“…huía de una promesa
incumplida, del error de confiar demasiado, de la equivocación de creer vivir
en un sueño eterno, fue cuando la manzana perversa cayó herida a sus pies y
entonces, en ese mismo momento que sintió el pudor erizando su piel desnuda, y
la vergüenza enredándose en la carne de su alma, Eva, tuvo que correr…”
—…no es así, mamá…
—…Ah no…¿y como es?...
La niña se incorporó
en la cama observando a su madre con ojos traviesos, adornó su expresión con la más picara de las
sonrisas y le robó de las manos el
libro que la mujer ni siquiera había abierto…
—…bueno, pues cuéntame tú como es la historia…si no te crees
la mía…
—…no es eso mamá, es qué don Valentin nos pregunta las cosas
que nos explica y yo siempre le contesto con tus cuentos…
—…¿y?...
—…me regaña y me dice que sí no aprendo bien el catecismo, no
podré hacer la comunión…
—…pues nada, ya no me pidas más que te explique lo que no
entiendes…que lo haga él…
—…es que a mi, me gustas más tú mamá…pero también me gusta
mucho ese vestido tan bonito y las flores en el pelo, y caminar hacía la iglesia con mis amigas, los mayores alrededor, y nosotras
como princesas importantes…
—…de acuerdo…haremos una cosa…tú estudias el libro, y yo escribiré
en un cuaderno lo que quieras saber y cuando lo necesites, podrás leerlo…¿te
parece bien?...
…Todo lo que mi madre
hacía me parecía bien…pero esa noche, yo quise que ella permaneciera allí, a mi
lado…dejando que me abrazaran sus ganas, aferrándome a su alegría como a la
tabla de un naufrago, cerrar los ojos y sentir como me salpicaban sus palabras
empapadas en quimera, quise el verbo de su ilusión y sin embargo, no se lo
supliqué entre bromas y caricias como otras veces, y me perdí en un gesto
imposible y en el más difícil todavía de su silencio…por que se levantó
despacio y se fue lentamente, escurriéndose entre las sombras de una luz
apagada y la luna llena, gris plata…
Y es que…nunca supe
que mi madre estaba enferma, que no habría mañana siguiente, ni aventuras
esperando en la cocina, ni leyendas invisibles debajo de las sabanas…que su
vida como la mía se quedó a medias… y que unas cuartillas en blanco perdurarían
quietas para siempre, huérfanas de letras y tinta, esperando en el fondo de un
cajón mudo que alguien las rescatase y diese sentido a su existencia…
…Y ahora estoy aquí
entre polvo y telarañas, sudando la fiebre nostálgica de haber regresado al
origen, al principio…a la casa y la ciudad que compartí con ella, un tiempo
efímero tal vez, pero suficiente para echarla de menos y, en este mismo
instante, cuando más falta me hace su presencia, evocar su recuerdo, quizás con
detalles sin importancia aparente, que
rozan mi memoria sin pretender daño y que leves y fugaces temen desaparecer
evaporados en lágrimas, obligándome a encarar con expectativa triste mi
encuentro con su fantasma, que habita permanente el vacío entre paredes, tanto
las de mi corazón como las de este, hoy, mi refugio…y me dejó arrullar por el
susurro de sus pasos persiguiéndome hasta la habitación de antaño, hogar y
escenario de otras épocas felices, y me abandono en el colchón, intacto en su
ternura, arraigado al desorden y la suciedad, que me provoca con la imagen de
mi madre acunando mi niñez…pero esta vez soy yo quien le dice, quien le habla…si
era así mamá, si era así…
“…huía de una promesa cumplida, del error de no confiar
demasiado, de la equivocación de creer morir en un sueño eterno, fue cuando la
manzana disfrazada cayó ilesa a sus pies y entonces, en ese mismo momento que
sintió el miedo erizando su piel desnuda, y el peligro enredándose en la carne
de su alma, Eva, tuvo que correr…correr sin parar, sin mirar atrás, oyendo a
sus espaldas el sibilino avance de la serpiente, que amenazaba su rastro,
implacable en su empeño, después de haber convertido el Árbol de la Naturaleza , su lugar
preferido, en un matojo estéril y putrefacto de raíces negras, expandiéndose
tétricas por lo que antes eran tierras de matiz y color, sanas y fértiles…
…Eva no tenía tiempo de buscar en su mente la explicación a lo
ocurrido, el como había llegado a esa situación de duda, casi sin darse cuenta,
era un misterio que tendría que descubrir, pero inmediatamente no, no le hacía
falta para concentrarse en la urgencia real, que sus piernas fueran alas …y
encontrar un sitio donde esconderse en
ese Paraíso que ella conocía tan bien…por eso primero se dirigió a los bosques
de la Sabiduría ,
en sus claros de luz, las hadas del Pensamiento acostumbraban a ensayar sus
cantos de calma y reflexión, regalando horas a quien necesitase una pausa entre
pasado y presente…así empezó la lucidez de su ingenio, entre el coro balsámico
