domingo, 28 de abril de 2013

Quimera


Supuesto: Descripción de un espacio físico qué esté al servicio del carácter del relato
                escrito…







   …El encuentro, como siempre, sería en una habitación de hotel, pero esta vez iba a evitar los más discretos del centro, se arriesgaría…el elegido, en las afueras, adornaba la carretera nacional con luces de colores incrustadas en la fachada, y un gran cartel luminoso con trazos que podrían ser cualquier cosa, incluso letras, eso sí, escritas de cualquier manera…era lo que más le había llamado la atención desde el arcén cuando paró, eso, y el esfuerzo por comprender que puestas en orden, se leía “El Milagro”…
   Qué extraño, juraría confiada que el sábado al pasar por el mismo sitio, aquel edificio de pálido malva no estaba allí…quiso asegurarse de no haber equivocado la salida correcta, pero la gasolinera verde y el descampado triste, ¿o era al contrario?, bueno que más daba, confirmaron que ocho días al mes repetía el mismo camino al visitar a sus padres, y que las posibilidades de error eran ninguna…en fin no era momento de darle vueltas al asunto, faltaba poco para la oscuridad, y menos para dar rienda suelta a los deseos, que esta ocultaba bajo su manto negro bordado de luna, hasta se felicitó con una sonrisa por el verso…así es que con zancada firme de adultera convencida aparcó el coche en lo que pretencioso, apuntaba ser el parking de clientes, cuatro rayas torcidas dibujadas con tiza en una tierra roja y blanda que no parecía característica del lugar, como una mancha viva derramada sobre fondo gris cadavérico o como un sello de sangre estampado en el blanco inmaculado de la inocencia…¡Dios mío que comparaciones se le ocurrían!…el cuidado de no caerse con los tacones invitaba al despiste y seguro que los pensamientos volverían por los derroteros habituales, como por ejemplo el que…
   …Antes de atravesar la puerta, imponente y desproporcionada, hiciera la llamada de rigor sin conseguir hablar con nadie, y como de costumbre el verdadero mensaje del mensaje, su voz, fuese grabada por un contestador hueco, que le devolvía con guasa el eco vacío de su urgencia…resignada, que remedio, a un idioma en claves, bastó una pista apelativa a la religión más elemental, y un número de tres cifras, para dar por terminado lo que al principio era un juego divertido y morboso de seducción, y que con el tiempo se había convertido simple y llanamente en solo eso, un juego…
   Empujó el cristal biselado con pocas ganas y con la mente en otra parte, quizás en su conciencia, esa que no sabía como se las apañaba, inesperadamente, le aguaba la fiesta a menudo…como ahora…y justo en la fase del engaño que más concentración requería, y también la que más le gustaba… sutil e inadvertidamente poder fingir ser otra…pero hoy, que ironía del destino, las consecuencias de una excusa típica, válida para remendar lo mismo un roto que un descosido, desembocaron en un viernes insulso de marzo a las siete de la tarde, perdida de repente en sus propias intenciones, y no le hicieron falta ni las gafas de sol, socorridas donde las haya, ni disimular el gesto clandestino, por que el ambiente que envolvía la entrada, despejaba a cualquiera que atravesase la electrizante luz azul de bienvenida, las dudas sobre el propósito de su viaje o estancia, por supuesto, dichas voluntades, indiferentes en contenido y continente, a la cordura… y es que nadie en su sano juicio, ella era una excepción, no tenía juicio, osaría aventurarse en semejante laberinto, sin anteriormente, haber puesto a buen recaudo la identidad de su sombra, por si acaso…
   El universo inclasificable que descubrieron sus ojos, pasado el efecto cegador de la acogida, por cierto tan helada como el aire que congeló un saludo no correspondido, no pertenecía a categoría ni etiqueta alguna, de este nuestro mundo…alfombras voladoras como las descritas en los cuentos orientales recorrían suelos, paredes y escaleras cambiando tamaño y textura según el espacio exacto que cubriesen…la moqueta de nudo corto que forraba los tabiques, cambiaba el tono indefinido original por otros fluorescentes según te acercabas o te alejabas, y las cortinas, combinando gasa y terciopelo, bailaban al son de una música apenas perceptible si no fuera por que cuando menos te dieses cuenta, ya estabas tarareando su estribillo desconocido y machacón, entonces no había marcha atrás, las neuronas del cerebro estaban contagiadas, y una campanilla estridente avisaba que era hora del siguiente paso…la recepción
   …Encontrarla primero, y tarea difícil entre cuartos escondidos, despachos nobles, y salas acondicionadas, sucedidas sin concierto ni armonía por pasillos sobrepuestos a distintas alturas y sobrecargados de adornos, cuadros y tapices que hacían imposible localizar algo en particular sin un inventario y un mapa…
   Decidida a abandonar una excursión que prometía incertidumbre y probable dolor de cabeza, y no era cuestión…quiso devolver sus huellas por donde habían pisado… pero pobre ingenua…tuvo que pararse en seco, so pena de caer en el abismo que separaba su cuerpo del vértigo ante aquel agujero de dimensiones colosales y cavado en un instante, ¿sería su imaginación que le estaba haciendo un lío?...el croar de una rana amarilla con albornoz de lunares talla XXL, se interpuso entre el susto y un pasmo que ahogó de miedo su grito de auxilio, pero lo que tiene dárselas de valiente y atrevida, es que a veces, es verdad, por lo tanto con temblores hasta en las orejas y sin decir ni pío siguió los saltos insistentes de su improvisado guía…y ¡vaya! a la derecha, después de la quinta esquina, girando un tercio a la izquierda para subir por veintidós peldaños y esquivar la columna rosa, detrás de la biblioteca, en el rincón más apartado enfrente del portón por donde había accedido hacía escasamente un minuto, un severo mostrador de marquetería y caoba…y para variar entre un buen surtido de objetos inútiles y decoración hortera, una persona…rara, pero una persona…

