lunes, 6 de agosto de 2012

Contemplata


   …San Pedro deja abiertas las puertas del cielo una hora al día, Dios protesta, pero como siempre, ocupado en otros menesteres San Pedro hace lo que le da la gana…para eso tiene él las llaves ¿o no?...le gusta volver a los buenos tiempos, a otras épocas, cuando todo era más natural y artesano…ahora los botones y las pantallas sustituyen al papel y la tinta, y se pueden hacer las cosas desde casa…Por eso, hace muchos años que San Pedro tiene puesto honorífico, sólo figura en nómina por las apariencias y el que dirán pero hacer hacer, poco…desde que remodelaron el gigantesco edificio con las inversiones de Vaticano, S.L y ampliaron capital con Ultracatolicismo, S.A , el único trabajo que tiene y por iniciativa propia es repasar y colocar antiguas fichas y de vez en cuando firmar en alguna solicitud de esas que hacen ilusión a los más nostálgicos…
  A la caída de la tarde, San Pedro sale de la recepción y se prepara tranquilamente su cachimba, mientras observa entretenido el ajetreo y el bullicio de la entreplanta…
es muy raro que a cualquier hora no se encuentre el mismo panorama de idas y venidas, subidas y bajadas, pero este es el momento ideal para sentir el verdadero pulso, el auténtico latido del orbe de las animas…por que la luna, caprichosa donde las haya, deja su rastro de embrujo en la tierra y cuando aparece en su horizonte coquetea mortal y desvergonzada, con las almas más supersticiosas, las que agonizan envueltas en el sudor febril de sotana y oración, o las que a pies juntillas creen que la mejor forma de irse de este mundo es que la noche se las lleve, amén de alguna despistada que se suma al viaje sin darse cuenta e inesperadamente…así es que la puesta de sol es hora punta, y San Pedro saborea de antemano el encuentro con el más torpe y aturdido, que victima de la sorpresa y la desorientación deambula por el enorme hall, sin saber adonde ir y que con suma probabilidad buscará su ayuda…
   …Bien es cierto que la organización del infinito funciona al milímetro, pero en la cuestión fundamental de la bienvenida y alojamiento posterior se escapan pequeños detalles, como por ejemplo la solución para los fallecimientos repentinos, entes que llegan sin los documentos de aceptación en regla o simplemente sin ellos, por que el azar y el destino, baratas y leales subcontratas del negocio de los muertos, no tenían los papeles preparados, o se quedaron sin ángeles, jóvenes becarios, para guiar a los inoportunos espíritus al que sería su hogar para la eternidad…así es que San Pedro, buen hombre donde los haya, decidió al principio de la era,  rebelarse a la automatización tan deshumana del engranaje del firmamento y como sabio en esto de la santidad y con cátedra universal en la fe, creó sin que nadie lo supiera “Granito de Arena”, una o.n.g de la qué él era el único socio y que basaba su actividad, justificando así la ínfima subvención recibida por el Consejo, en la edición y publicación de los folletos explicativos que informan, con un plano minucioso, del esqueleto interno de la magistral construcción, y relata extensamente, vida y milagros de los dos socios fundadores de la empresa EDÉN Y ABISMO…y bien por remordimiento o por la pena que despierta en él algunos rostros afligidos y tristes  que sin certificado conveniente se exponen a una condena perpetua al purgatorio, aprovecha este vacío legal en el registro de estos seres sin rumbo, para dejar a ratos la entrada libre, así lo que empieza por una charla tímida por su imponente presencia y confiada, ¿quien no confía en unas barbas blancas tan bien cuidadas?, se convierte en una socarrona pero interesante conversación en la cuál San Pedro hace gala de su profesionalidad, y con la elegancia y distinción del que sabe estar a la altura de la circunstancias y la personalidad arrolladora de quien ha vivido mucho, se redime de su pasado, quitando la venda ciega, a estos inocentes espectros y, con ironía y plenitud mostrarles la verdad completa del más allá…No le importa que con la excusa de un recorrido por el itinerario del mapa que él mismo diseñó con una clara doble lectura, vaya rompiendo los esquemas, prejuicios y tabúes de en esos instantes, benditos cándidos, que independientes