lunes, 5 de agosto de 2013

Porcelana fina

Supuesto: Dialogo con estructura…
               1.- Empezar con dialogo
               2.- Casi in media res, conflicto ya…
              3.- Narrador omnisciente narra origen de todo
             4.- Vuelta al dialogo: excusas, perdones, risas…
             5.- Narrador introduce la duda en el lector
             6.- Dialogo con conflicto total…
            7.- Final sea el que sea del narrador







La Luci ha dicho que quiere verte por la mañana...
—Ya...y tu vas y qué le dices...
—...que le voy a decir...
—...pues podrías haberle plantado cara...que me lo dijera ella...
—...yo ya no puedo más Celeste...ese maricón cobarde me tiene acojonada...
—...si no te metieras tanto Flaca, las cosas serían distintas...

   Celeste acaba de bajarse de una furgoneta blanca que la deja en la esquina más alejada de la avenida, sobre unos zapatos rojos de altura eterna, su oronda figura parece tambalearse al ritmo que marcan sus pasos a estas alturas hartos de madrugadas heladas y asfalto miserable...a su encuentro en la acera, una mujer menuda y demasiado inquieta le hace señas y aspavientos mientras con la mirada perdida en el humo de lo que fuma, se rinde a la evidencia de su mal fario...

—...al menos soporto esta mierda de vida...
—...no tienes bastante con buscarte el mendrugo de pan aguantando las babas, para encima meterte en el lío con La Luci...ese hijo de Satanás que se ha hecho dueño del negocio en menos que canta un gallo...
—...es muy listo...la cabrona...
—...el primer día que llegó con las peruanas del brazo ya lo sentenció la Petra...a partir de ahora quien quiera producto nacional va a tener que buscarlo en su cama...
—...¿y tu que vas a hacer Celeste?...
—...pues lo que debería haber hecho hace tiempo...enfrentarme de una vez por todas con él...
—...ni se te ocurra tratarle de macho...aunque tenga un par de cojones...le gusta que le llamen y le respeten como dama...
—...eso he oído...y también que se la chupas por el chute que necesitas...no escarmientas Flaca...ni siquiera eres para ella como las otras...te has convertido en su perro y acabarás en una cuneta como la Nines que se resistió a sus amenazas, o como la Leo que presumía de ser su mejor amiga... y ya ves...la reventó de una paliza cuando se negó a darle los ahorros para los estudios de su hijo...
—...he intentado de todo Celeste...a lo mejor si tu me ayudas...

   Vencida, la sombra esmirriada y frágil de una caricatura vestida de puta se encoge sobre si misma y vomita la bilis de su existencia enredada con la suerte de su desgracia...
Celeste la abraza cariñosa...

—...venga Flaca, ya está...no pasa nada...
—...si pasa...juega con ventaja...
—...¿a qué te refieres?...no sabrá lo...
—...lo de las cicatrices y tu mote en la cárcel...
—...dime que no se lo has contado tu Flaca...por favor...dímelo...

