…Me llamo JUAN, he vuelto del olvido…desde
este pulpito de silencio que la oscuridad me brinda y ante vosotros lectores,
cómplices fugaces de mi propio purgatorio, me dirijo a ti, que tan llena eres
de gracia como harta de pasado, tan falta de memoria como herida de nostalgia…Y
aunque me ignores, y aunque sepa que en vano velo cada noche el sueño de tu
piel, sin poder rozarte, seguiré intentando que despiertes, para que me
escuches, para que descanses, para que me entiendas…
Acaricio
inútil el cabello de pasión que se escurre cruel entre el llanto de mis dedos,
y susurro en tu oído, la música muda de aquellas notas que tanto te hacían
reir, cuando Charles y yo soñábamos con VENECIA…pareces callada y en calma…
…grito
sin voz el afán de tu nombre, y se cuela en el juego una brisa impostora, que
me roba con descaro el deseo y la intención de besar tus labios, sellados con
rabia en un gesto de rencor…el que me dedicas sin palabras desde ese entonces
con tu indiferencia resignada y triste, sin echar la culpa al destino, ambicioso
impotente, sin preguntar nunca a la locura, las claves de tanta razón…
Y yo sigo furioso y enfadado, pero como
explicarte un absurdo, una promesa escondida, un desenlace sin nudo…ya ves, te
había prometido en un verso, un rosario de AMAPOLAS blancas, y sólo puedo
mostrar el enredo de mi penitencia, el catalogo completo de dolores y tormentos
que visten mi calvario, el reclinatorio de púas que día a día consuela tu
huella ausente…
Porque todo sucedió en un segundo, el que
tardé en decir ¡TE QUIERO!, el siguiente a la búsqueda ansiosa de un BOLIGRAFO,
como ángel caído, el que se llevó por delante tu futuro y mató en seco mis
ganas de ti, de respirar, del sentir más sincero…
La noche anterior habíamos discutido hasta
casi la madrugada sobre los signos del zodiaco, los dos nos quedamos con
PISCIS, luego tu manía quisquillosa de analizar al milímetro esas frases
imposibles, que yo apenas comprendía…corrí por la carretera para ser el primero
en llegar a la agencia de viajes, era el egoísta perfecto que disfrutaba del
regalo antes que tú, y temblé como los altavoces de “profunda emoción” al
encontrar tu nota en mi bolsillo, decías que los chinos ven las horas en los
ojos de los gatos…el último tatuaje…el mismo que ahora late en mi alma, el que
entono en mi oración de ruegos al aire, el que inspiró mi verbo desnudo de
amor, al coger el teléfono…que ironía, había encontrado papel para eternizar en
letras la savia latente de mi pensamiento, pero la tinta de plástico despareció
de mi mano como por arte de azar, desesperado de prisas por oír tu burla,
marqué tu número sin mirar al frente, sin prestar la vista al camino, sin dar
importancia al error…el árbol se había salido del bosque, plantado el testigo
en mitad de la vida, no le dí más oportunidad al miedo, acaso el aliento y su
escasez…
Invisible ya, mi ser desvió sus pasos por la
secundaria de la melancolía, y mi cuerpo caduco permaneció quieto, asomado mi
fantasma al abrigo de tu presencia…Y es ahora, al filo del amanecer, aún
iracundo y en guardia, que reitero hasta el infinito el estribillo más dulce de
mi discurso amargo, sin reproches, ni lamento, cada instante en un suspiro, te
seguiré queriendo…
…Me llamó MARÍA, habito en su recuerdo…desde
este sinsentido que a ratos se escapa del corazón…
Juego de palabras
ResponderEliminar8 Noviembre 2010