―Gracias Señor Rufus, muy amable…no sé por qué pero todos extravían el rumbo…¿Cómo está su señora?...

    Una mujer de aparente belleza serena, desplegaba con naturalidad los encantos educados y aprendidos de una buena y profesional anfitriona, pero curiosamente los rasgos y muecas de su rostro mutaban al compás de las palabras articuladas en la conversación, y era asombroso que la fugacidad del significado de adjetivos como guapa, fea, joven, vieja, agradable, antipática, dependiera de la expresión, su locución, timbre o matiz…

―estupendamente…ya sabe con lo suyo…pero lo lleva bien…sensata, se ha acostumbrado, no me besa tanto, pero el resultado es el mismo…jamás me convertiré en príncipe…
―...haré que el maniquí 57 les suba una botella de champán sin cargo alguno…
―…no tiene por qué…sólo salí a por hielo y presentí que la huésped estaba algo desorientada…por cierto si pudiera ser otro camarero…a mi mujer le dan nauseas los calvos…
―…faltaría más…disculpe señor Rufus…se le ha caído el peluquín…

   El señor Rufus recogió el matojo de pelos artificiales y se despidió deprisa, con el recelo de verse atrapado en un desliz…

―Usted me dirá…¿también viene por lo del milagro?... ―con una entonación algo condescendiente su cara adquirió un semblante dulce y repulsivo al vaivén de la mirada de nuestra huésped que seguía sin poder pronunciar ni mu, estupefacta por ser testigo de un panorama sin parangón y tan peculiar…
―verá yo…
―…no se preocupe…pasa mucho en el periodo de iniciación, al desflorar los sentimientos…relájese y disfrute de nuestras ofertas…
―¿ofertas?...
―…vamos, no se haga la tonta…¿Qué necesita?...¿pasión, compañía, reír, desahogarse, otras distracciones?...tenemos alcobas, incluso para estar a solas con uno mismo…
―…no sabría que…
―claro, claro…son tantas las opciones…déjeme adivinar…

   Un reloj de cuco mudo interrumpió con el anuncio intuido de las en punto la disparatada escena que se estaba desarrollando en sus narices, perdón su pico…y es que como si del escenario de un teatro de papel se tratara, los decorados se modificaron en un santiamén…un parpadeo, y dos damas tomaban un té con pastas, sentadas cómodamente en un sofá de cuero tan mullido como pasado de moda…

―estudios universitarios, trabajo monótono, la rutina del hogar y los niños y un marido egoista…¿sigo?...

   La cuarentona morena de físico agraciado y atractivo, aturdida y confusa por el desparpajo de la anciana con cabello blanco, que digo, rubio, no, naranja, de acuerdo ya…a mechas…se encogió de hombros…

