Supuesto: a) Contar un suceso, hecho o acontecimiento con tres narradores
diferentes
B) Ante un mismo hecho, las dos versiones diferentes de los
implicados
ÉL
…A él, heterosexual
convencido, tolerante y progre, le encantaba Chueca…no sabría explicar muy bien
que era lo que exactamente tanto le atraía, si perderse por sus calles llenas
de sorpresas con forma humana, las tiendas donde regocijarse con la moda más
vanguardista o los locales de copas…si, los famosos garitos de ambiente, de los
cuales se había convertido en un inesperado y encomiable experto…
Haber nacido en el
barrio de Salamanca, llevar colgado el san Benito de pijo y ser en verdad un
niño de papá, no le impedía presumir entre su círculo de amigos engominados de
conocer perfectamente el barrio gay por excelencia, y sus secretos…
Sabía y no le
importaba que a sus espaldas alguno hiciera el típico comentario homofobo,
sopesando, a la hora de la verdad cuando estaba con ellos, era más gratificante
descubrir en sus gestos remilgados un cierto aire receloso, sólo entendible desde los prejuicios y la soberbia
de su posición…pero para él todo eso era un juego del que salía vencedor
indiscutible, poner las cartas sobre la mesa no era para reprimidos e
hipócritas de doble vida…y de estos había multitud a su alrededor, la llamada
gente de bien llevaba siglos perfeccionando el arte de la apariencia y el
disimulo…más de una vez se había encontrado a alguno de estos respetables sin
toalla en una sauna, o de rodillas en un cuarto oscuro…y eso que al principio
le costó más que trabajo aceptar la invitación del nuevo abogado contratado en
el bufete de su padre…el periodo de prueba del novato, fue supervisado por él
mismo, compartiendo un caso financiero tan complejo como irrelevante y largas
jornadas laborales que despertaron poco a poco con el roce obligatorio, en su
instinto ya curioso de por sí, un afán renovado de abrirse a otras cosas…
Por eso cuando su
desinhibido compañero de despacho durante treinta días, le propuso por
millonésima vez tomar algo aquel viernes, para celebrar por fin la firma del
acuerdo que le consideraba parte de la plantilla con pleno derecho, aceptó casi
sin darse cuenta, dejándose llevar por la situación y murmurando bajito…¡que
tipo más pesado!...
Él nunca había
tenido referencias homosexuales más allá de los tópicos, incluido el tío lejano
y bujarrón, de edad incalculable, que viste como un pincel conservado en
formol, y qué, que casualidad nadie en la familia se explica como sigue
soltero… bueno, los chistes de mariquitas y de mal gusto, y por supuesto, las
vecinas del quinto, que se hacían pasar por hermanas cuando en realidad todo el
mundo estaba al tanto, llevaban juntas desde el bachillerato, eso sí,
extremadamente discretas, eran respetadas por la comunidad dado que nunca habían
dado que hablar y…¡Oye!...con ese porte, quien lo iba a sospechar…
En su imaginación,
Chueca era un conglomerado de esquinas y rincones oscuro y triste, habitado por
fantasmas marginales que deambulaban como sombras mendigando vergüenza y
aceptación a quien se dejará caer por allí…es cierto que hacía tiempo ya que
las noticias sobre la reafirmación del sitio como uno de los mejores de la
ciudad en muchos aspectos, rondaba en su intención más intima la idea de darse
una vuelta como si nada, a ver que se cocía, y después del famoso desfile del
orgullo del pasado julio, con parada internacional y portadas a mansalva, la
complicidad con su novia se disparó en estos asuntos, pero lo que calienta el
morbo y el verano, congela para siempre una discusión absurda sobre el modelo
de mini a elegir y un master de Ciencias Políticas en Estados Unidos por seis
meses que le dejaron con el gusanillo y la relación a medias…
Que casualidad que de
la forma más tonta y de la mano de aquel cicerone entendido en la materia, por
no reconocer, adonis escrupulosamente perfecto…se levantara por fin el telón de
alguna duda y de una leve reticencia al elegir el lugar donde romper el hielo,
precisamente el local más popular y famoso de la plaza…superado el corte de las
presentaciones y las primeras copas, desde luego, fue una noche para no
olvidar…
…si supieran en la oficina, sobre todo el bando femenino, que
riega con suspiros los pasos del muchacho, y exclaman a coro, tan masculino,
