…Como una Lolita de Nabokov aparece en
nuestros sueños, y en los despiertos, los que el pensamiento controla,
los que habitan la imaginación más inquieta, la más loca…se presenta a nuestros
ojos como una muñeca vestida de azul, sin enaguas, con el lacito a juego
adornando el amarillo de su cabeza y las ganas mojadas en el rojo provocativo
de sus labios, siempre cerrados… y no sé si ella se da cuenta, si es la pose
infantil de su sonrisa, el aleteo mágico de sus manos o el deseo latente que
cada uno de sus gestos inspira, pero su presencia rompe el alboroto del silencio, se aclara la garganta la tristeza y
se terminan las excusas para dar rienda suelta a la emoción del sentimiento, con
la razón escasa de cordura…luego se pasea sin andar entre todos nosotros,
devolviendo al aire el aroma de la piel blanca que envuelve su cuerpo, tan
tierno y cruel, como dulce y salvaje, para que escapemos a tiempo de los
rincones huecos y nos escondamos sin pausa en la esquina que suspira a espacio
abierto, la palabra de su nombre…el que ignoramos, el que no sabemos, por que
su rastro nervioso igual que viene se va, sin previo aviso nos llena, nos vacía
sin avisar…ella es así, la estampa repetida de un recuerdo nuevo, el truco
imposible que la ilusión quisiera, el hada tentador que roba el corazón al alma
y regala el pecado a la conciencia…
Dejarse llevar por la tentación de escribir
ResponderEliminarJunio 2011