martes, 31 de julio de 2012

Códigos de silencio


Tema: La amistad casual e inesperada que surge entre dos mujeres y que con el tiempo se hará indispensable y necesaria para sobrevivir al infierno de los malos tratos.

Argumento: A principios de los años ochenta, Clara y Pablo, recién casados, se trasladan a vivir a una urbanización de las afueras de Madrid. La necesidad económica obliga a Clara a aceptar las normas y el juego que latentes gobiernan la vida en un aparente remanso de tranquilidad y paz, a veinte minutos del ruido y la contaminación,
así conoce a Elvira, once años mayor que ella y con dos hijas, que poco a poco irá abriendo los ojos de la joven e inexperta Clara a la realidad que la rodea y que a cambio se agarrará a su amistad como a una tabla salvadora del naufragio turbulento que vive personalmente con Abel, su marido.

Personajes: Clara, 21 años, ingenua y enamorada de Pablo, dejó la universidad para casarse y salvo algunos empleos esporádicos y ocasionales, su primer trabajo importante será en una multinacional de transportes en el departamento de almacén como administrativa.
Elvira, 32 años, entregada madre y esposa, esconde bajo un irónico sentido del humor el dolor y el sufrimiento que desde hace tiempo, y sin saber por qué, padece de manos
de su marido y del silencio que rodea las circunstancias.
Trabaja hace varios años en el departamento de ventas de la misma empresa donde acaba de entrar Clara.
Pablo, 25 años, egoísta y mentiroso, abogado primerizo todavía sin oficina, se adaptará perfectamente a la frivolidad de la urbanización, y manipulará, calculador y frío, todo a su alrededor.
Abel, 34 años, inseguro y pusilánime, esconde sus complejos y frustraciones bajo la personalidad abrumadora de su mujer. Buen padre y amigo de todo el mundo, el jefe técnico de planta de una empresa con gran nombre, se convierte en la intimidad en un monstruo violento e hiriente.

Inicio: Cuando sonó el teléfono acababa de levantarme y me preparaba el desayuno pensando en el día tan atareado que me esperaba. Venían mis hijos y nietos a comer,
hacía algunos sábados que las circunstancias, según ellos, habían impedido estas reuniones que para mi, aunque les ponía muy buena cara y mejor palabra, suponían un esfuerzo extra e innecesario para mis ganas y mis huesos, teniendo en cuenta que egoístamente cada uno hacía su vida y que, familia cariñosa por encima de todo, el contacto era constante y fluido…mi culpa, que siempre me empeñé en la independencia y la libertad, pero también en el cariño y la comunicación como base de la confianza y el respeto…en estas cosas desvariaba mi mente cuando sonó el teléfono y escuché aquel nombre. Ni por asomo podía imaginar que después de tanto tiempo, Margarita Villalta volviera a aparecer…fue tan inesperado y rápido que el nombre de Elvira se quedó colgado entre interrogaciones antes que saliera de mi voz...entonces, con un vuelco de pura nostalgia en el estomago y el latido del corazón sin pulso, me senté como pude en la primera silla e intenté respirar mil veces antes que el aire desapareciera para siempre y yo me quedara allí, sin reaccionar, quieta y muda, esperando que alguien me encontrara cuando ya fuera demasiado tarde… Margarita Villalta, la amiga fiel e inexistente que Elvira y yo habíamos inventado como código secreto y de silencio, que tanto nos ayudó en nuestro sufrir y nos protegió con su farsa de nuestros propios demonios...la respiración volvió a su sitio en el mismo instante que me levanté con energías renovadas ante la insistencia dulce y machacona del recuerdo y sin tomar nada de lo que estaba sobre la mesa, me arreglé con prisas, y sin destino  salí a la calle, desafiando muerta de miedo a un pasado que regresaba con la fuerza joven de aquellos otros días cuando, sin querer, un simple gesto se convertía en la señal acordada de entrada al infierno…

Final: …la puerta estaba abierta, no había ruidos que me dieran pista alguna de lo que estaba sucediendo, pero seguí el camino tembloroso y lento de la inquietud y la impaciencia, temiendo lo peor, intuyendo el panorama tantas veces representado en nuestra locura de terror y odio donde la razón sólo servía para entender los desprecios e insultos, y comprender los golpes por fuera y por dentro que poco a poco nos estaban consumiendo…
   Al final de un pasillo que no tenía fin, dos personas tranquilas compartían espacio y tiempo en una escena cotidiana y hogareña…pero según me acercaba a ellos, mis sentidos percibieron todos a la vez la verdad de una comedia y un drama convertidos por arte de mala magia en la más cruda y cruel de las tragedias…Abel, recostado en un sofá enorme y en postura nada cómoda, balbuceaba extraños sonidos con los ojos abiertos de par en par, mientras se agarraba con las dos manos el cuchillo jamonero que le atravesaba las tripas…a su lado, sin dejar de mirarle sin ver nada, pérdida en la melancolía de otro momento, Elvira, tiritando el hielo del ambiente, mascullaba entre el sollozo del llanto, el nombre sin vida y sin papeles de Margarita Villalta…
Yo también lo grité y ella volvió sus ojos nublados de espanto para hablarme sin palabras desde el asombro de mi presencia cómplice y quise abrazar su cuerpo más menudo todavía, consolar como merece el alma rota de quien fue sombra y testigo de mi pena muerta…pero las heridas y moratones habían desfigurado tanto su retrato en mi recuerdo, que sentí estar ante el fantasma equivocado, y llamé al eco de mi memoria varías veces Elvira, sin más convencimiento que hacer un trato con la fugacidad de su sonrisa triste que me la devolvió en persona cuando se levantó con decisión y vino hacía mi…
Mientras me contaba sin mucho afán la verdad de  un desenlace anunciado,  y divagaba sobre el empeño vil de un destino harto de tramar siempre los mismos cuentos falsos...con sus manos mojadas en sangre, me tendió una copa de vino, el mismo que durante años fermentaba escondido en el rincón más oscuro de su corazón, esperando desesperada, que se cumpliera el deseo, que Dios después de tanto mazo, concediera sin exigir remordimiento ni oraciones, el milagro…entonces acepté con la emoción del ayer en los labios el brindis de su osadía, y juntas y borrachas de valor marcamos las tres el 091…


1 comentario:

  1. Estructura de novela (argumento,tema,personajes,inicio y final)
    Titulo ya marcado
    13 Noviembre 2010

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