   Celeste se desprende del bulto de huesos que sujeta con ternura en un impulso que hasta a ella misma ha sorprendido por brusco e inesperado...y abatida se deja llevar por sus pensamientos, sin prestar siquiera atención a la generosa oferta que un grito grave y despectivo, subido en un coche gris, les hace desde la carretera por disfrutar de las dos...y respira hondo, sin hacer caso del llanto silencioso que la Flaca a su lado, susurra con el viento inoportuno remordiendo su conciencia...
   Ya casi ni se acordaba de cuando siendo una cría llegó a la capital como tantas otras de su pueblo, en busca de sobre todo futuro o un porvenir como les gustaba afirmar a las madres, pero ella tenía sueños...por qué se miraba en el espejo y se veía guapa y por qué estaba convencida que las alabanzas de quienes le rodeaban no carecían de argumento...aun conservaba alguna foto de aquella época feliz en la que su máxima preocupación era terminar de bordar las sabanas del ajuar antes del otoño...temporada de inmigración...de cabello oscuro y brillante, ojos rasgados y verdes, labios sensuales, estampa perfecta y tentación tan carnal, era su piel clara lo que destacaba por encima de cualquiera de sus virtudes físicas...como su desparpajo y osadía apuntalaban las cualidades innatas que regalaban además tesón, orgullo y dulzura...esta última escondida entre la suavidad aterciopelada de su tacto y los pliegues tersos e ingenuos de su todavía joven corazón...y recaló a principios de octubre de interna con la ilusión intacta, en una buena casa, de esas con docenas de habitaciones y pasillos largos, y con amos entregados al significado de sus apellidos compuestos y de herencia rancia...para descubrir lo mucho que había por aparentar y más si cabe por ocultar...y entremedias la historia de siempre...
   Celeste arde de rabia por dentro y se aprieta contra la chaqueta escasa de tela...los bordes de su talle siguen tiritando...absorta y concentrada en el pasado, se olvida de que su mirada fugaz y trémula se ha cruzado con el horizonte, y el alba que despunta las prisas de un miedo espontáneo a la encerrona con visos de cita...
   Nunca debería haber aceptado, tan engreída y coqueta, los halagos en palabras y presentes de los hombres de aquella familia...como no haberse dado cuenta antes en su ignorancia, que la disputa varonil entre el señor y el señorito, tan sutil y educada, seguida de un cortejo a cual más pomposo y vano, que la entretenía y divertía, iba a acabar sin remedio en lucha encarnizada y cruel, con ella como victima inocente y guinda grotesca de una tragedia de folletín...solo La Flaca conocía los detalles de tanto absurdo...de los mares de lágrimas secas derramadas y donde naufragó cuando la echaron sin un duro y sin honra...la tripa hinchada por una violación consentida con alevosía y saña y los pechos abundantes y presumidos, marcados por cicatrices que de tan profundas hirieron su alma...para que callara...que no denunciara...y la dejaron tirada con la huella fresca de un hijo por nacer y el veneno del rencor emponzoñando su mente...salió adelante sin tener que volver al punto de partida, ni dar explicaciones...con la ira y el odio corriendo por la venas como su sangre...cavilando la venganza que la hiciera digna de criar el fruto de sus errores y de la bajeza moral de los débiles, hipócritas y pusilánimes en manos del que dirán las voces más importantes de una sociedad chupaculos y corrupta...
   Hubiera querido contarle todo a la persona que más desvelos y amor le había dedicado, al único ser que merecía el latido de su vida...pero...no siguió los consejos sabios de La Justa cuando charlaban horas y horas al regresar de hacer la noche a la pensión donde vivían, tu hija se va haciendo mayor y tendrás que aclararle que yo no soy su abuela, ni tu trabajas en turno fijo en la cadena de una fábrica en el polígono...te dí alojamiento y socorro, tienes una deuda conmigo aunque tu compañía y dedicación en mi invalidez pagara algo por recogerte hecha una piltrafa...cuéntale a tu hija quien fue su padre y que le mataste, que estuviste en la cárcel por ello y que una abogada contratada por la Señora, y su testimonio demostró legitima defensa a cambio de que desaparecieses con la prueba patente de su deshonor y vergüenza...no des pie a que alguien que no seas tu le comente que su madre, a quien admira y adora, era Porcelana Fina, una mujer increíble convertida en la ramera más cara del barrio, no escatimes en describirla lo hermosa que fuiste y que todos los hombres mascaban el deseo y el morbo por tocar tu pellejo tan delicado cosido de rajas y costurones...la verdad arrancará los grilletes que no te dejan volar...cuanta razón tenía La Justa, insistió hasta el suspiro final, en el mismo instante que su aliento empañó el beso que Celeste grabó en su mejilla con un lo haré por ti...pero...vinieron la alegrías, el yerno, los nietos...sin pretenderlo se fue retrasando la promesa a la muerta y las ganas, quizás por temor, o quien sabe si por evitar la sentencia sobre su cabeza...no te mirará a la cara y te escupirá sus reproches...
   Empieza a amarillear la luz de las esquinas y a evaporarse la oscuridad de los rincones, Celeste sigue a lo suyo, empeñada en encontrar en su memoria un callejón sin salida por donde escapar al destino que le aguarda al desdibujarse la media luna dándose a la fuga...ahora o....jamás cederá al chantaje... intuye que es la oportunidad de cantarle las cuarenta a la Luci, el desalmado, mal nacido que ha hecho todo lo posible por echarlas de allí, con su labia acaramelada primero y luego con trampas sucias...rodeado de aduladoras aterradas por las tretas y artimañas de un chulo, acomplejado y fanfarrón, que apenas en unos meses ha implantado la ley del más fuerte exagerando la pluma y las poses femeninas y ahuyentando los brotes humanos de la lealtad a golpe de cuchillo y traición...
   La Flaca se remueve como resentida por el rechazo de Celeste a sus caricias infantiles y desesperadas pero no se atreve a marcharse...con paciencia se enciende otro pitillo observando los quehaceres invisibles de su amiga...Celeste presiente el nerviosismo de su compañera y le da la mano...

