Supuesto: ¿Qué
pasaría si, centrados en el tránsito del mundo del sueño a la vigilia?...
- Me despertara y fuera invisible
- No pudiera moverme, ni articular palabra
- Si no recordase nada de nada
- Libre
Posible esbozo de un relato largo
…Si Gregorio hubiese
podido elegir como levantarse aquella mañana al sonar el despertador,
seguramente hubiera preferido amanecer convertido en un bicho, en una mosca o
en un escarabajo, como le pasó a su tocayo en ese libro que estaba leyendo con
titulo de enfermedad, y autor con apellido impronunciable, un tal Fran del que
Adela le había hablado y que él ni corto ni perezoso en un arrebato de
obediencia cultural y dejándose aconsejar por ella, había sacado de la Biblioteca Municipal
para esta semana…
aunque en realidad lo único que Gregorio pretendía era tener
excusas para acercarse a menudo por allí
y entre las charlas y recomendaciones de la bibliotecaria ir arrimando
el ascua a su sardina…y es que Gregorio pensaba que era una lástima que Adela,
viuda y tan bien plantada, derrochase su gracia, por el día metida entre papel
y tinta, y por las noches su cuerpo se marchitara melancólico, sin más compañía
que un gato negro que no le hacía ni caso, y viendo la televisión a oscuras o
repasando las últimas novedades editadas…claro que esto es lo que creía
Gregorio, ingenuo y tonto por naturaleza, por que la verdad era otra muy distinta,
ya que Adela, cincuentona moderna y presta a la jarana, harta de que este
mareara tanto la perdiz con tanto cortejo lento y aburrido, se lo montaba a
escondidas con el maestro del pueblo de al lado, también viudo, que en la
recogida de un pedido para la escuela hacía unos meses, le había encandilado
con tres chistes verdes, dos comentarios de texto de la mejor literatura, y un
conocimiento profundo del mundo de los insectos, y del qué, sin ningún tipo de
remordimiento por el qué dirá su enamorado Gregorio, Adela tan bien plantada,
disfrutaba, compartiendo algunas tardes y casi todas las madrugadas, el salero
de su gracia y los meneos de su cuerpo...
A Gregorio, tampoco
le hubiera importado si al ir a asearse, se mirara en el espejo y no encontrase
su imagen por ningún sitio, para descubrir sorprendido que era invisible, ¡vaya
gozada!, no como en la película que había visto, esa de un hombre y un no se
qué de una sombra, y peleas y un malo...bueno, no se acordaba de más...pero él qué
pasada...colándose en el despacho del Avelino, que nunca le dejaba estar más de
un minuto cuando le llevaba la correspondencia, o un café, o le llamaba para
recoger algún sobre urgente que entregar, y eso que llevaba más años trabajando
en el Ayuntamiento que él, que ahora sacaba pecho por que le habían nombrado
alcalde los cuatro caciques de siempre y unos cuantos hijos pródigos que
retornaban al hogar por vacaciones...pero quien le ha visto y quien le ve...que
no se puso corbata ni para su boda con la Loles y ahora hasta con traje de raya
diplomática, y encima se cabrea cuando nos reímos de él con el peluquín que se
ha encasquetado, que se le nota y una barbaridad...lo que Gregorio daría por
cotillear sin que nadie supiera que está observando, cuando todos se van a comer
y Avelino y la secretaría se hacen los remolones quedándose a solas con la
llave del pestillo echado...joder con la finolis de la capital, llegó con cara
de asco y pasando de puntillas por donde pisaba y anda con la pija que no hay
quien la saque de aquí...a todas horas con una sonrisa dibujada y rendida a los
atractivos de un garrulo, alcalde si, pero bruto, bruto...en la cuadrilla ya lo
sabíamos de todas formas, el mayor don del Avelino no era precisamente la labia
de los discursos, no, ero otro que rondaba los veinticinco centímetros...
