ido a parar a un baile de mascaras donde la única participante que no la llevaba era yo...y me sentía tan desnuda que tuve que cerrar los parpados y armarme de valor en calma, para como si fuera invisible mantener el tipo...pasado y presente dándose el lote a mi costa, incluso beso con lengua, me lo ha chivado el futuro que imberbe se ruborizaba el pobre...y tantas palabras en tanto silencio...y poco a poco haciéndome a la situación, que si coger el toro por los cuernos, que si más vale una amarilla que cientos coloras, que si de niña alguna vez quise ser un chico...y yo que me defiendo...entonces no había ninguna connotación sexual, lo sé ahora, cuarenta años después, cuando casi todo lo tiene...era más bien una cuestión práctica, los juegos característicos de chicas me resultaban ñoños y aburridos...y la impaciencia, ya me estaba poniendo nerviosa con tanta cuestión intima...y yo, que no, que la imaginación y la fantasía fueron la patria de mi infancia, que sí que en la adolescencia leía mucho, que de sexo no sabía nada...dichoso juicio...quería y no quería escapar...me estaba gustando aquella especie de interrogatorio sin voz que de la incertidumbre me llevó en volandas a la comodidad de un sillón de plumas...Por supuesto que pretender resumir mi existencia en un ir y venir de impresiones no era tarea fácil...pero seguí contestando...que sí, que me enamoré de él...y muchas veces más...que no, que no entendía lo que me estaba pasando cuando me abrazó ella, que había un adjetivo para llamarme así que empezaba por bi...se me estaba revolviendo el estomago convencional...me casé, dos hijas, trabajo, divorcio...rompí con todo...bueno para ser sincera ya hacía mucho que había roto...y en esas estaba saboreando lo amargo y lo dulce otra vez de la soledad cuando un súbito empujón me devolvió al naufragio de un mar de dudas...¿era yo la entusiasmada espectadora que aplaudía sin parar el desorden de mis impulsos?...por el semblante bobo como ido yo diría que sí...¿y esos trazos melancólicos que surcan las mejillas?...lágrimas...vaya por Dios, las que faltaban se han unido a la fiesta...pero si hace siglos que no estoy triste...he tenido tiras y aflojas desde la decisión de compartir mi vida con una mujer, pero vamos nada que con voluntad y respeto por seguir siendo yo misma a pesar de todo, no haya podido curar, a veces una conversación, otras el hecho... ...y los problemas típicos de cualquier hogar...comunicación con las eternas adolescentes, llegar a fin de mes, los padres y los suegros con sus mochilas cargadas de años y enfermedades...qué no puedo quejarme, que es un pecado, aunque crea poco en las parafernalias de las religiones, que cada uno tiene la propia, la suya...al final casi todo está y depende de nosotros, lo que no de un azar enredado en suerte y destino que también vamos buscando, queriendo o sin querer, que más da...madurar es relativizar, y en el vértigo de la frontera donde confluyen los cumpleaños inciertos, los pasos como los pensamientos reposan en lo efímero y fugaz de nuestras huellas...¿me estoy poniendo trascendental?...pues a respirar hondo, a nadar con más ímpetu, a no escatimar en risas, ni en sentimientos, a no reprimir que el corazón haga lo que le dé la gana...todavía quedan sueños escondidos en el letargo tranquilo de una ilusión, caricias dormidas en las palmas de los labios listas para entregar, cariño humilde y leal palpitando loco y embolsado a granel en una utopía...pero ¿y si me hago el muerto como algunos, dejándome llevar?...ni de coña, que mi alma ya se la vendí al diablo en aquella frase que alguien pronunció sobre mi entre signos de admiración: “...nunca he conocido a nadie tan valiente...” y se me debió subir a la cabeza por que aquí estoy, entera y de una pieza, después de hoy haberme mirado al espejo detenidamente...



domingo, 4 de enero de 2015

RESQUEMORES Y RECELOS






Entonces quiere decir...
—...pues que si no me hubiera visto obligada por la situación...
—Ya...que no hubiera venido...
—...más o menos...
—...la entiendo perfectamente...yo en términos generales no percibo nada por lo que preocuparse...todo está dentro de unos márgenes de relativa normalidad...
—...¿de verdad doctor?...¿aunque...?...
—...por supuesto Maravillas, por supuesto...

   Maravillas Resquemores se removía coqueta entre los cojines de aquel sofá, que en las últimas semanas había acogido su incertidumbre con abrazo cálido y amable...dibujó en su cara la mejor sonrisa de su repertorio y guiñó el ojo pícaramente a un sorprendido Cándido Recelos, que tuvo que tragar saliva con el consecuente atragante y ataque de tos...

—...y bien doctor...entonces, ¿ya no tengo que volver más a consulta?...
—...bueno, vera...todo es cuestión de sus vecinos y la denuncia interpuesta...
yo puedo aportar el informe correspondiente, favorable desde luego a su
estado de salud y sus intereses, pero...
—¡ya!...tengo que cumplir con determinadas normas y no descarriarme durante un periodo de tiempo que...
—...yo supervisaré convenientemente, no tanto con algo tan formal, como con alguna visita inesperada o entrevistas con alguno de sus demandantes...
—¡Pamplinas!...no puedo permitirme perder tanto tiempo dejando de ser yo misma...¿qué demonios les importará a ellos?...aquello fue una solemne  tontería...
—...Señora, tanto como una tontería...solemne sí, pero...