―será mejor empezar sin preámbulos…el primer piso está habilitado para los estados de ánimo, se admiten carcajadas y lágrimas, depresiones y ansiedades, alegrías tristes y penas jocosas…se permiten las fiestas y los funerales, las mascotas fieles y las parejas que traicionan el sentido de la lealtad…ya ve si se consiente…lo único que no se puede es reservar 48 horas seguidas el dormitorio de la soledad, por eso del suicidio…prohibido terminantemente, es un engorro y tanto papeleo pondría en evidencia a muchos de nuestros asiduos…La segunda planta es diferente, menos estricta, ocasiones especiales y celebraciones espontáneas, bodas, cumpleaños, ligue que estrenar, nuevas citas, cuernos, herencias provocadas…y arriba, en el ático, tres suites, El Cielo, un paraíso salpicado de nubes y detalles naif, recomendado para amores delicados, relaciones fraternales, amigos sin derecho a roce…El Infierno, una delicia, caliente y placentera, con cama gigante, envuelta en las más exquisitas de las tentaciones y con la novedad de poder acceder al canal privado de televisión que conecta en directo con cada una de las formas del pecado…hemos omitido el purgatoria por ética, no nos va eso del limbo legal mientras se es victima del calvario y el tormento…y para terminar esta breve exposición, la más singular y representativa, marca de la casa, El Milagro…donde se cumplen los anhelos, las fantasías, los sueños…
Ahhhh!!! se me olvidaba…no hay ceniceros por lo de que fumar perjudica la salud y la ley antitabaco, ni espejos, a excepción de quien presente una receta médica, la casualidad de su reflejo es mala consejera de culpas, remordimientos y del arrepentirse, precisamente la mayoría de las veces, al firmar la factura…y eso que es invisible y las cantidades que figuran, mero trapicheo por Hacienda…por que, moralmente, todas las consumiciones y alojamientos son gratuitos…pero me he desviado del tema…la que a usted le convendría, desde luego sería la más cara, desde luego la más hermosa, desde luego la más exclusiva, la que nos nombra…
 
―…¿Quién coño es usted y qué demonios le importa por qué se supone que estoy aquí?...

   La protagonista, no sabemos bien si de esta historia, pillada en un renuncio, enfadada por la trampa y dispuesta a borrar de un plumazo tanta demostración obsesiva y decepcionante de su ser, se puso de pie, alterada y enérgica…

―…tiene razón…quien soy no es importante…lamento haberme metido donde no me llaman…si quiere marcharse el maniquí 13, supersticiosamente y por arte de magia le indicará la salida y si al irme, el latido del silencio le devuelve la nostalgia de lo que pudo haber sido…aquí le dejo la llave…es fácil la dirección, siga la transparencia de su alma…o su frustración y su fracaso…

   Una niña de seis años se evaporó de la mano de su muñeca con el soplo frío de un viento de repente con alas infinitas…la atmósfera se contaminó entonces de temores y tinieblas y en su efímera revista al aliento de su corazón, la mendiga de amado y amante, supo que hacer…
   Lo próximo en su memoria, es una secuencia de recuerdos nítidos enturbiados por el afán de enlazar e interpretar, una sucesión de símbolos y gráficos enigmáticos a más no poder, que probaban la locura de su inteligencia…unas mesillas de ébano colgadas del techo, las sabanas de raso suave adherentes a la piel, una lámina de esbozos abstractos a carboncillo que contaba cuentos, televisión con películas sesión continua melancolía, una bañera con peces tropicales…y ella, en la intimidad misteriosa de su secreto, los nervios de puntillas sobre la colcha de algodón desnudo, perseverando en lo absurdo de permanecer allí, como lo fue en el mes de febrero, o en el de enero, en otros refugios de alquiler adonde escapar… aquella mujer, niña, anciana, espíritu o extraterrestre lo que fuera, había acertado, esperaba sin que hubiera suerte, el milagro de la emoción y las sensaciones a repartir entre ternura, cariño, comprensión, tenía tanto que dar, tanto que recibir…pero preparándose para lo que podríamos entender perfectamente como una huída…esta vez, si llamaron a la puerta…


   Se despertó sobresaltada con los golpes de unos nudillos aporreando la cancela de madera…por favor que no se levanten los niños, todavía no…su marido roncaba, ajeno, como no, al ruido que le había despabilado, y al sudor que le empapaba con gotas de evocación la delgada frontera del ensueño con la realidad, inquieta, y aún naufraga adormilada de lo que más bien consideró una pesadilla con fantasmas y sus debilidades, y con la idea fresca de remojar en la ducha su resaca de alucinaciones, a ver si así el sumidero se tragaba tanta tontería onírica, y el veneno iluso de volar en libertad se daba a la fuga…abrió el cerrojo a la sorpresa y a la mañana…
―Buenos días, ¿la he despertado?...lo siento…he venido a devolverle esto…se lo debió dejar esta madrugada…estos monederos modernos con tanta documentación a cuestas…me figuré que…pero no quiero molestarla más, es temprano y yo debo irme…las obligaciones eternas de El Milagro me reclaman…

domingo, 21 de abril de 2013

Palabroteca Nacional


Supuesto: Palabras significativas dentro de un relato…ESPRUGO, GALBET, GLIMIGRIM
                PEPLON SELAN, BORACH NIVOLA y GUIN BUS FLESTRIM