Y al prepararse el
desayuno, Gregorio intuyó ese miércoles que sería de él si se hubiera
despertado sin poder moverse, ni poder articular palabra...la hostia...eso sí
sería una putada...aunque bien mirado...estaba un poco cansado de ser él quien
se encargase de todo...vivía solo...sí, desde que murió su madre que en paz
descanse, que le había cuidado como a un niño hasta bien cumplidos los
cincuenta, y de eso hacía ya un lustro, cuando la pobre se fue sin hacer ruido...pero
¿Quién organizaba las fiestas patronales?, ¿Quién recorría los alrededores
buscando el mejor vino, las mejores orquestas, los mejores novillos para los
encierros?, ¿A quien se le secaba la lengua los sábados en el bar del Nino con
el Karaoke para que no decayera la fiesta?, ¿Quién animaba el cotarro los
domingos en el fútbol?...venga ya...un poco de ayuda obligada tampoco estaría
mal y así reconocerían su esfuerzo y la dedicación y entrega por su tierra y
sus paisanos...y en el trabajo más de lo mismo...que le echaran de menos...que
un conserje no es un pelele...que tiene sus funciones y es necesario como cada
cual...si nos ponemos a analizar, más, que Gregorio por aquí, que Gregorio por
allá...hala un descanso...qué ya está bien de abusar...y no es que le guste
mucho la cama...o estar sentado mucho rato en el sillón...y eso del silencio le
pone algo nervioso, pero visto lo visto...
Y si encima no
recordase nada de nada...se le va la mente entre sorbo y bocado...pues fíjate
hasta estaría bien...Gregorio se fue por los cerros de Ubeda buscando sus
recuerdos en la memoria, intentando así justificar que no merecía la pena
anclarse en el pasado...total para lo que tenía que recordar...quizás, si
tuviera a quien contarle...pero para qué...campo, gallinas, ordeñar...si no
aprendió a leer hasta los doce mientras pastoreaba las ovejas del Isidro, y
escribir después, por el empeño machacón de su padre, analfabeto con honra, que
en un instante decidió ese seis de Enero que su hijo sería
abogado...regalándole un diccionario, un estuche y un cuaderno de hojas en
blanco...abogado... si a regañadientes se le entendía la firma con nombre
completo y en letras mayúsculas...pobre Anselmo, las palmó cuando Gregorio
estaba en la mili de recluta en un campamento cerca de Madrid...harina de otro
costal...esa época si es para enmarcarla...de juerga por los mesones, su
primera vez con una prostituta de esquina barata, las novatadas salvajes a los
quintos...pero también es verdad, que volvió echo un hombre, más fuerte, algo más
alto, pero igual de inocente...se las dieron todas en el mismo carrillo cuando
le expropiaron la granja para que pasara la Nacional y luego resultó que recalificaron los
terrenos para que los más ricos siguieran siéndolo...ignorante, le contentaron
con un chamizo derruido en la Calle Mayor
que él reformó en vivienda digna, y un puesto vitalicio en el consistorio con
sueldo mínimo pero adaptado perfectamente a las capacidades de su persona,
demasiado rustico, le definieron...cabrones, si hasta le hicieron jurar ante la Biblia y ante don Cristóbal
acartonado en su sotana, lealtad y honestidad como si ya no lo hubiera
demostrado de sobra, no denunciando la estafa al juez Cuenca que venía de vez
en cuando a poner orden en la comarca...y ya ves, en un suspiro se le estaba
consumiendo la vida...un verano fue a la playa, eso si que fue una sorpresa, lo
organizaron a sus espaldas estos gamberros y se le llevaron casi a la fuerza, a
Benidorm...pero no sabía nadar...el río, en la encrucijada de los senderos, no
había servido nunca para bañarse, estaba lleno de remolinos y desde que se
había ahogado su amigo de la infancia...Adolfito el luces...pocos paseos había
dado por sus riberas, por si acaso…Gregorio estaba empezando a sentir añoranza,
un nudo en el gaznate y la amenaza de lluvia chispeando en sus ojos...con los
dedos de una mano enumeraba las veces que la tristeza le había pillado en un
renuncio de nostalgia y desde luego esta vez estaba prevenido así es qué sin
demora regresó al cuarto de baño y...
