domingo, 25 de agosto de 2013

Juego de espejos (Un poco de imaginación)

Supuesto: Un poco de imaginación
                                         a)Una visión rara: Fui al armario, abrí la puerta, quise coger una   percha pero                      solo encontré una nota...  
                                       b)Una percepción extraña: Sabía que alguien se encontraba ahí, pero                                    sinceramente, no me atrevía a abrir los ojos
                                      c)Un suceso: Aquel domingo no pude comprar el periódico, ni pude desayunar en                    mi cafetería de siempre, ni pude decir buenos días a nadie







   Aquel domingo no pude comprar el periódico, ni pude desayunar en mi cafetería de siempre, ni pude decir buenos días a nadie...supe el por qué cuando ya era demasiado tarde para comprenderlo...
   Me había levantado extraño, con un sabor amargo en la boca, reseca, supongo que por respirar con ella abierta de par en par, como si en algún momento del sueño el aire me hubiese faltado, y en una última bocanada, hubiera conseguido atrapar el aliento al intentar escaparse, que aún permanecía caliente, pastoso, notaba su densidad mientras abría el grifo del cuarto de baño, bebí agua, no podía tragar...el picor en la garganta me hizo toser, me dolía el esternón, se quejaron las costillas...quizás por eso no me dí cuenta que mi imagen no se reflejaba como otras veces en el espejo, me fijé en su tamaño, desproporcionado con respecto al resto de los accesorios, me estremecí con el presagio de un escalofrío, ahí debió empezar todo...
en el anticuario escondido de un callejón sin salida, en el centro de una ciudad con nombre grandilocuente y desconocida por mi hasta entonces...la casualidad me había llevado a recorrer sus entrañas como si buscara algo...como si la vida me fuera en hallar no descifraba el qué...¿o sí?...empecé a sudar a la misma vez que los recuerdos volvían a mi memoria, mientras mis pupilas espantadas contemplaban el contorno vacío de una sombra oscura, gris, la mía, que se evaporó al volver transparente y confusa a la habitación y tumbarse de nuevo en la cama revuelta...¿qué había pasado esa noche?...el libro que estaba leyendo descansaba tranquilo en la mesilla, el despertador marcaba la hora que no me había molestado en comprobar, y que había dejado de importarme desde que ella se había ido...de un vistazo situé la ventana cerrada con la persiana en alto, las cortinas recogidas en un nudo de remordimiento, la lámpara resentida por su inutilidad…y de repente la maldita obsesión, martilleando mis sienes, su risa carcajeando en mi oído...ya me acordaba...medianoche y perdido, como en otras tantas anteriores, la rutina no había funcionado, el trabajo, unas copas, la cena escasa y frugal...el aburrimiento desesperando mi ser, la soledad abrazándome entre las sabanas...estaba cansado pero no acertaba a contar las ovejas necesarias para dormirme, me quedé helado con el primer ruido...conservaba fresco en mi tacto el roce de un cuerpo... el único que deseaba, el suyo, acaricié con la mano el hueco vano de su ausencia…la echaba de menos...el frío se había apoderado de la totalidad del espacio, los rincones y las esquinas tiritaban el anhelo acogedor de un ambiente desgraciadamente en estado de añoranza…cuando todavía estaba ella…me contagié de temblor, luego el desasosiego exigente, un sobresalto y lo sentí nítido, el miedo…sabía que alguien se encontraba ahí, pero sinceramente no me atreví a abrir los ojos...debería haberme acunado el agotamiento hasta despertar, pero…una calma sospechosa invadió el dolor de mis parpados apretados…los músculos tensos comenzaron a relajarse y fui capaz de estirar mis huesos más allá del ovillo en el que estaban enredados…un sopor dulce empalagaba la reacción de los nervios, empeñados en concentrarse en rígidas y tercas sensaciones…y quise incorporarme aunque fuese a ciegas...una melodía lejana se mezcló con el ritmo lento de mi pulso y mis latidos y se acompasó al sonido fúnebre de un susurro aterrador...otra vez paralizado, hice un titánico esfuerzo más allá del pánico y recuperé la vista en un impulso de osadía ejemplar mirando solo al frente, hacía una rendija entornada...huir, esa idea apuntalaba las neuronas de un cerebro asustado que no atinaba a dar la orden de andar, ni a las piernas, ni a los brazos de sujetar el pecho que me estallaba...el esqueleto débil, se cimbreó al contacto de una brisa que quemó mis pies...y el tiempo se paró, como cuando ella dejó sin huellas