…Pasé a tu lado y no me di cuenta hasta que
tu mano me sujetó fuerte la cintura…en un abrazo firme me acercaste a ti…encajé
perfectamente en el hueco que ofrecía tu postura…estabas sentada…casi como si
no te importara me tocabas por encima de la ropa…me dejé llevar por tu
indiferencia tan estudiada, que me excitaba hasta limites insospechados…me
coloqué a horcajadas sobre ti y empecé a besarte lascivamente…cuando más
interesante estaba tu sabor me diste la vuelta violentamente, me arrancaste las
bragas y mi culo se quedó a la altura de tu boca…podías hacer lo que quisieras…en
esos momentos era más tuya que nunca…tus manos cambiaron el tono de las
caricias y se convirtieron en el objeto más buscado por mis ganas…mi espalda se
arqueaba por los continuos orgasmos provocados por tu calor y estallé…estallé
en lágrimas, en sudor, en humedad, en gritos y silencios llenos de pasión…y me
derramé sobre ti como el sol por la mañana, y me vertí en tu piel, mojandola…entonces
te amé…tu no te movías, no hacía falta, cuando mis manos buscaron tu sexo, mi
boca ya lo había encontrado, su río desbordaba tu pantalón y te besé, como si
fuera el último beso, y me bebí el estremecimiento final que sacudió tu quietud…regresé
a tu oído y te supliqué…no me dejes jamás…
…mi amor, si pudiera rozar tu mano, asirme a
tu piel, pegarme a tu mirada, fundirme en tu silencio…si pudiera descubrir el
camino correcto, aquel queme lleve al fondo de tu alma, si pudiera…atravesar
los mares infinitos en las alas de tu abrazo, usurpar el centro de la tierra a
lomos de tu voz, y regresar al principio penetrando en tu nombre…mi amor, si
acaso el tiempo no fuera más que un sueño y la distancia el miedo…si acaso, si
pudiera…acariciar el terciopelo de una ilusión eterna, calmar la lágrima
callada del temor latente…si…si pudiera…correr a tu encuentro una mañana
cualquiera, posar mi tristeza sin adioses, estampar mi sonrisa en el envés de
la tuya…y nunca, nunca…morir en vida esperando en vano la obligación de la
huida…
…Cariño, si ti los días son siempre
lluviosos y tristes, muy tristes…sólo la luz de tu nombre ilumina mis pasos, mi
horizonte, mis palabras…supongo que es melancolía…quizás en algún atardecer
se desprenda de mi alma, como esas escamas de piel que el ocaso envejece y mata…me
he acostumbrado tanto a ella que a veces no me doy cuenta que me inunda los
ojos, los gestos, los silencios…tu me desnudas de sus ropas ceñidas y prietas,
tu me despojas de sus caricias nudosas y traicioneras, tu, una mañana y su
noche la harás desaparecer con tu magia…la magia blanca de quien ama…¡qué
afortunada me siento!...tu serás entonces mi alma, limpia, clara…enamorada…
…cariño, cariño…revolotean mis ganas
alrededor de tu nombre y me consume la ansiedad de rozarte…como decirte sin
palabras todo el amor que desborda mi locura…amor, mi amor…acariciar tu pelo y
desdibujar tus labios en mis dedos…como soñar tu abrazo sin miedo a no
despertar nunca…mi vida, vida…perder los sentidos y la lógica en un beso largo…como
morir en tu presencia sin llorar tu ausencia…
Mi amor…cariño mio…se me enredan tus
palabras a mis gestos, mi mirada, mis silencios…amor mio…vida…me estremezco en
el recuerdo de tus brazos, tus besos, tus caricias…¡como te amo!...qué tiemblen
los cimientos de las murallas, que tiemble la noche y su luna, el día y sus
calles, qué tiemble…que muera de amor si tu mano duda…que viva eternamente, si
tu cuerpo y mi cuerpo sudan…y después cuando no haya nada que contenga nuestro
mundo, que nos salgan las estrella, que nos brille el sol en tu calma, en la
mía…te amo…
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