martes, 31 de julio de 2012

Cada instante en un suspiro


  …Me llamo JUAN, he vuelto del olvido…desde este pulpito de silencio que la oscuridad me brinda y ante vosotros lectores, cómplices fugaces de mi propio purgatorio, me dirijo a ti, que tan llena eres de gracia como harta de pasado, tan falta de memoria como herida de nostalgia…Y aunque me ignores, y aunque sepa que en vano velo cada noche el sueño de tu piel, sin poder rozarte, seguiré intentando que despiertes, para que me escuches, para que descanses, para que me entiendas…
Acaricio inútil el cabello de pasión que se escurre cruel entre el llanto de mis dedos, y susurro en tu oído, la música muda de aquellas notas que tanto te hacían reir, cuando Charles y yo soñábamos con VENECIA…pareces callada y en calma…
…grito sin voz el afán de tu nombre, y se cuela en el juego una brisa impostora, que me roba con descaro el deseo y la intención de besar tus labios, sellados con rabia en un gesto de rencor…el que me dedicas sin palabras desde ese entonces con tu indiferencia resignada y triste, sin echar la culpa al destino, ambicioso impotente, sin preguntar nunca a la locura, las claves de tanta razón…
     Y yo sigo furioso y enfadado, pero como explicarte un absurdo, una promesa escondida, un desenlace sin nudo…ya ves, te había prometido en un verso, un rosario de AMAPOLAS blancas, y sólo puedo mostrar el enredo de mi penitencia, el catalogo completo de dolores y tormentos que visten mi calvario, el reclinatorio de púas que día a día consuela tu huella ausente…
   Porque todo sucedió en un segundo, el que tardé en decir ¡TE QUIERO!, el siguiente a la búsqueda ansiosa de un BOLIGRAFO, como ángel caído, el que se llevó por delante tu futuro y mató en seco mis ganas de ti, de respirar, del sentir más sincero…
   La noche anterior habíamos discutido hasta casi la madrugada sobre los signos del zodiaco, los dos nos quedamos con PISCIS, luego tu manía quisquillosa de analizar al milímetro esas frases imposibles, que yo apenas comprendía…corrí por la carretera para ser el primero en llegar a la agencia de viajes, era el egoísta perfecto que disfrutaba del regalo antes que tú, y temblé como los altavoces de “profunda emoción” al encontrar tu nota en mi bolsillo, decías que los chinos ven las horas en los ojos de los gatos…el último tatuaje…el mismo que ahora late en mi alma, el que entono en mi oración de ruegos al aire, el que inspiró mi verbo desnudo de amor, al coger el teléfono…que ironía, había encontrado papel para eternizar en letras la savia latente de mi pensamiento, pero la tinta de plástico despareció de mi mano como por arte de azar, desesperado de prisas por oír tu burla, marqué tu número sin mirar al frente, sin prestar la vista al camino, sin dar importancia al error…el árbol se había salido del bosque, plantado el testigo en mitad de la vida, no le dí más oportunidad al miedo, acaso el aliento y su escasez…
   Invisible ya, mi ser desvió sus pasos por la secundaria de la melancolía, y mi cuerpo caduco permaneció quieto, asomado mi fantasma al abrigo de tu presencia…Y es ahora, al filo del amanecer, aún iracundo y en guardia, que reitero hasta el infinito el estribillo más dulce de mi discurso amargo, sin reproches, ni lamento, cada instante en un suspiro, te seguiré queriendo…
   …Me llamó MARÍA, habito en su recuerdo…desde este sinsentido que a ratos se escapa del corazón…



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