domingo, 2 de septiembre de 2012

Anónimos


…Se miraron de forma tal que ambos tuvieron claro que nada más podrían decirse, su relación había terminado, quien podía haberlo dicho unas horas antes cuando hacían el amor tan desesperados, en el fondo intuyendo el desastre, aferrándose a la piel del otro como al último suspiro…
Nunca hubo un principio por que siempre fue el final…
   Un flechazo, una inquietud, un escalofrío que recorrió el cuerpo de los dos, al roce del matiz único y diferente de dibujarse iguales…la curiosidad de querer saber lo que escondía cada sonrisa, cada gesto, el tambaleo apresurado de cualquier esquema, la imposible comparación con lo sentido hasta el momento…después la necesidad, la entrega, depender de la existencia de un nombre, el suyo, el de él…

P... lo sabía, sabía que más allá de aquella noche sincera, de aquel encuentro gratuito, sin pretender, sin esperar, casi sin querer…no había nada ni nadie…
L… también se había dado cuenta de lo efímero de la situación, pero prefería ignorar los síntomas de desamparo y ausencia que ya sufría, antes incluso de abandonarse a la borrachera de tanto sentimiento de una sola vez…
   Fue un beso, el impulso de fundirse en un abrazo infinito, las palabras justas y precisas…la esencia en los ojos, triste y profunda, de quien elige el instante enamorado antes que perderse en la eternidad de lo probable, divagando en el condicional con sombras o naufragar en la duda y su caricia…por que entre ellos no hubo otra cosa que decisión, certeza, la seguridad de estar viviendo la historia de amor más hermosa…por eso, por que se habían amado demasiado, no podía ser…la despedida no dijo adiós, ni el dolor rompió en lágrimas, si acaso, temblaron las paredes del mundo y el suelo faltó a sus pies…quizás en otro sitio, un cuarto oscuro, la habitación de un hotel, la intimidad de las sabanas propias, para que el susurro al oído del deseo, la pasión, el placer, no se hubiera escapado por las rendijas de la voluntad del verbo poder…
…pero no allí, en la casualidad de la coincidencia por las circunstancias, en el centro del vacío más desnudo, el de no comprender lo que está pasando, al borde del abismo, juego peligroso con la calma y la razón, luego remordimiento al entender… y ocultando la culpa arrepentida en un rincón, doblar la esperanza en la siguiente esquina, como despertar en la imaginación de un sueño dormido…por eso P… y L…, iniciales que se borran en la memoria, sin corazón ni alma, para no dejar de ser ellos mismos, y entre los demás y el olvido, anónimos…


1 comentario:

  1. Tiempo literario y tiempo cronológico (inicio del
    relato marcado)
    23 Mayo 2011

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