tan hombre, tan viril…como se iba dejando la pluma según pasaban las horas, el
alcohol por la garganta y los chulazos de gimnasio con camiseta y paquete
ajustados…otro gallo cantaría y quizás volviesen a fijarse en él…pero la
cuestión ya no era quien de los dos sería el elegido por miradas profundas,
taquicardias nerviosas o pajas mentales…a partir de esa larga madrugada que
acabó el lunes con chocolate y resaca con churros…él, homosexual convencido,
tolerante y progre, descubrió un universo gigante y desconocido, con la luna
disfrazada de flamante travesti, y cada estrella con nombre y apellido tan
insólito como libre, en un original cielo bordado de colores, los de la bandera
del arco iris, claro está, y matizado en su singular diversidad por un millón
de adjetivos de los que siempre dan buen rollo, ufano, divertido, heterogéneo,
ecléctico, dispar, distendido…hasta su ego disfrutó con aquel ligue empeñado en
que no se afeitara más para parecer un “oso” …unas cuantas visitas después por
el sitio, volvería al clásico de los clásicos, el Black and White y
experimentaría otras sensaciones en los bares de cuero, látigo y chicos duros…y
aunque a veces, era suficiente un café en una terraza a la salida del metro,
relajarse buscando determinado libro sin censura, o ir de compras…lo más
estupendo era cuando su colega picapleitos le franqueaba las puertas de su
casa, un bombón inmobiliario, con balcón al centro del meollo…
Entonces,
aprovechaba, eso sí con cierta envidia aunque fuera de la más sana, para
aprender a vivir de otra manera, no era por el buen gusto de la decoración, la
pareja o los amigos que compartieran gustos y espacio, ni el vestidor de
capricho y lleno de caprichos que sería el sueño de cualquier coqueta…no, era
algo raro, distinto, inclasificable…él, aunque egoísta de nacimiento, era
consciente de lo fácil que lo había tenido, tanto en lo social como en lo
económico, pero a rastras de las oportunidades, a veces las ganas no son
suficientes, y se alejan del compromiso cayendo en la trampa vacía de la
nimiedad, lo fútil, lo frívolo…por eso nunca agradecerá lo bastante la mezcla
inteligente de la provocación pecaminosa de músculos y culos, la música
marchosa de los ochenta con sus divas y divos, y los iconos eternos convertidos
en héroes del sacrificio, crucificados en la eternidad sintética de las boas
chillonas y las lentejuelas, con palabras como honesto, natural o digno… y que
seguramente solo le acompañarán en su memoria, también superficial y vana,
hasta cuando cambie el viento, el clavel en la solapa o Chueca deje de ser tan
“in”…
YO
…¿como se me ocurrió
invitarle?…debía estar tonto, no, tonto no, borracho...la autoestima se me
subió a la cabeza y me dio un ataque de estupidez…si no, no lo entiendo…si era
el tío más prepotente, panoli y absurdo que había visto en mi vida…me dí cuenta
en el mismo momento de la entrevista, viéndole pasear por todo el bufete
luciendo palmito, con esa cara de búho insustancial y ese pelo cortado a
lametones...dios mío pensé, tiene el mismo peluquero que Rouco y José Mari, y
encima me entero es el niño de papa…el hijo de mi futuro jefe, es decir, mi
otro jefe, peor por que tuve que pasar un mes enterito bajo su tutela, me
pusieron a prueba con un caso ridículo que lo único que exigía era tiempo…ya
ves tu, yo que tenía todo el del mundo, por que necesitaba ese trabajo, quería
demostrar que tantos años de sacrificio y estudio servían para algo, pero me
desanimé nada más llegar a primera hora de la mañana, y encontrarme con su
figura vulgar etiquetada en azul pijo, esperándome en el que más adelante sería
mi despacho…y supongo que por cumplir, pues me comporté como se esperaba, le
seguí la corriente y armándome de paciencia y valor aguanté…vaya que si
aguanté, codo con codo, doce horas seguidas riendo sus gracias vanas,
contestando a sus preguntas, algunas bastante indiscretas y con muy mala leche,
hasta le tuve que hacer creer que sus conversaciones, carentes de inteligencia
y rayando la banalidad, eran las más interesantes y originales que había
mantenido, por no hablar de las opiniones, las suyas, en la frontera del mírame
y no me mojes…todo esto por ejercer de abogado y dejar de ser camarero en el
bar de copas de debajo de mi casa, que sea dicho, me había dado para pagar la