   Cuando los fluorescentes del techo se apagaron convencidos, y las luces de emergencia brindaban su oportunidad, un revuelo de letras al viento invadió la nave central en la Sala Grande de la biblioteca más importante del país…
    Si bien es cierto que las puertas habían sellado con el ruido de los cerrojos otra jornada más…la noche prometía entretenimiento al silencio y al polvo, celosos guardianes de los tesoros de papel y tinta, que aquel edificio de porte magistral, custodiaba y administraba eficazmente para uso y disfrute…
   La seguridad encargada de velar 24 horas por evitar que ese uso y disfrute se efectuase fuera de la ley, controlaba cada movimiento, por muy leve que fuera, desde su garita en la entreplanta, con cámaras de alta definición instaladas sin disimulo por esquinas y rincones…de vez en cuando, los agentes uniformados con armas cortas a la cintura y linternas de ojos amarillos, recorrían, por cierto con bastante mala leche, departamentos, pasillos, aulas de estudio y demás estancias, distribuidas con el calculo y la medida de una ecuación matemática…
   Por lo tanto todo hacía presagiar que los hechos narrados a continuación deberían haber sucedido con la meticulosidad de un plan ideado al mínimo detalle y la precisión exacta del mejor de los relojes suizos, pero…

domingo, 14 de abril de 2013

La puta pena



 Supuesto: La Risa
-         Una risa que me persigue…
-         Extrañamente hoy todo el mundo esta sonriendo…
-         Pero por qué me sonríe…
         Inicios:
a)     El personaje 1.- Oiga usted está sonriendo
                                  2.- uy perdone, no me había dado cuenta
         b)  El personaje 1.- Oiga se va a reír usted de su padre
                                  2.- vale ahora voy





­­―¡Oiga!, usted está sonriendo
―¡Uy! Perdón, no me había dado cuenta
―Pero escuche, ¿donde va usted tan deprisa?…
―No puedo pararme…temo que me persiga una carcajada…
―Que está usted diciendo, hombre de Dios…pretende quedarse conmigo…
―Para nada…yo soy una persona muy seria y respetable, ¿por quien me ha tomado?...
―¿Yo?...disculpe si le he ofendido…es que tiene usted unas cosas…
―No me cree, ¿verdad?...míreme a los ojos…¿no le parece que estoy infectado?…
―¡Tonterías!...este es el país de los Humanos Tristes…la alegría y sus derivados están terminantemente prohibidos…vivimos tiempos tranquilos y en calma, ajenos a las revoluciones de jubilo del pasado, y con los rebeldes que sobrevivieron a la jarana dando cuenta de sus huesos en la cárcel…¿Qué le hace suponer lo que sospecha?...
―Verá…este no es sitio ni lugar para confidencias entre extraños…a fin de cuentas…¿Quién coño es usted?...
―Pues que casualidad que lo pregunte…agente secreto para la Protección de la Mesura y la Solemnidad, y tendrá usted que acompañarme a comisaría…
―¿Es que estoy detenido?...mire que sé que tengo mis derechos…
―¿Detenido?...no por Dios…claro que no…puede ser usted un testigo importante, y sus declaraciones podrían ser de gran utilidad para una investigación que estamos llevando a cabo desde hace unos meses…cuando en esta misma esquina, otro hombre salió disparado gritando ¡socorro, socorro!, envuelta en mi sombra, se oculta la risa…yo mismo acudí en su ayuda…
―Siendo así…don Leandro Gutiérrez, magistrado del Ministerio de Justicia y Honestidad, a su completa disposición…

domingo, 7 de abril de 2013

Trastornos pasajeros ó El circulo perfecto del absurdo


Supuesto: Anticipamos el final
a) El grave silencio de la mañana pareció romperse del todo cuando el ataúd…golpeó secamente contra las paredes del nicho; sin embargo cinco días antes…
b) Descerrajar un tiro fue fácil, lo difícil fue cerrarle los ojos y con ello acabar de una vez por todas esta historia…    
c) Miró el periódico una y otra vez, no podía entenderlo, era su foto, eran sus datos y un titular muy preciso…  







  …Miró el periódico una y otra vez, no podía entenderlo, era su foto, eran sus datos, y un titular muy preciso: “Identificada la ladrona de sueños más famosa del mundo”...
   …La mujer siguió leyendo con atención por encima del hombro de aquel anciano, que increíblemente sujetaba el diario abierto en medio de todo, los dos haciendo equilibrios imposibles en un vagón de metro que no dejaba de moverse…
   “…siempre actuando al descuido, a veces se llevaba también ilusiones y esperanzas de sus victimas…”
    Con los puntos suspensivos, se le acabaron las ganas de comprobar, si el grueso de la información contaba más mentiras o daba en el clavo… y convenciéndose por igual con la elección oportuna del medio de transporte más anónimo, trató de tranquilizarse observando los ojos de los que le rodeaban, por si acaso en alguna mirada encontraba la suya…