domingo, 17 de noviembre de 2013

29 Abril

   ...Rojo...se deshacía en la mezcla de su sangre...entonces no quiso mirar...en su mente la última imagen de ella, desnuda, clara, transparente...después la oscuridad de la pasión desmedida...en ese momento el fuego amarillo devoraba sus cuerpos y ya no era nada...ella mostraba descarada sus heridas muertas y él blasfemaba el silencio que rompió efímero su vida...luego la noche vestida de luna y él quieto, azul, riendo sus lágrimas...aún sujetaba en la mano el pincel asesino...ahora si quiso mirar...el olor que mojaba sus manos rozó el lienzo...no había sensación igual...


   ...Buscas...sin saber muy bien el qué...pero sigues buscando...te adentras en lo efímero del momento, este, instantes de vida que matas en el tiempo para tu regocijo, tu ilusión, tu esperanza...después alzas el vuelo inesperado, el de la locura...rozas las nubes y las estrellas, te columpias en la luna de las brujas y en su escoba prestada recorres la oscuridad hueca de un universo desconocido...¿o acaso te has engañado a ti misma y ya habías intuido antes su existencia?...no quieres reconocer sus paisajes tejidos de tus propios sueños, ni sus personajes fantásticos que habitan tu mente hace noches...no crees en la magia que envuelve con lazo de eternidad el rojo del corazón, no crees en ti...en tu alma transparente y frágil, que osa retar a la tempestad convirtiendo tu nombre en la brisa que llena el aliento...el nuestro...el tuyo y el mío revolcándose en los sentidos, brillantes, exuberantes, orgullosos, pérfidos, errantes, heridos, abiertos, ocultos, terribles, fríos, descarados...sentimientos en mayúsculas que revolucionan las formas de tu rostro, las esquinas de tu cuerpo, los rincones de lo anónimo...reclama un lugar en el espacio que borda tu sombra y grita, grita el silencio que quema tus lágrimas y arranca una sonrisa a la tristeza, escupe los melancólicos harapos, que cubren tus gestos cada vez que naufragas en el charco sin océano y desvía tu paso, las huellas borradas e inútiles de otros rastros...y cierra la mirada...buscando...dentro...la luz de tu iris, la suave fuerza de tus muslos, el invisible húmedo de tus labios...y mientras yo, sobrevivo, del secreto de tu mano, del misterio de tu sexo, mojándome donde acaba el mar, por que...por que hace siempre que ya me has encontrado...

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