de su religión, procedencia y enseñanzas, concebían, cada uno a su manera y como el resto de la humanidad, de forma diferente a como San Pedro les estaba diseccionando, los entresijos de la Compañía, alías, por lo de hacienda y los impuestos, del paraíso y el infierno…en medio de la confusión que tanto dato inimaginable generaba en su mente, algunos salían corriendo despavoridos y bajaban directos las escaleras a los sótanos, donde los extraviados y perdidos encontraban su lugar de inmediato, dispuestos a cualquier limosna con tal de ignorar y callar…una tontería, después con la convivencia y el conocimiento, encontrarían el verdadero sentido a las frases roncas del viejo loco que no se acordaban ya cuando, les recibió con un guiño y el convencimiento a flor de piel…los otros, los que aguantaban petrificados las aclaraciones y consejos del maestro, se diversificaban por distintas plantas y secciones, tanto daba contabilidad, administración o logística por qué con la paciencia que exigía la situación y la influencia que San Pedro tenía en Recursos Humanos y Personal entraban directamente a formar parte del grupo del privilegio… un grupo rotativo cada cien lustros y que disfrutaba de interesantes ventajas, como la tarjeta nube de algodón, que permitía recorrer en cualquier área, sin limites y sin cita previa, los rincones más curiosos y las instalaciones más complejas de la colosal arquitectura...y acceso restringido pero al menos acceso al oscuro entramado de las comunicaciones, por si acaso en algún renuncio hacía falta un testigo cómplice y a correr la voz…
   San Pedro reconoce con su característico talante que algunos de los elegidos no son dignos de este regalo, pero le gratifica el  merecimiento y el enorme favor, de que sus errores y dudas, paguen con creces la lista inacabada de acciones y nombres equivocados de la imperfección y la desigualdad, y que equilibran a golpe de moral y ética, el ambiente social piso por piso…
   Hoy es sábado y quedan diez minutos para cerrar…la cultura del fin de semana está muy arraigada y aunque la actividad y el movimiento son incesantes, San Pedro, sabe por experiencia la dificultad de encontrar transporte adecuado y cierra los ojos a la atención de la portería…entonces regresa al mar de sus sueños y navega en una barca con su hermano Andrés, y pesca entre olas revueltas y bromas jocosas, luego proyecta en su pensamiento la imagen de la injusticia y descubre en una esquirla de su cerebro, el boceto a trazo firme de la lucha no violenta a las ordenes de Jesucristo, predicador de bien y paz, de cómo mientras, olvidaba que sus padres le llamaran Simón, por que su jefe contra los romanos le bautizó Pedro, la piedra sobre la que edificaría una creencia, una Iglesia…y continua lamentando con el escozor del llanto seco, cuando mentiroso negaba por tres veces a Jesús en un juicio falso y corrupto, que finalizó con el sacrificio en la cruz del que más admiraba y al que arrepentido por su canalla conducta, juro valor y fuerza, para tomar el relevo del mando y extender la teoría y practica de su testamento, de esa entrega forjó su carácter de hierro y mano izquierda y aprendió a distinguir el mal negro que se esconde y disimula en el aliento venenoso de muchos cuerpos…Llegado a este punto de la historia, San Pedro se repite en alto los avances de su erudición y estudios, y con un tanto de melancólica y desordenada memoria recuerda la famosa cena, el pan y los peces, y Cristo resucitado, y de cómo consumiéndose en el mismo sufrimiento que el que fue su ídolo y héroe…este le tocó con la varita mágica de la inmortalidad y le presentó a su padre Redentor para despejar y asegurar su futuro…
   Con la vista atrás, cuanto había cambiado la parábola de su biografía, cuantos acontecimientos por su pellejo, cuantas hazañas y sucesos engordando de fábula su leyenda…si tuviera que escribir el relato de su mito, narrar otra vez el cuento de la tradición, resaltaría el hombre que es ahora, sensible a la necesidad y el miedo de los demás, serio y disciplinado ejerciendo sus funciones, jocoso y dicharachero metido en juerga, le hierve la sangre el desprecio y la burla y como no, la mentira y la traición… ecologista comprometido que cuida el entorno y el consumo responsable, es el más tolerante con los raros y marginados, los frustrados y vencidos, los que vienen directamente del manicomio y hasta con el aborto y los matrimonios del mismo sexo…no le teme a nada, ni al caos amenazador y salvaje del cosmos, ni a la destrucción de…