¡Coño!...pues no era
un sueño...Gregorio por fin se convence por mucho que se toque y se
examine...esa que se refleja en el cristal tiene que ser mi hermana la Eulalia , no puedo ser yo,
un macho...con ese par de tetas y esa melena...si yo estoy calvo...desde luego
entre todas las cosas que podrían haber sucedido y que he estado cavilando...el
destino me la juega de la peor manera posible...a ver ahora que le digo a la
peña, y a las vecinas cuando me vean salir de casa con esta pinta, si parezco
un travesti como los que hay en el Club que abrieron donde la antigua finca de
los Marqueses...¿y que hago yo?...¿y como me visto con el uniforme?...y tengo
reunión con el contable a las doce y el Avelino tiene que darme no se que
asuntos...¡ay madre mía!...toda la tranquilidad que Gregorio se había
manifestado a si mismo hasta ese momento, se había de repente desbordado cuando
tuvo conciencia de lo ocurrido...un error, eso tiene que ser...una
transformación de estas características incluido cambio de sexo, no se produce
por arte de magia...ya les gustaría a algunos ya...Gregorio se estruja el
cerebro...algo he debido hacer, o he tentado al demonio sin darme
cuenta...desear, desear, deseo a la
Adela , y una furgoneta más grande, y esa excursión a Mallorca
para subir en avión...pero sanamente, sin vender mi alma...que yo soy muy
legal...eso es, un despiste, un equivoco de la imaginación…y con estas curvas,
y que no me la encuentro para orinar...¿y tendré que afeitarme?...por que un
rastro de barba queda...y ¿me pinto los labios?...¿como disimulo la nuez?...y
estos pelos en las piernas...Gregorio no se puede ver quieto, dialogando con
las paredes por los rincones le dan las diez...desesperado, suplicando al cielo
del techo raso suena un teléfono móvil...le cuesta identificar que esa música
pachanguera es el sonido del artilugio con teclas y pantalla que le recomiendan
llevar para localizarlo en una emergencia...
—...¿diga?...
—...buenos días...¿podría ponerse Gregorio, por favor?...
—...soy yo...
—...uy...pues no le había reconocido Gregorio, con esa voz
tan...
—...es que estoy acatarrado...he debido coger frío y se me ha
agarrado a la garganta...
—...pues ya debe ser fuerte, ya...el trancazo...
—...iba a avisar ahora mismo, que con la fiebre pues no voy a
poder ir al trabajo...
—...bueno Gregorio, recupérese usted, y vaya al médico...no se
preocupe que ya le digo yo
al alcalde...
Gregorio tiene una
idea...llamar al médico...don Eulogio es discreto y cabal, sabrá a qué habrá
venido toda esta historia y que medidas tomar...pero a Gregorio se le olvida
que don Eulogio fue empedernido pretendiente de Eulalia...
—...¡Eulalia Dios Santo!..¿Cuando has vuelto?...¿no te habrá
hecho daño ese marido tuyo señoritingo, tacaño y catalán?...
A Gregorio le costó
una eternidad, con comida y merienda añadidas a la factura adicional, explicar
al doctor de pe a pa su situación y que este reaccionara...
—...increíble Gregorio...un caso insólito donde los haya...de
publicación científica insisto
—...¿usted cree?...
—...desde luego...para mi que algo en la genética...habría que
advertir a Eulalia no vaya a ser que...
—...si, si...pero dígame...¿me voy a curar?...
—...vayamos por partes Gregorio...ejem...aunque siendo toda
una dama no se como dirigirme a usted...¿por donde íbamos?...ah si…le voy a
recetar un tranquilizante que le relaje y le induzca al letargo...y cuando
despierte, probablemente pasado mañana ya veremos...
—...pero...
—...nada, nada...Gregorio, hágame caso no hay dolor ni
sufrimiento que el sueño no calme...
—...ya, y mientras tanto...¿y si me viene la regla?...y
sentarme cada vez que tenga que ir al baño...
—...paciencia Gregorio, paciencia...las cosas no ocurren por
que sí...mentiras, ni existe el caos, ni la casualidad...¿y si es el proyecto
de una nueva vida para usted?...¿o alguna promesa de la que no se acuerda quien
la hizo?...causas y consecuencias en resumen… o propósitos, expectativas,
enmiendas…los caminos del Señor son complicados…
—...me deja usted de piedra don Eulogio...no había caído en
eso...
—...pues ale a asimilarlo...le hará bien...que de ahí a la
aceptación hay un paso y después ya se podrá enfrentar a ello...yo le
ayudaré...
Gregorio cerró la
puerta más confundido que antes y con la sensación de estar levitando se dejó
llevar...los parpados se le caían y se tumbó cómplice del colchón, dándole
vueltas en la cabeza a la sentencia breve y erudita de don Eulogio: “hay que
ser valiente ante lo inexplicable”...estaba agotado, pero podía discernir
nítidamente, mientras un dulce sopor le iba invadiendo, como su corazón con
carácter de hembra, acompasado e intenso latía, siguiendo feliz el ritmo bailón
de sus rasgos y gestos femeninos, que le invitaban caprichosa y descaradamente
a escribir en aquel cuaderno de hojas en blanco, regalo de su padre un seis de
enero, conservado intacto junto con el diccionario y el estuche, otro capitulo
de su recién estrenada identidad, matizada con encantos de mujer...algo raros
pero encantos al fin y al cabo...
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