domingo, 22 de marzo de 2015

PATRAÑAS 





 William Harper murió con los ojos abiertos, sólo, y después de una lenta agonía que duró la eternidad infinita que le esperaba. Reuniendo todas las escasas y menguantes fuerzas, intentó, con el último suspiro de su alma, dibujar en el rostro una sonrisa irónica que definiera el despropósito de un error, pero apenas si consiguió el esbozo de una mueca extraña, que rompía la armonía de sus rasgos asimétricos, bordados al matiz de un gesto  misterioso e imposible, para espanto de quien le encontrara...
—...irás al motel, verdad Billy...dime que lo harás por mí...
   Con el eco en la mente de una suplica en cicatriz y la rabia latiendo caliente en las venas, William Harper, impulsivo y con la decisión tatuada en los labios como un beso de despedida, condujo hasta el motel Sunshine.
   El cañón frío de una pistola rozaba la piel de su cintura, y grabado en sus balas un único nombre, cuando aparcó a las puertas de la habitación número 9, tiritando angustia y tragando saliva. Lejanas y borrosas en su memoria parpadeaban las imágenes del apartamento de Maryta Jellis, la prostituta de la que se había enamorado como una adolescente, una noche de soledad y borrachera...
—...te esperaré y nos iremos juntos muy lejos de aquí...
   El zumbido implacable de una frase inútil retumbaba en sus oídos como latigazos dulces que aliviaron por un instante el castigo de su recuerdo...
—...¿llevas todo el dinero?...Frankie lo contará...
   La boca de Maryta se movía sensual y él no podía dejar de pensar en su cuerpo desnudo, estremeciéndose de placer y deseo debajo del suyo, por eso se levantó de repente y sin ceremonias absurdas la dejó hablando con nadie...sabía que no volvería pero no podía hacer otra cosa, eran los enredos del destino...
   El viejo Ford Taurus del 88 se quedó callado, la luna asomaba limpia en un cielo sin estrellas, y Dolly Parton terminó su canción “I will always love you”.
—...es mi libertad Billy...mi puta libertad...
   A William Harper le sudaban las manos y se le cayeron las llaves al suelo, un sonido que conocía bien, le sorprendió agachándose, no le dio a tiempo a disparar su Beretta de 9mm...se arrastró como pudo para protegerse de un tiroteo breve e intenso, dejando un reguero de sangre fácil de seguir. El chirrido de unas ruedas pasándose en la frenada, le advirtieron la huida de su presunto asesino...demasiado tarde...el futuro como la vida se le escapaba por el agujero negro en el que se había convertido su estomago, aún así se refugió en la habitación número 9, la puerta estaba de par en par como su oscura suerte...
—...no seas tonto, Billy...no he conocido otro hombre como tú...merece la pena arriesgarse ¿no crees?...
   ...Y William Harper creía, claro que creía, por eso estaba tranquilo y con la conciencia en paz, recostado contra una pared sucia, apretándose en vano la herida con las tripas y el dolor con el sufrimiento, mientras su cerebro empezaba a entrar en una nebulosa que también creyó era lo que tantas veces había escuchado...ahora la película de su historia se proyectaría ante sus pupilas y luego una luz blanca como aviso cegador de un final que se aproximaba...el corazón se le aceleró con la primera visión, pero...
   ...el amarillo del atardecer se colaba por una ventana cuadrada, pequeña, y los visillos transparentes acariciaban suave los respaldos de dos sillas de madera indefinida que conformaban una mesa redonda, también de madera indefinida, donde revoloteaban antes de posarse en su superficie algunas partículas de polvo, que un aire servicial y fresco transportaba despacio, buscando luego rincones sombríos y esquinas claras donde dar la vuelta y esconderse para sorpresa de un ambiente denso e irrespirable, revuelto del humo gris de cigarrillos sin filtro y el aroma empalagoso de perfume barato y comida precocinada...un sofá desvencijado que un día fue verde esperanza, desparrama sus cojines pardos por los limites de una alfombra de cuerda nudosa y desgastada, en medio, un taburete de plástico cuarteado, soporta ceniceros llenos y latas de cerveza vacías, a su lado unos zapatos de tacón permanecen en posición de alerta, dispuestos a ser calzados en cualquier momento y un vestido estrecho de flores azules recorta su silueta un poco más allá, en un suelo de losetas marmóreas...sin duda es el apartamento de Maryta Jellis...un aparador destartalado con unas cuantas piezas de una vajilla de loza blanca, tres fotografías enmarcadas en portarretratos sin cristal y dos bailarinas de porcelana, saludan a William Harper desde los ruidos del silencio, el que supone empapela el cuarto del fondo, sombreado en claroscuro y repleto de detalles y motivos en rosa de distintos tonos, donde Maryta le hacía el hombre más feliz...