—...venga Flaca tranquilízate...
—...no puedo...te he dado una puñalada trapera por la espalda...ni yo me lo voy a perdonar...
—...tarde o temprano tenía que ser...no te eches la culpa...se hubiera enterado de cualquier otra forma...
—...ya, pero no por mi...

   La Flaca estaba condenada por prostitución y robo, con ella compartió celda, secretos, sufrimiento e insomnio, y al reencontrarse en la calle al cabo de unos años de caminos diferentes, sembrados de calvario y espinas, renovaron los votos más íntimos y sinceros, confiadas en la esencia cómplice de su particular relación...hasta ese momento en el que a Celeste se le rompió el cielo...

—...los recuerdos Flaca no dan tregua...hemos pasado por tanto juntas...a veces no estuvo mal...nos reíamos mucho...
—...ya lo creo...te he fallado Celeste...
—...déjalo ya...no te carcomas...bastante tienes ya encima...te llevaré a una clínica, te van a curar Flaca...
—...te van a moler a palos...
—...lo sé...pero ya he matado una vez...
—...por cierto Celeste...¿por qué al Señor y no a su hijo?...nunca lo confesaste...
—...ni lo hubiera hecho...pero...da igual...el señorito y yo estábamos enamorados, el viejo no lo soportó después de tantas intentonas de meterme mano y mis desprecios...a él le mandaron lejos, al extranjero para que no pudiera vernos ni a mi, ni a la niña y aquel bruto seguía insistiendo...me buscaba, me perseguía...fue fácil hacer de cebo...

   Celeste saca del bolso una navaja con cachas de nácar y acero afilado...

—...le rajé de arriba a abajo, sin dudar un ápice...como él me había hecho a mi entre insultos y carcajadas...sobreviví por las curas y la paciencia de la Señora...si no hubiera sido por ella...
—...Celeste, vamos...el sol está alto...lo siento mucho...

    ...Cuando la policía llamó al timbre y le entregó las pertenencias de Celeste, a su hija le sobraron las noticias del periódico que en cinco líneas resumía:
Ajuste de cuentas, un travesti y una mujer asesinados es el triste balance de una reyerta salvaje que tuvo lugar al amanecer en las afueras, se sospecha que una disputa provocada por trapicheos de droga ha podido ser la causa que ha destapado además un trasfondo con raíces serias en asuntos de proxenetismo en el que se han visto implicados algunos estamentos judiciales y servicios de integración social para emigrantes...
   Abrió el bolso con la emoción palpitando angustia y registró en sus sentimientos lo que ya sería su tesoro, un pintalabios, una polvera, pañuelos de papel, un monedero sin dinero y con alguna fotografía y una carta metida en un sobre abierto...no hacía falta leerla, la rompió, La Justa se lo contó en crudo cansada de que la mentira ahogara su agonía...ella ya sabía y había perdonado hacía mucho a su madre, Porcelana Fina...

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