domingo, 22 de diciembre de 2013

10 Mayo

   ...Como si dudaras de mi amor, vida mía, todos los instantes vividos contigo se multiplican por el infinito en el instante siguiente...¿puedes hacerte una somera idea ahora de lo que siento por ti?...es más que salvaje, es más que increíble, es más que la más inmensa de las inmensidades...y lo que más me apena es precisamente que a veces parece que no te llega lo suficiente...¡Dios mío, con lo que te amo!...no digo que no sepas que te quiero, pero cuando te siento así...¿qué daría por llenarte, por rebosarte, aunque fuese con una gota de lo que yo siento, en esos mismos momentos que me pides, que me necesitas, que me hablas?...todo es poco, ni ordenador, ni papel, ni teléfono, incluso físicamente...mi vida, este amor no tiene limites conocidos...estoy contigo, deberías poder tocarme, por que hace cinco meses y unos días...y justo desde aquel suspiro que solo vivo para vivir en ti...

   ...Nadie tuvo la culpa...bueno...eso la dijeron, aunque ella en ese momento estaba en otra cosa...era ahora, en la fría noche que rozaba el desasosiego y la angustia, qué el día le había clavado en el pecho...casi de madrugada oscura, que aquellas palabras quebraron el llanto sin lágrimas de su cerebro y con ellas el cristal del silencio saltó en pedazos cuando gritó, sin reconocerse, el lamento reprimido...¿de horas, de días, de años?...y quien sabía...su cuerpo inerte apareció flotando entre las olas, por que lo cierto es que la espuma violenta de otras veces parecía mecerlo, acunarlo entre nanas de sal y arena...nadie tuvo la culpa...salió como tantas veces sin decir nada...en realidad ya no era necesario...ella lo sabía y él también...¿de horas, de días, de años?...la culpa atenazó sus manos en la última prenda que dobló y abandonó su idea como sus maletas...quizás unos días antes, unos meses atrás, el años pasado...permaneció sentada sin mirar el reloj, sin pensar en nada, sin esperar la espera...nadie tuvo la culpa...pero es sólo lo que le dijeron...¿le conocía?...ni un beso, ni un adiós, ni siquiera el recuerdo de su última mirada...el rocío mojó sus pasos en esa misma playa...alguien encontró su cuerpo inerte flotando entre las olas, a la misma hora, a la mañana siguiente...la espuma violenta de otras veces mecía su nombre, acunada entre nanas de arena y sal su vida, su muerte...¿de horas, de días, de años?...



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