   William Harper aún consciente y resignado al abrazo de la añoranza, sumido en el equivoco circunstancial de lo que en verdad debería estar ocurriendo en su juicio en vez de esta especie de cámara fija, que despistaba sus sentidos y embrujaba su razón, no insistió más y se dejó llevar en volandas de lo que volvió a creer eran exigencias de un guión muy imaginativo, así es que apretó los dientes para aguantar el envite de lo siguiente en la pantalla de su retina y...
   ...como relucía el capó, parecía abrillantado con charol añil eléctrico, y los neumáticos recién cambiados presumían de caucho nuevo y llantas de aluminio a estrenar, los parachoques se disimulaban camuflados bajo pintura del mismo color, y el techo impoluto, devolvía los rayos del ocaso despidiéndose en el horizonte con esquirlas doradas que llovían alrededor de su forma perfecta...un Taurus del 88, casi de colección...con chasis y motor original, algún arreglo en la chapa y unos miles invertidos por capricho ...el portón del maletero no ajustaba bien, pero era un achaque sin importancia en un anciano sano e impecable...tampoco bebía tanta gasolina como era de suponer y con la carrocería interior remodelada bien podía pasar por un madurito interesante...cuero carbón, mullido y acogedor para viajes largos, y de hielo para tramos cortos oliendo a alcohol...el cuenta kilómetros roto como una muesca más del salpicadero, marcado por una tira rectangular de nogal barnizado y relojes de adorno con pretensiones de cronómetros modernos...no hay barro, ni manchas, el cinturón de seguridad sin usar condenado en su interior y en marcha la joya de la corona, una radio antigua de emisoras elegidas con cuidado, donde no se pueden escuchar casette, ni cds...cuando se monta huele a ambientador de bosque y a melancolía...arranca y ruge celestial, el volante deslizándose como guante a medida entre sus manos, un viento cálido baja la ventanilla pero está incomodo...
   William Harper, adormilado y espectral, ya entiende que todo es falso, no hay nostalgia en sepia, ni focos de bienvenida que aplaudan al paso de su fantasma...el remordimiento le come de incertidumbre y se pregunta cuanto le faltará para desaparecer, evaporarse en el olvido como la bocanada de aliento que se lleva de su ser el reproche y el rencor...ladea la cabeza y con los parpados empapados en lágrimas se enfrenta a la trampa de otra mentira...
   ...la habitación número nueve del motel Sunshine, a media hora del centro de la ciudad, a la derecha de una carretera transitada por camioneros y juerguistas, con un letrero de neón intermitente que dibuja un sol triste y solitario y que invita a una sucesión adosada de construcciones impersonales e iguales, por fuera y por dentro...moqueta incolora con huellas de pisadas anónimas, cuadros torcidos y vulgares, un paisaje sin lugar o trazos de un cuerpo abstracto...cama dos por dos, sabanas ajadas por el uso y colcha haciendo juego con una cortina tupida y basta, un armario en los huesos y una cómoda con tres cajones que no encajan, un espejo nublado que refleja el espíritu de  un televisor encendido y oculto...en la mesilla una biblia y un teléfono que no deja de pitar...el cuarto de baño, poco aséptico, harto de desinfectante y lejía, se averigua a la espalda de William Harper...que quizás como inmerso en una broma del miedo, quisiera soltar la vejiga con dignidad sin mojarse los pantalones...pero es mucho pedir a la calma de un moribundo, que ni siquiera está resentido, ni le queman las ganas de venganza cuando siente un leve estremecimiento huyendo, cansado el escalofrío, y se escurre débil de la carne amarga, su esqueleto...
