martes, 31 de julio de 2012

Inesperadamente


   …Sólo ahora cuando he cerrado la puerta por última vez, sé que he estado viviendo en una jaula de oro…delante de mi un pasillo interminable y unas escaleras eternas que me llevarán a la ansiada palabra, libre…¿de verdad?...sucedió tan deprisa que ni siquiera he recogido mis cosas, salgo con lo puesto y el bolso que siempre escondía preparado ya, por si acaso en algún despiste se daba la oportunidad de salir huyendo y el milagro se cumplía…y sin embargo…el miedo agarrota mis pasos y no sé andar, ni pensar, ni siquiera imagino que puede haber detrás de esos muros con ventanas de lujo y horizontes desconocidos, qué me espera en la calle más allá de el bullicio y el ruido de una algarabía loca de gentes y coches, que paisaje de cuento si no edificios oscuros y tristes que jamás serán cómplices de mi presencia, y frío, mucho frío, el del vacío, la soledad, la melancolía…nadie reclama mi nombre ausente, nada lleva la etiqueta de los datos perdidos en aquel bar, cuando justo en el mismo momento que le conocí se extravió mi equipaje…
y ni siquiera soy capaz de hacer honor a su persona intentando recorrer en mi recuerdo los lugares que fueron testigos de nuestras citas secretas, los juegos furtivos sin limites, sin normas, los detalles absurdos de un romance que me apartó de todo y de todos, me secuestró de un mundo para crear otro…parece que el pasillo se termina, temblando, cuento los escalones como los minutos que pasaba encerrada en el piso de arriba y quiero volver atrás, en el espacio y en el tiempo marcados en un calendario sin fechas ni hojas…pero sincera, me debo al futuro y a las ganas de vivir sin temor, y tengo que olvidar, aunque sea persiguiendo el rastro mágico y misterioso de la memoria, para no ceder al engaño de la apariencia, para no caer en la tentación de la realidad,  para no reprimir el empeño de querer sucumbir al latido del ayer, al silencio quieto de aquella madrugada de verano cuando estrenamos juntos el que sería nuestro nido de amor, un apartamento coqueto y caro, en un barrio distinguido, que como sensata y discreta cicatriz de la gran ciudad me serviría también de refugio, porvenir y hogar…
…La idea era lógica y perfecta, lo normal después de una relación tejida a ratos…o eso creía, pero nunca se instaló definitivamente conmigo, nunca me regaló una noche entera, nunca hubo más sorpresas…a las dos semanas, siguió un mes y a los tres meses, un año,  y yo seguía envuelta en claros y sombras, consumiéndome  entre cuatro paredes pintadas de tierno pastel, decoración escasa, de diseño, y dormitorio con cama de orgía, necesitado de encuentros…desesperada en el anhelo de su abrazo y la pasión de su cuerpo, amé el alma de su compañía, dispuesta a la entrega completa hasta que me ahogué en el aire que le convirtió en un sueño y quise escapar, pero una bofetada egoísta y a destiempo, obligó a la trampa de un empujón celoso, y la traición canalla de una amenaza segura, arrancaron de cuajo la mueca valiente y en rebeldía, de una pobre ingenua que fantaseaba deshojando la margarita de la felicidad en la costumbre, droga barata y solicita, que a partir de ese instante consumí con el conocimiento intacto de la ignorancia, abandonada a mi suerte hasta la visita imprevista de esta tarde…un policía desorientado, un accidente como final matemático de la historia, y una decisión que tomar,  el dolor de mi ser sumiso y obediente, o la ilusión puesta en la promesa de un mañana mejor sin él…al borde de la última alfombra, el portero de levita azul y sonrisa abierta, me invita con gesto falso a volar por fin con alas propias y me empuja con su saludo hacía el viento robado de las esquinas…entonces me dejo llevar y un río rojo de vida nueva me arrastra a ninguna parte, y en la duda, una extraña sensación del color de la nostalgia acaricia mis tripas, es el vértigo de la razón como un abismo a los pies, el vértice inútil de la piel erizada y los sentidos de punta cuando una palabra callada atraviesa mi garganta con la esperanza del sentimiento pidiendo ayuda, pero los verbos del corazón están sordos, ciegos y mudos…doy la vuelta a lo que será y echo a correr hacía lo que es…

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