hipoteca y subsistir, pero como que ya me estaba cansando de tanto buenorro
pasado de rosca, polvos huecos de aquí te pillo y aquí te mato y acostarme roto
después de desayunar…ya uno va teniendo una edad y las prioridades cambian, por
eso y por que no puedo evitar ser educado, hice lo que tenía hacer, agradar,
entregarme convencido y morderme la lengua, muchas veces, aunque cuando de
verdad debería habérmela mordido se me escapó un…¡venga vamos a celebrarlo a
Chueca!...acababa de firmar un contrato con unas condiciones que ni en sueños…y
en cierta manera, él, aunque el típico inútil de futuro regalado, jamás me negó
su ayuda…así es que agradecido, quise ser el mejor compañero y fui un
soplagaitas…por que insistí, las veinte primeras invitaciones no me hizo caso,
las otras cincuenta me miro curioso, y la número un millón ni lo dudó, me dijo
que sí, a regañadientes por que dijo algo murmurando, pero aceptó…quien me
mandaría a mi meterme en camisas de once varas…y sé que le caía bien…bueno, si
descontamos el triunfo que me costó decepcionar lo menos posible al sexo
femenino, creo que en general, aunque a veces era imposible guardar la pluma,
todos aceptaron o disimularon muy bien mi condición sexual que también es
verdad nunca oculté…pero ahora estoy aquí comiéndome el coco con lo que tengo
encima… y es que después de aquella noche, desde luego para olvidar…no me le
quito de encima ni para ir al baño…que si el vermouth los domingos, las juergas
de los sábados, una vueltecita por los escaparates de Fuencarral, las
terracitas de la plaza, los restaurantes de Hortaleza, y encima le encanta mi
piso…pero que hecho yo para merecer esto…vale que tanta publicidad, tanto
orgullo y tanto bombo, nos hace estar de moda, y eso en parte está bien…se
necesita un enfoque hacia la normalidad y aunque se queda corto, algo es algo,
a ver si se consigue quitar por fin el cartel de ghetto y la fama de universo
de desfile de carrozas, y que tanta libertad como dicen que se respira aquí sea
real no un espejismo…eso si que nos dejen algo de aire para nuestros pulmones,
por que sea lo que sea…la música distendida, el morbo de los garitos de
ambiente, dos chicas besándose, da igual, los heterosexuales nos han invadido,
y este elemento con menos sensibilidad que un juguete de hojalata y ego para
llenar diez estadios como el Bernabeu es la clara evidencia, el ejemplo de que
tanto interés de repente de él y de los de su especie por conquistar otro
territorio y ocuparlo, es fugaz, efímero y pasajero…si hasta me estoy
planteando vender mi hogar dulce hogar…envenenado por sus visitas constantes,
su buen rollo de pacotilla y esa condescendencia que desprende hacía mi y mis
colegas como si fuéramos claveles de solapa de quita y pon para exhibirnos como
tema recurrente, la experiencia divertida o la frase más ingeniosa…me lo estoy
imaginando…con la novia, por que tiene novia…con mini y master en ciencias
políticas, con los padres tan superficiales y repelentes como él, y ahí va, su
circulo de amistades, mejor, fajo de billetes falsos, que como fotocopias de
cartón y espejo son tan igualitos, tan hipócritas, tan aburridos, los mismos
gestos estudiados, la misma colonia cara, los mismos guiños rancios de soberbia
y menosprecio, y él, en todas las situaciones, el alma de la fiesta mirándose
el ombligo, y preguntando en alto ¿entiendes?...no lo soporto…y encima tengo
que fingir cuanto me importa su complicidad y hasta bromear con sus caprichos
de, ahora a un local de “osos”, un masajito en la sauna que han abierto nueva,
un preservativo de colores, los del arco iris, no te jode…menos mal que aun con
despedidas de solteros en la pista de baile, en el café más vanguardista
familias entera, con abuelos y biznietos con cochecito incluido, y adolescentes
de botellón sin ideas ni compromisos…como dice la loca de mi vecina…cuando
encuentren otro caramelo con el envoltorio más llamativo, nos dejarán en paz…a
ver si para entonces este ya se ha hartado de diseccionarme, a mi y al barrio
entero, le dejamos de hacer gracia y Chueca abandona el misterio de esquinas
para chaperos, rincones para los maricones, aunque sea a golpe de carcajada y
verso...¡cada oveja con su pareja!... que las cosas vuelvan a su sitio y no me
tenga que ir…
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