—...te lo puse en bandeja y vienes sin el dinero Franky...eres patético...¿y quieres que me case contigo?...

   Gladys Formosa no chilló al descubrir el cadáver, ni se asustó, ni llamó corriendo a la policía...acostumbrada a experiencias peores, consideró la posibilidad de sacar partido de aquel tropiezo, desgraciadamente más común en esa parte de la frontera con la insinuación del verano...registró los bolsillos y satisfecha, se guardó en el delantal un sobre con billetes de veinte, un Rolex de inmejorable imitación parado en las doce y cuarto, y envuelto en papel de regalo caro, una caja ovalada de terciopelo rojo con un anillo de compromiso dentro...





sábado, 14 de marzo de 2015

CARTA 3, ENTRE LA CUÑA COMERCIAL DE LOS CRUCEROS Y LA DE LA CREMA DEPILATORIA








   Mi querida amiga Escorpión, he de decirte que después de haber leído con detenimiento la carta que me enviaste, no tengo más remedio que celebrar lo  entretenida y concisa que ha resultado, acostumbrada a auténticos mamotretos tristes y aburridos, la tuya ha sido un soplo de brisa fresca, no sólo por los originales planteamientos de tus preocupaciones y dudas, si no por la forma tan sutil con que las describes y expones...me encanta sobre todo como el humor salta a la vista, leyendo entre líneas, para ocultar una verdad que solo dejas entrever a las claras con pinceladas suaves de tu personalidad, muy bien reflejada por cierto en algunas expresiones y frases...Nada me cuesta más que halagar a alguien a través de unas palabras escritas pero he de reconocer que hasta el momento tus letras han sido y son, las más significativas de lo que mi profesión exige...escuchar y ayudar a las personas que como tú se dirigen a mi, a veces como otro recurso más a tener en cuenta o producto de una desesperación que, he de decir en tu caso no he deducido por ningún lado...por lo tanto supongo, querrás ponerme a prueba, y seguramente como buena seguidora de mi programa, has visto en ello la oportunidad para resolver esos asuntos que tan inquieta te tienen en los últimas días...Así es que sin más demora por mi parte, voy a entrar ordenadamente en materia y empezar por el principio:
  ...Dices estar muy enamorada de tu marido y que no tienes hijos y que a pesar de no ser ya una cría, disfrutas de la vida con lo que te ha tocado...precioso cuando mencionas lo de los otros colores que entran por tu ventana...también insistes en que tu familia la tienes desperdigada por medida España, como la otra media que llevas en la sangre, por que hay que ver que mezcolanza de orígenes...pero a lo que iba, que te lo montas muy bien, que se te nota feliz y conforme, que no conformista, no confundamos, que me da a mi en la nariz que de conformista nanay de la china...en fin que me despisto...vives cerca de la capital donde trabajas, en una profesión que adivino te gusta bastante, aunque has pasado por mejores épocas, debe ser que la crisis también afecta a las vocaciones y la ilusión que las alimenta...y que resides en un barrio obrero de los que hay tantos en la viña del señor...perdón se me ha ido la pinza...el caso es que hay surge el primero de tus problemas...tus vecinos de enfrente y la lucha por tender la ropa en el tendedero a compartir...comentas el empeño en adelantarse a poner las lavadoras antes que tu, conscientes que los dos están jubilados y que vosotros, trabajáis con  el inconveniente que conlleva en tareas y horarios, así es que por más prisa que te des, o tiendes con la “madrugá” o tiendes encima...pero mi querida amiga Escorpión de carácter fuerte relleno de sensible corazón, como vas a hacer eso, pobres ancianos, aunque te den ganas de quemar sus prendas o cortar las cuerdas que las sujetan, debes hablar con ellos y llegar a una solución amistosa que pase por un acuerdo mutuo de no agresión en silencio y malos gestos o miradas agresivas, es mucho aventurar pero intuyo que a veces puede ser así por tu parte querida...y eso deja mucho que desear en alguien de tu educación y en alguien que se dedica a tratar con otras almas...como la de ellos, como la tuya a fin de cuentas...(iba a decir egoístas pero me retraigo y lo pongo entre paréntesis). 