de voces inteligentes y expertas y el intuitivo consejo de la Decisión … por que apenas
un segundo después de la sagaz ayuda de la Perspicacia y su
brújula, Eva escapaba hacía los lagos de la Identidad , esquivando al
mal reflejado y dispuesto con manera y forma de mil espejos, que acechaba el
sendero con la baba venenosa de la confusión y la locura, y según se perdía el sonido
de los acordes sensatos en clave de sol, bajo la educada batuta del sentido
común, Eva fue más ciega y sorda que nunca…al llegar a las orillas sin playa de
los charcos gemelos, tendría que dibujar la verdad de su persona y esperar sin
desesperar, ya se encargaría el reptil impaciente de la soberbia, que el agua
transparente se bebiera su nombre, y al escuchar su eco en las lejanas montañas
de la Soledad ,
viajar a lomos de ser ella misma para descansar
en las cuevas ocultas de la
Conciencia …primera etapa del castigo divino…
Ignorante e ingenua, en su ansía por llegar, desafió trampas,
recelos y burlas, durante tres jornadas infinitas embarcó en el coraje de
reconocerse mujer, cabalgó en el afán indomable de saberse humana, trepó por
laderas y piedras de adjetivos usurpados a su autoestima, se sumergió en agujeros
y grutas para cerrar y sellar sus grietas…como bandera, la culpa, de un pecado tan
resentido como callado…”¿por qué a quien debo mi obediencia?”...preguntas sin
respuesta rasgaban su cuerpo cubierto de recato y hojas, cuando una lluvia de
melancolía sorprendió sus huellas en el último esfuerzo...y en alto grito a los
cielos…”¿Dónde estás Adán, rey de los hombres?”...descalza de remordimiento
llegó a la cima, olfateando el hedor del diablo, ya sin mascara de culebra,
dispuesta a enfrentarse a su mueca de tentación, a sus artimañas de amante
perfecto…pero él no estaba, sólo Dios…con su espada cruel de fuego y furia exigiendo
venganza…Eva, agotada en su fe y resignada al significado de su penitencia,
pasó de largo ante el pedestal de oro y rencor, sin ver la cara de su condena, ni
escuchar la maldición de su destino, atravesó el muro de la Indiferencia y
abandonó su privilegio de hueso de barro en la roca de Nadie, balcón del abismo
desde donde osada y valiente, se dejó caer...
Despertó al otro lado
del universo de la imaginación y la fantasía, apenas si recordaba alguna que
otra frase suelta de su expulsión del edén, o quizás simplemente fuga repentina
y feroz, en su mente se agolpaban las
sentencias de su tortura que volcaron pena sobre su animo, pero curiosamente en
el inicio tolerante de un suspiro sin prisas, argumentó el que sería su nuevo
mundo, otras circunstancias, y ese vuelco en el estomago como reclamo de
sentimiento…un algo diferente en su latir, una razón por la que luchar y seguir
adelante…
Eva relató su hazaña, la odisea de una rebeldía que aún
persiste generación tras generación, con la marca de ceniza al nacer heredada
en su ausencia…”pariendo con dolor”, y “ganando el pan con el sudor de la
frente”… Eva ya no era un invento, un yugo represivo e inhibidor, la
responsable inocente de un futuro de caos y desastre…Eva ya era libre…”
…Tardo en coger el
teléfono que protesta como un cascarrabias, debo haberme quedado dormida y me
cuesta reaccionar…
Me precipito sobre
su ruido y contesto…
—…Buenas tardes…llamo de la inmobiliaria…verá tenemos un
posible comprador de la vivienda y quería saber si podemos concertar una
visita…está muy interesado…
—…si..bueno…es qué…
—…ha sido muy difícil en estos meses conseguir que alguien…
—…no voy a vender…
—…pero…
—…es extraño, lo sé…después de haber insistido con cualquier
oferta…pero…acabo de trasladarme y me voy a quedar…
—…de acuerdo…como desee, supongo que…¿puedo preguntarle, si no
resulto muy indiscreta?...
—…¿si?…dígame…
…es tan dulce y agradable que enseguida me hago cómplice de su
atención, no me sobra un poco de calor y
cariño…llevo semanas vagando por los limites de mi propia compasión,
disimulando un victimismo que desprecia mi entendimiento…no hago ascos al
desahogo con un proyecto de cierta intimidad, aunque sea en crudo y temblando
nerviosa…
—…volver…después de
aquel calvario no tenía adonde ir y esta opción es tan buena como cualquiera
para partir de cero…tengo que olvidar y pasar página al sufrir por sufrir…y con
el embarazo…es una niña…se llamará Eva, como yo, como su abuela…
…Mi monologo continua, la paciente desconocida aguanta el
equilibrio con monosílabos esperanzadores, y me agarro a la oportunidad
brindada, hasta que un tímido y casi desapercibido “hasta luego”, sirve de
ligera despedida…entonces, el inconfundible lamento de la línea telefónica al
cortarse me hace reír...
Acción (juego de verbos)
ResponderEliminar30 Mayo 2011