   Un tirón del sayo le despierta la conciencia, con la mirada entornada intenta adaptarse a la realidad presente, y se fija con tierna alegría en la mujer que le ha sorprendido en su letargo,
respira profundamente el humo en una calada y con el entusiasmo de la primera vez empieza a responder la consulta de otro corazón en carne viva…y más que exposición somera, desarrolla un análisis minucioso que acaba en manifiesto, concretando con las siguientes reseñas y puntualizaciones el testimonio de la revelación del fenómeno… pero entre tanta verborrea de San Pedro iluminado, una cara de pupilas asombradas y boca de par en par se adorna con un dedo en la sien y se aleja deprisa hacía los ascensores de socorro…si, por suerte o por desgracia y a pesar de la anécdota y los falsos comentarios, tanta ilustrada confesión hace referencia a los principios declarados en su cargo de Santo con mayúsculas…y por ello, siguió con su discurso sin aplausos, un aleteo de letras al aire, un brindis al reto de la pícara sorna del limbo…
   Y es que el pecado original es un montaje, los mortales y veniales un invento y los capitales un bulo…la justicia divina es una entrevista privada que repasa condescendiente los éxitos y fracasos del solicitante…que el Señor Todopoderoso es un diplomático de carrera, embajador de doctrina y credo, viajero de relaciones publicas e internacionales, complemento ideal de Lucifer, ángel caído a pobre diablo que se dio a la bebida, rescatado para la causa por alcohólicos anónimos, hace millones de fechas en el almanaque, y que como el ave fénix resurgió de sus cenizas publicando un libro de autoayuda, best-seller en la comunidad, con el titulo sensacionalista y comercial del “Fuego del Averno”, que le aupó para presumir los galones de director general y encargarse con precisa efectividad del mecanismo interno de la Obra…que no hay edén o abismo, según maldad o bondad, tontos o listos, hay una mole de ladrillo y cemento que se divide en zonas comunes, apartamentos y fábrica…por que también se descansa, y hay bares de lluvia fresca y agua de manantial, discotecas de palabra muda, prostíbulos de caricias y roce, y bibliotecas de luz y calor, teatros y cines al desnudo, un anexo de colores donde moran las mascotas sin dueño…y una guardería de dulce, con profesores, payasos y cunas…
   Y cada uno a su ocupación, firmado el contrato temporal y sin sueldo subversivo, para no aburrir, molestar, ni saturar la potente arma política de propaganda, a la cabeza, la prensa amarilla, la Biblia y los evocadores e inspirados panfletos papales, cardenalicios y pastorales, empapados en demagogia…que es costumbre debatir sobre los diez mandamientos y quien haya fallado en alguno recibe cursos homologados por el misterio de la Creación, el Espíritu Santo y la Virgen Maria…que la muerte es un tramite de emoción y sentimiento, una mudanza de energía que traslada átomos vagamundos a esta nuestra Institución, una isla desierta en mitad del vacío, no hay fugas ni huidas, sin océanos, ni bosques, sin paisajes, ni ventanas, no hay viento ni brisa que enrede el deseo… sin amigos, sin amor, sin sexo, un velo roto lía la pasión de los amantes, por que quien hizo la ley hizo la trampa y en este juego, no se pueden hacer reclamaciones, ni limpias, ni sucias, ni hay cláusulas de reproche, y el rencor es un pañuelo anudado a la tormenta y la calma, pero… ¿y si estas notas desde la lejanía, la manipulación de unos versos sin venganza, sirviesen para salvar aunque fuera al más beato o al más ateo, del chantaje de la gloria?...
  …Pasan dos minutos y hay que plegar las velas, San Pedro con un suspiro apaga cuidadoso su pipa, recoge valiente su osadía al vuelo, en un gesto agradecido su anhelo incauto, y con una sonrisa franca de labios sarcásticos y triunfadores, retorna a la guasa de su oficina, al silencio satisfecho de su decente inteligencia, al universo contradictorio de palo y fantasía…

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