   En cuanto a la segunda cuestión, la de aprender a bailar flamenco, la jarana la debes llevar en vena aunque necesites un marca pasos, lo digo por lo que insinúas someramente, eso que dijo la profesora de izquierda es izquierda y derecha es derecha, que si te costaba trabajo entenderlo con la carrera que habías estudiado...pues no sé por que insistes en algo que no va contigo querida, prueba evidente es que por muy estético que sea y muy estética que seas tu, morenaza, alta, buen cuerpo, andaluza, etc...creo que te van más otro tipo de actividades, físicas desde luego la natación e intelectuales las más...ya, ya sé que estás en un grupo de narrativa, no protestes, pero es que tampoco te veo, sin embargo ya te has encargado de hacerme llegar adjuntos algunos de tus textos y tengo que admitir que son muy buenos, sobre todos, los serios, hay uno, como se llama...algo de un hotel, un guiño a El Resplandor de Kubrick...no me acuerdo, bueno da igual...y ese otro de una mujer casi insulsa con rebeca y falda estrecha que luego es maltratada...genial, sencillamente genial, que personajazo...¿Josefina?...y ese del maestro y la niña, y el de la casa que era una desastre...que digo yo, que aunque no te vea escritora, se te da de perlas, y hacer reír debe ser algo innato en identidades tan contradictorias como la tuya...ahí están esa variedad de “personajes” entre amigas y conocidos entre los que te mueves...entre otras, una diosa jovial y eterna, la artesana de los psicobombones, un gigante afable y bonachón, ese de la perilla que parece un científico loco, una crieja romántica y atrevida, la que asesina a diestro y siniestro, otra que escribe fantasía fantásticamente, la del pelo rojo, la del pelo cano, y la Orozco y la bajita, gorda que parece un botijo...total que con tal amalgama de criaturas ¿Qué se puede esperar de ti Escorpión?, o es que eres un tanto excéntrica o es que los vas recogiendo por los rincones y las esquinas de la beneficencia, por que eso si que no hace falta sonsacarte mucho, generosa si eres...fíjate, será por el tono socarrón de algunos párrafos pero dar, das...no hay timo, no...por eso te doy un consejo, no sigas algunas de mis sugerencias...si quieres ser artista, pues hala...adelante, sea de las sevillanas o de los cuentos...mecachis, es que no te veo cuentista, ni caso, como si no lo hubieras leído...
   Y para terminar vamos a ahondar en ese tercer apartado, por llamarlo así...el tema es un poco escabroso, intentar convencer a tus suegros de que se compren un radiador eléctrico no es moco de pavo...piensa que cambiar su monotonía de preparar el brasero de picón y avivar las ascuas cada cierto tiempo lleva un rutinario ritmo y compás que es difícil de alterar con un trasto de metal que se enchufa con un cable y ya está...para ellos es un cambio que necesita periodo de adaptación y el convencimiento por parte del circulo más intimo, normalmente en estos menesteres no es nunca la familia, puede ser el del hogar del jubilado o las vecinas de toda la vida...pero no te molestes querida amiga, los suegros por naturaleza son ingratos y aunque convivan en el siguiente portal al tuyo, debes tener paciencia y no dar importancia a lo que no lo tiene...y que tu marido se moje un poco no, que tu venga a darle a la cabeza para mejorar la relación frío-calor y él que si quieres arroz catalina...que ya sabemos que se encogen de hombros y con eso basta...si es que genio y figura querida, es una recomendación de tu siempre admirada y devota guía espiritual...ah no!!!, que me he confundido otra vez de manual...como te iba diciendo mi querida Escorpión, sigue por la senda de la buena gente, salpicas la hoja con detalles de tu entrega a causas casi perdidas y eso en el siglo que corre es un regalo...como ha sido un regalo disfrutar de tu compañía, da lo mismo que de tinta y papel...Gracias por hacerme participe de tus cosas, ojala que la siguiente carta sea para hablar de las medidas adoptadas y las consecuentes soluciones...Sin más mi más sincero cariño y abrazo...Elena Francis