domingo, 25 de enero de 2015

CALPARSORO (SALTO AL VACÍO)






   ...Hoy me he mirado en el espejo detenidamente, hacía una eternidad que no era tan osada...y es que, nunca me he llevado bien con los cristales, tampoco con sus reflejos...quizás tenga que ver eso de no ser muy coqueta o simplemente es qué me cuesta reconocerme...Nos hacemos una idea de nosotros mismos, convenciéndonos de ella, nos dibujamos por dentro y por fuera e insistimos en creernos la forma y el fondo...como si tuviera importancia lo que pensamos de nuestro continente o nuestro contenido, ya se encargarán los demás de tasarnos y valorar el precio del seguro a pagar, personalidad y carácter, amén de otras condiciones, normalmente físicas que sumarán la cantidad con intereses, el peaje abonado a lo largo del camino con nombre de relaciones, que si amistad por aquí, compañerismo por allí, ahora amor, luego familia...hasta que un día decides cortar por lo sano, pasar de reglas, de lo establecido y da igual si tu imagen coincide o no con lo que ves...total a quien vamos a engañar... y a estas alturas, cerca de los cincuenta, a casi nadie ya, si acaso a alguien que se acerque, o mejor, que dejes que se acerque con buenas intenciones, entonces ya no te andas por las ramas, ya no disimulas, ya no estás para tonterías y te muestras tal cual, transparente y sin trampa ni cartón...eso no significa que seas ajeno a las consecuencias o a los efectos que pueda tener semejante aventura, las emociones siguen latiendo a estas edades y la sensibilidad a flor de piel, si hasta te deja marca...que son si no esas manchas en las manos o ciertas arrugas en las comisuras y alrededor de los ojos...vida...pues eso...y sin complejos...aunque la verdad jamás los tuve, y cada vez menos...¿se nota no?...sobre todo en ese último gesto que se ha instalado en mis rasgos y que invade por completo la expresión de mi cara, resulta un tanto guasón y tacha mi boca con una media sonrisa, entre confiada y rebelde, salpicando en una mueca cínica lo que antes regó el tiempo con gotas tímidas e ingenuas...pero que se le va a hacer, una es lo que es...o que se lo pregunten a mi memoria cuando contempla las fotos del recuerdo...y seguro que en esencia, todos pensamos lo mismo, no hay diferencia, claro que en mi caso, en peso y contorno, ya te digo...y aquí estoy, arriesgando segundos y minutos en una apuesta inútil, en la ironía de una quimera, intentando no perder la perspectiva de la realidad, comprobando lo que aún permanece de lo superfluo y cuanto he perdido de lo oculto...un equilibrio imposible que perdura en mi mente intrépida después de haber observado al detalle lo insólito del descubrimiento...si...digo bien, me he descubierto de nuevo...no por que el pelo, más o menos castaño, haya clareado en algunas partes, no hay que ser muy listo para saber que son las canas exigiendo egoístas un tinte generoso...ni por la nariz, grande y peculiar, que sigue perenne en su privilegiado sitio o el brillo que trata inocente de ser jovial mojando las pupilas...no...es otra la sensación, como de haber saltado al vacío, sin el tedioso paracaídas de la objetividad cosido con la siempre subjetiva manera de ser...no, en serio...he sido absorbida por una fuerza interior que me ha hecho atravesar mi estampa, que se quedaba quieta, extrañada, con un signo de interrogación colgando de las orejas...y he ido a parar a un baile de mascaras donde la única participante que no la llevaba era yo...y me sentía tan desnuda que tuve que cerrar los parpados y armarme de valor en calma, para como si fuera invisible mantener el tipo...pasado y presente dándose el lote a mi costa, incluso beso con lengua, me lo ha chivado el futuro que imberbe se ruborizaba el pobre...y tantas palabras en tanto silencio...y poco a poco haciéndome a la situación, que si coger el toro por los cuernos, que si más vale una amarilla que cientos coloras, que si de niña alguna vez quise ser un chico...y yo que me defiendo...entonces no había ninguna connotación sexual, lo sé ahora, cuarenta años después, cuando casi todo lo tiene...era más bien una cuestión práctica, los juegos característicos de chicas me resultaban ñoños y aburridos...y la impaciencia, ya me estaba poniendo nerviosa con tanta cuestión intima...y yo, que no, que la imaginación y la fantasía fueron la patria de mi infancia, que sí que en la adolescencia leía mucho, que de sexo no sabía nada...dichoso juicio...quería y no quería escapar...me estaba gustando aquella especie de interrogatorio sin voz que de la incertidumbre me llevó en volandas a la comodidad de un sillón de plumas...Por supuesto que pretender resumir mi existencia en un ir y venir de impresiones no era tarea fácil...pero seguí contestando...que sí, que me enamoré de él...y muchas veces más...que no, que no entendía lo que me estaba pasando cuando me abrazó ella, que había un adjetivo para llamarme así que empezaba por bi...se me estaba revolviendo el estomago convencional...me casé, dos hijas, trabajo, divorcio...rompí con todo...bueno para ser sincera ya hacía mucho que había roto...y en esas estaba saboreando lo amargo y lo dulce otra vez de la soledad cuando un súbito empujón me devolvió al naufragio de un mar de dudas...¿era yo la entusiasmada espectadora que aplaudía sin parar el desorden de mis impulsos?...por el semblante bobo como ido yo diría que sí...¿y esos trazos melancólicos que surcan las mejillas?...lágrimas...vaya por Dios, las que faltaban se han unido a la fiesta...pero si hace siglos que no estoy triste...he tenido tiras y aflojas desde la decisión de compartir mi vida con una mujer, pero vamos nada que con voluntad y respeto por seguir siendo yo misma a pesar de todo, no haya podido curar, a veces una conversación, otras el hecho... ...y los problemas típicos de cualquier hogar...comunicación con las eternas adolescentes, llegar a fin de mes, los padres y los suegros con sus mochilas cargadas de años y enfermedades...qué no puedo quejarme, que es un pecado, aunque crea poco en las parafernalias de las religiones, que cada uno tiene la propia, la suya...al final casi todo está y depende de nosotros, lo que no de un azar enredado en suerte y destino que también vamos buscando, queriendo o sin querer, que más da...madurar es relativizar, y en el vértigo de la frontera donde confluyen los cumpleaños inciertos, los pasos como los pensamientos reposan en lo efímero y fugaz de nuestras huellas...¿me estoy poniendo trascendental?...pues a respirar hondo, a nadar con más ímpetu, a no escatimar en risas, ni en sentimientos, a no reprimir que el corazón haga lo que le dé la gana...todavía quedan sueños escondidos en el letargo tranquilo de una ilusión, caricias dormidas en las palmas de los labios listas para entregar, cariño humilde y leal palpitando loco y embolsado a granel en una utopía...pero ¿y si me hago el muerto como algunos, dejándome llevar?...ni de coña, que mi alma ya se la vendí al diablo en aquella frase que alguien pronunció sobre mi entre signos de admiración: “...nunca he conocido a nadie tan valiente...” y se me debió subir a la cabeza por que aquí estoy, entera y de una pieza, después de hoy haberme mirado al espejo detenidamente...



1 comentario:

  1. Me ha encantado como te has auto definido con solo una mirada a ese espejo. muy bueno¡

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