mis pasos, sin destino mi suerte, y el presente intacto, entre la intriga y el suspense de una madrugada recién nacida y mis ganas de desertar, sin futuro...a tientas fui al armario, abrí la puerta, quise coger una percha pero solo encontré una nota...me entretuve en responderme con la incredulidad de quien ni siquiera sabe la pregunta, solo había pretendido colgar la cobardía en el mismo sitio donde se mantenía firme la dignidad, hilvanada en un traje que tapara mi desnudez, aunque la otra, la de dentro, en carne viva, seguía expuesta a la angustia, turbia, me estaba asfixiando...el trozo de papel ardía entre mis dedos pero no podía parar de correr, un pasillo estrecho, las escaleras abajo...por fin la acera, desierta...el coche me prestó su refugio antes que la locura me empujara a vagar con rumbo equivocado, arranqué el motor para despistar mi ansia que luchaba por desdoblar torpemente la pista de un misterio...era su letra...una dirección escrita en líneas torcidas me confirmó sus intenciones...un encuentro intimo, secreto, que quizás tuviera la consecuencia que más volaba en mi imaginación...el reclamo aceleró mis prisas, faltaba poco para amanecer...la luna guiaba con ternura de plata el sinsentido de lo que intuí como el rastro de una pesadilla...pero las señales eran claras...existían...la ciudad desconocida, la tienda de antigüedades en una calle sin posibilidad de fuga y por fin la incógnita, el espejo ocupando el minúsculo escaparate...¿o era el espejo el que era descabelladamente grande?...desde luego desmedido como mi desconcierto ante mi propia copia, gesticulando espontáneo el absurdo y el disparate de semejante tontería...y de pronto surgió fugaz para hacer enmudecer a la quimera del olvido...al otro lado del cristal, casi la podía tocar...era ella...desafiando a la razón de mi cordura, invitando a mis instintos a atravesar la frontera, a cruzar los limites, a vulnerar las reglas estrictas y sensatas de la lógica común...su figura perfecta se dibujaba en el vidrio del espejo...no había sido el azar el que me había llevado allí...había una causa...la que utilicé para romper consciente el muro translucido que separaba mi pasión enamorada de ella, aunque estuviese atrapada en el embrujo retratado de una reliquia, que robé...tenía que llevármela conmigo, a casa...regresé por el mismo camino que me había llevado...los primeros rayos de sol pedían permiso para estrenar su amarillo en día de fiesta...
   …La evocación de lo ocurrido se nubló en el momento que el eco de un reloj de cuco piaba el mediodía, y en mi mente franqueaba la entrada a mi apartamento, convertido por arte de invocación en un campo de batalla y portando sobre los hombros un tesoro y el mundo...sin embargo el retorno a la realidad fue pausado, todavía con la emoción a flor de piel y un propósito, reviví el hechizo del espejo seductor, dispuesto pared por pared, como el cuadro absorbente que atrae imantadas las miradas, nada, ella no estaba...en todas partes, como el adorno imprescindible, el toque imposible que confiere hogar y encanto, tampoco...un truco de prestidigitador y me dejé llevar...acabó encima del lavabo, un delicado capricho reposando el peso de su madera seca y enmarcando quien sabe cuantos espíritus...volví allí para observarlo, por un resquicio de tristeza, se recortaban trazos imprecisos de algunos detalles, que aludían a una verdad congelada en la rememoración de los acontecimientos..perplejo...arrastrado por la calamidad, y lo insustancial de lo que consideré maravillosa y mágica fantasía, me palpé raro, barrunté insano mi juicio y percibí un alma arrepentida en pose perenne de orgullo...mientras palabras y frases sueltas suspendidas en mi entendimiento y la percepción de un suceso me hacían libre...dejarme, asumir el abandono, celos, el derecho a pasar página en otro lugar, reiniciar un origen mancillado y perseguido...letras que se escurren en la precipitación de una hoja en blanco, caída en la inoportunidad rabiosa de mi ira... y un vuelco en el estomago, las tripas estranguladas de bilis, el sofoco arrancando de mis pulmones un grito callado...sobre el suelo un bulto con mis formas y un rostro con mis rasgos se ahogaba en un charco de sangre, con el puño vanidoso lleno de cortes y una esquirla elegida por cruel, clavada en el corazón por decisión propia...
   Aquel domingo...yo ya era un fantasma, como ella...tan hermosa herida de muerte rebelándose en el espejo...ahora y en el nunca jamás del sufrimiento, destrozado...

No hay comentarios:

Publicar un comentario