...Después que queda...la angustia del
silencio más clamoroso, la derrota que ensalza nuestras lágrimas hasta
convertirlas en mares helados, el temor a quedarnos solos...a solas, en nuestro
vacío, en nuestra miseria con
nombre
propio, arrancar al olvido las agujas del tiempo y reclamar un lugar con
espacio y momentos...esos, los que nos persiguen y nosotros perseguimos, para
inmortalizar el recuerdo entre marcos roídos de misericordia y alma...blanca y
fresca, perdida en las esquinas de nuestros secretos, de nuestras heridas, del
misterio inquebrantable que atenaza la garganta del presente, prescribe el
pasado y apuntala de malas maneras el futuro sin él...un reflejo que muere sin
más en el ocaso fraudulento de un sol sin brillo, el tuyo, el mío, qué más
da...acaso se acordarán de nosotros las
golondrinas
que nunca surcaron el horizonte, volverán las risas desconocidas que tejían
nuestra boca, mis labios en los tuyos rozando el cielo...y ahora, ya, de
repente, el miedo poseyendo mi piel y su vida por no tenerte...y mi vida
agoniza en un suspiro de ausencia...cuerpo, palabra y sed, de ti...la locura me
hace transparente, me despierta de un letargo en gris, que intenta romper en
estrellas el arco iris, me sumerge en el fondo de un océano sin mar, y me
estampa encabritada la ola más salada, contra el perfil saboreado de una playa
sorda...la monótona soledad, la burla de una tristeza que creía ya inventada,
la desesperación de un encuentro sin espera...todo, nada...
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